Se conoce por basófilo a la célula que se colorea con facilidad, utilizando colorantes elementales como la hematoxilina esencialmente. No obstante, cuando hablamos de basófilos, podemos estar haciendo referencia a una clase de leucocitos o glóbulos blancos de la sangre, de la familia de los granulocitos.
Función de los Basófilos
Los basófilos suplen menos del 1% de los leucocitos de la médula ósea, la sangre periférica y el bazo. Presentan características semejantes con los mastocitos tisulares tales como la aparición de gránulos basófilos en su citoplasma, la fuga de sustancias como la histamina y la presencia del receptor Fc (Receptor de superficie de membrana de algunas células) de elevada semejanza para la inmunoglobulina E (IgE) en su superficie.
Estos crecen en la médula ósea y luego circulan en la sangre durante varios días; suelen agruparse en pequeños grupos, en los tejidos, cuando se presenta una condición de alergia y de infección parasitaria.
Se ha determinado que la función de los basófilos se produce en reacciones alérgicas.
Anteriormente se pensaba que los basófilos, estaban involucrados en los entes alérgicos, por medio de la fuga de sustancias, tales como la histamina o el leucotrieno C4, no obstante, algunos investigadores, demostraron recientemente, que estos cumple una función más de iniciadores que de efectores, de la inflamación alérgica crónica mediada por la inmunoglobulina E en la piel.
Dicho estudio fue realizado con ratones y cabe destacar que sólo una mínima cantidad de basófilos, podía dar inicio a la inflamación alérgica crónica, lo que puede interpretarse, como la necesidad de reevaluar la función de los basófilos en los humanos que presentan afecciones tales como la dermatitis atópica o el asma bronquial, en las que se puede observar una pequeña cantidad de basófilos acumulados en los tejidos.
Los investigadores piensan que los basófilos, cuando se activan, producen sustancias que incentivan a las células no hematopoyéticas se encuentran en tejidos, como los fibroblastos, que producen los elementos que atraen a las células inflamatorias, como los eosinófilos y los neutrófilos, hacia la piel.
Todavía quedan pendientes algunos temas por investigar, como por ejemplo: los mecanismos de la diferenciación de estas células, durante la hematopoyesis, los mecanismos moleculares de la inducción y de la regulación de la inflamación alérgica crónica por estas células, y los efectos que las citoquinas de tipo TH2 producidas por los basófilos tienen en las células dendríticas y en los macrófagos.
Para finalizar, los basófilos y las sustancias que producen podrían ser los blancos de nuevos tratamientos para ciertas enfermedades inmunitarias. (Ver Arteria Braquial)
El siguiente vídeo es para profundizar un poco más sobre lo que es un basófilo, las sustancias que segregan para contrarrestar los ataques de agentes externos, que atacan el sistema inmunológico, así como la función que cumple en nuestro organismo.
Lugar de formación de los basófilos
En las micrografías electrónicas se puede observar claramente, un pequeño aparato de Golgi, también conocido como el complejo de Golgi, que es donde se producen las proteínas y moléculas de lípidos (grasas), que se utilizan dentro y fuera de la propia célula; así como también, se observan, algunas mitocondrias, un extenso retículo endoplasmático endocrinoso (RER) y pequeñas inclusiones de glucógeno, que significa, que pueden observarse algunas acumulaciones de glucógeno.
Los gránulos que componen los basófilos, son voluminosos, pero insuficientes. Son células de unos 10 μm de diámetro y su núcleo presenta una forma que se asemeja a una S, es redondeado y se fracciona de 1 a 3 lóbulos. Se forman, al igual que todos los granulocitos, es decir en la médula ósea y son los menos numerosos, ya que constituyen solo el 0,5 % del total. Los granulocitos son semejantes a los mastocitos o células cebadas, pero no son el mismo tipo celular, ni se diferencian a ellos.
Los granulocitos realizan una activa participación en la respuesta inmunitaria, por medio de la segregación de histamina, serotonina en bajas concentraciones y otras sustancias químicas.
Existen dos tipos de gránulos:
Gránulos azurófilos: cuyo contenido consiste en lisosomas, que son los que al mismo tiempo contienen hidrolasas ácidas.
Gránulos específicos o secundarios: cuyo contenido es la histamina, que actúa como (vasodilatador), heparán sulfato vasodilatador, heparina que es anticoagulante y leucotrienos que son los permiten la contracción del músculo liso de las vías aéreas.
Otro componente de los basófilos son los receptores de inmunoglobulina E (IgE), la inmunoglobulina que tiene relación con las alergias. Por eso el basófilo está estrechamente involucrado con la respuesta inflamatoria.
Tiempo de vida de los basófilos
Los Basófilos presentan un tamaño que es casi como el tamaño que los neutrófilos, presenta un núcleo redondo bilobulado que suele estar oculto por los gránulos oscuros que los cubren, como se ha mencionado anteriormente.
Su función principal es su participación en las reacciones alérgicas mediadas por anticuerpos.
Los Basófilos tienen una duración aproximada de 1-2 años (Ver Arteria cerebral media)
El aparato de Golgi, descubierto por Camilo Golgi, en el año 1898, es un organoide que se encuentra en las células que producen proteinas y grasas, en el próximo vídeo una breve, pero completa explicación de lo que es, dónde se encuentra y su función.
Morfología de los basófilos
Los basófilos se logran distinguir cuando se les aplica color, que toman una coloración púrpura muy oscura, tirando a negro y azul oscuro o cuando se tiñen con un colorante básico, como la tinción de Wright (la tinción de Wright consiste en el muy conocido, azul de metileno).
Los tintes son manchas de color que son empleadas en los laboratorios, con frecuencia, con el fin de contabilizar las células separadas la una de la otra. Los núcleos de los basófilos vienen en diversas formas.
estas células, poseen más de un núcleo. Un núcleo es el centro de una celda, por consiguiente, los centros de los basófilos se manifiestan en diferentes formas. Una particularidad específica de dichas células, que los diferencia de otras células blancas de la sangre, es que usualmente, no aumentan en número en respuesta a las infecciones o a las enfermedades repentinas. Sin embargo, en algunos casos, se puede presentar un incremento en respuesta a las infecciones o a las enfermedades repentinas.
Siguiendo con las características de los basófilos, tenemos que su citoplasma, el cual consiste en una sustancia gelatinosa que satura la célula, está integrada especialmente de gran cantidad de partículas grandes, de aspecto rudo, similares a los granos.
Valores normales de los basófilos
Los valores normales de estas células, oscilan entre el 0,4% y el 2% del total de los glóbulos blancos en sangre. Si son más del dos por ciento, se considera que esa persona tiene basofilia y habrá que encontrar la causa con celeridad.
Basofilia
Consiste en un origen poco común de leucocitosis. El incremento de los basófilos puede verse en numerosos procesos, como la varicela, el sarampión o la tuberculosis, la artritis reumatoide, la diabetes mellitus, la insuficiencia renal crónica, la colitis ulcerosa, la esplenectomía, y en anemias o leucemias. (Ver La Sangre)
Como se menciona anteriormente, la Basofilia es un incremento exagerado de basófilos que se produce por diferentes causas, las cuales puedes ver en el vídeo que viene a continuación.
Basófilos altos
Hay diferentes enfermedades que pueden ocasionar un incremento en los basófilos, estas enfermedades pueden ser infecciones, enfermedades respiratorias y trastornos en la sangre.
Las enfermedades más conocidas, provocadas por el incremento de los basófilos son:
- Infecciones víricas.
- Urticarias.
- Asma.
- Hipotiroidismo severo (mixedema).
- Leucemia mieloide crónica. Cáncer de los tejidos que forman la sangre.
- Anemia hemolítica. Trastorno que provoca que las células rojas se destruyan demasiado pronto.
- Dermatitis crónica. Inflamación a largo plazo de la piel.
- Inflamación crónica de los senos paranasales (las aberturas de los huesos donde se suele haber líquido).
- Colitis ulcerosa, como con la enfermedad de Crohn, donde se inflama el intestino.
- Mastocitosis sistémica. Acumulación de mastocitos en la piel.
- Policitemia vera. Enfermedad ósea que aumenta de forma anormal las células sanguíneas y suele detectarse con un recuento de hematíes alto.
Una inflamación o recrecimiento del bazo podría ser el resultado de infecciones, anemia, cáncer y trastornos en la médula, por lo que podría estar vinculado con los basófilos altos.
La basofilia no presenta síntomas como tal, cuando hay alguno, es proveniente de la enfermedad, que originó el incremento de los basófilos.
Por otra parte, en lo concerniente a la parte respiratoria, el síntoma más predominante, son los problemas para respirar, mientras que en la leucemia mieloide crónica se presenta un intenso dolor de huesos, fatiga y pérdida de peso, entre otras cosas. (Ver Plaquetas altas)
El vídeo nos muestra como el incremento de los basófilos, es señal de infecciones, enfermedades respiratorias y trastornos en la sangre, además de las consecuencias.
Basófilos bajos
Basófilos bajos o como también se le conoce basopenia, consiste cuando el conteo de basófilos en la sangre ha descendido a menos de 20 células por cada litro. Teniendo en cuenta, que un conteo con valores normales estaría por las 100 células por microlitro en los nenonatos y de 40 células por cada microlitro en adultos.
La leucopenia, que consiste en la disminución de los leucocitos en la sangre, es un factor clave, en la presencia de basófilos bajos. Así como también, puede estar relacionado, con la aparición de una infección, la ovulación en el caso de las mujeres e inclusive una respuesta del organismo, no deseado, por el consumo de cierto tipo de fármacos que inhiben la acción del sistema inmunológico.
Basófilos bajos, también puede ser un indicativo de que el paciente padece alergias severas, así como también la presencia de un embarazo y en general, el estrés fuerte también.
Algo parecido puede suceder con el hipertiroidismo, condición en la que la glándula tiroides es hiperactiva y facilita la disminución de basófilos en la sangre.
Sin embargo, las personas que consumen corticosteroides también están en riesgo de experimentar una disminución en su sangre de los basófilos.
Los corticosteroides son un tipo de hormona que se utiliza para controlar el empleo de los nutrientes, las sales en la orina y la cantidad de agua.
Para concluir este punto, podemos decir, que hay una diversidad de factores que pueden provocar un cuadro de basófilos bajos, así que se hace necesario identificar cada caso particular en detalle. (Ver Monocitos)
Los basófilos bajos nos alertan de enfermedades infecciosas graves y el riesgo que corremos al ingerir algunos medicamentos, que pueden afectar el sistema inmune, como podremos apreciar en el siguiente vídeo.
Mastocitos y basófilos
Los mastocitos o como también se le conoce como células cebadas son células que se encuentran en el tejido conjuntivo, que son creadas por células hematopoyéticas. Forman parte de los mieloidocitos o células mieloides. Se forman en las células madre de la médula ósea, con una actuación mediadora de procesos inflamatorios y alérgicos.
Cuando el basófilo parte de la medula ósea ya se encuentra en estado maduro, los mastocitos se mueven en forma inmadura. Los mastocitos provienen junto con los basófilos, de una única célula progenitora de basófilos/mastocitos, que a su vez se originan directamente de la célula progenitora mieloide.
La función de los mastocitos implica el desarrollo de la respuesta alérgica. Los mastocitos son células que reducen y almacenan histaminas y que se encuentran en la mayoría de los tejidos del cuerpo, particularmente por debajo de las superficies epiteliales, cavidades serosas y alrededor de los vasos sanguíneos.
En una reacción alérgica, un elemento alérgeno incentiva la fuga de anticuerpos con una definida especificidad (contra ese antígeno), es entonces cuando los anticuerpos se unen a la superficie de los mastocitos.
Un mastocito es una célula de tejido conectivo que además posee gránulos que son ricos en histamina y heparina. Los mastocitos son los que tienen como función, defender el organismo, puesto que, están relacionados e implicados en la curación de las heridas y en la defensa contra los patógenos como parásitos helmintos y también se desempeñan en el proceso de las alergias y la anafilaxis.
Muestran todos sus receptores RcEI de IgE cargados por anticuerpos con epitopes para diferentes antígenos, cuando los antígenos se mezclan a las porciones variables de la IgE que está adherida al receptor en el mastocito, se deriva un enlace que facilita a la célula segregar de una sola vez todo su contenido endócrino produciendo lo que se conoce como shock anafiláctico.
La adherencia del antígeno a la IgE no estimula la degranulación del mastocito, por el contrario, es el entrecruzamiento de sus receptores. Los mastocitos también contienen serotonina.
Los mastocitos los podemos encontrar, en grandes cantidades en la piel, en las mucosas del tracto digestivo y en las vías aéreas, es decir la parte superior del aparato respiratorio.
La eosinofilia es un nivel más elevado de lo normal de eosinófilos, uno de los cinco tipos principales de glóbulos blancos o leucocitos que defienden el organismo de las enfermedades. (Ver Linfocitos B)
A continuación, un vídeo que nos muestra los diferentes tipos de mediadores moleculares.
Eosinófilos y basófilos altos
Las cantidades concentradas y elevadas de eosinófilos pueden circular en la sangre por todo el organismo, pero los niveles altos de eosinófilos también pueden estar específicamente localizados en una infección o inflamación, que es lo que se conoce como eosinofilia tisular.
Un recuento de más de 500 eosinófilos por microlitro de sangre por lo general es considerado eosinofilia en los adultos.
Los síntomas más frecuentes y que se relacionan con eosinofilia pueden ser: problemas para respirar, sibilancias (que consiste en un ruido que se produce al inspirar o espirar agudo, que aparece en el árbol bronquial como consecuencia de una estenosis) y tos. También, puede haber presencia de colitis y dolor estomacal. En muy pocos casos, puede ocurrir que haya sudoración nocturna, pérdida de peso y erupciones cutáneas.
Por lo general, los pacientes que sienten estos síntomas no deben creer que tienen eosinofilia. En algunos casos sucede que, los síntomas están relacionados con otras condiciones médicas, menos desdichadas. Es recomendable para las personas que pudieran presentar estos síntomas, consultar con el especialista.
La eosinofilia es producida bajo otras circunstancias médicas, tales como las condiciones alérgicas. Algunas condiciones alérgicas que pueden incrementar la aparición de eosinofilia son la fiebre del heno y asma.
Alergias o enfermedades atópicas son las causas más comunes, específicamente los de las vías respiratorias o sistemas tegumentarios que está formado por la piel, el cabello, las uñas, el tejido subcutáneo y varias glándulas, en el mundo occidental. Sin embargo en el mundo moderno, los parásitos son la causa más predominante. Una infección parasitaria de casi cualquier tejido corporal puede causar eosinofilia.
Algunas de las enfermedades que son posible causa de eosinofilia son:
- Trastornos Alérgicos. Asma, fiebre del heno, alergias a medicamentos, enfermedades alérgicas de la piel como pénfigo, dermatitis herpetiforme
- Infecciones parasitarias
- Algunas formas de malignidad como el linfoma de Hodgkin o algunas formas de linfoma no Hodgkin.
- Enfermedades autoinmunes sistémicas, por ejemplo, lupus eritematoso sistémico.
- Algunas formas de vasculitis, por ejemplo, síndrome de Churg-Strauss.
- Embolismo de colesterol (transitoriamente)
- Coccidioidomicosis (Fiebre del Valle), una enfermedad fúngica prominente en el suroeste de los EE.UU.
- Nefropatía intersticial
- Síndrome hiperinmunoglobulina E, un trastorno inmunológico caracterizado por altos niveles de IgE sérica.
En un breve resumen, el vídeo nos enseña, que son los Eosinófilos, cuales son los niveles apropiados, las enfermedades que se pueden producir con el incremento de ellos y algunos consejos para controlarlos.
Factores de riesgo
Existen algunos factores pueden incrementar el riesgo de desarrollar eosinofilia. Estos factores de riesgo pueden incluir, los efectos secundarios producidos por las medicinas recetadas, para tratar alergias a los alimentos y eczema.
También pueden ser factores de riesgo:
- Rinitis alérgica o fiebre del heno
- Alergia a los alimentos
- Dermatitis herpetiforme
- Vasculitis
- Efectos secundarios de medicamentos con receta
- Las infecciones parasitarias
- Cirrosis
- Asma
- Eczema
- El linfoma de Hodgkin
- Linfoma no Hodgkin en adultos
A pesar de que todas las anteriores, pueden ser considerados factores de riesgo para la eosinofilia, no siempre todas las personas que los tienen, tienen que presentar esta condición. Sin embargo, son de utilidad, para alertar a un médico si el paciente tiene algún factor de riesgo, por lo que puede ser observado por los posibles síntomas.
Por otro lado, existen ciertas enfermedades, tales como la neumonía eosinofílica, que son causadas generalmente por una gran acumulación de eosinófilos en el tejido pulmonar. (Ver Articulaciones del cráneo)
Después de haber hablado sobre los factores de riesgo que pueden incrementar la Eosinofilia, en el siguiente vídeo nos hablan del significado que tiene tener los eosinófilos elevados y cuál es la mejor manera de tratarlos.
Los basófilos y las alergias
La histamina es una molécula que son producidos dentro de las células de nuestro cuerpo, tal es el caso, la histamina es producida en las neuronas, las plaquetas, los mastocitos, los basófilos, las células gástricas y las enterocromafines de la mucosa gastrointestinal.
“La histamina pertenece al grupo de las aminas biógenas, que son moléculas generadas por agentes biológicos”, afirma Isabel Ojeda Fernández, alergóloga de la Clínica Ojeda de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Se produce por una descarboxilación de la histidina por medio del enzima L-histidin descarboxilasa. Algunas de las bacterias de nuestra flora intestinal y otras bacterias que se encuentran en los alimentos, fabrican el enzima L-histidin descarboxilasa, es decir, son capaces de producir histamina. Lo que significa que la fuente de histamina no solo es interna, sino también externa, es decir, que la obtenemos de los alimentos que comemos y de nuestro proceso digestivo.
La histamina tiene diferentes y varias funciones, tiene participación en los procesos de nuestro organismo. En este sentido, la doctora Isabel Ojeda menciona que la histamina cumple tres funciones principales.
Por una parte, sirve como medidor inflamatorio.
Los mastocitos y los basófilos, que como ya se ha dicho, son dos tipos de glóbulos blancos, que segregan histamina en la sangre y en los tejidos, cuando se percibe la entrada de un enemigo en el organismo, tales como: virus, bacterias, parásitos o veneno de insectos.
En las personas alérgicas, lo que el organismo percibe como un enemigo es el elemento que ocasiona la alergia, que en algunas ocasiones puede ser de causa ambiental como por ejemplo el polen, también puede ser un alimento o reacción a un medicamento.
Así mismo, la histamina producida por las células gástricas participa en la producción de ácido clorhídrico, una sustancia que forma parte de los jugos gástricos.
Por otro lado, la histamina es un neurotransmisor por de más relevante, que realiza funciones muy importantes en el ciclo sueño-vigilia, pues permite que el organismo esté vigilante y es muy importante para la adaptación a alteraciones que puedan producirse en el entorno y, por lo tanto, para la supervivencia.
El aumento de la histamina en la sangre da inicio a los problemas, cuando ese aumento es mayor de lo normal.
Este aumento, mayor de lo normal, es la consecuencia de tres posibles situaciones, a saber: por un exceso de liberación de histamina interna, como sucede en el caso de las enfermedades alérgicas; la mastocitosis, el síndrome de activación mastocitaria, la policitemia vera y los tumores de células intestinales enterocromafines.
Pero si por algo es conocida la histamina es por su relación con las alergias. En tal sentido, en una reacción alérgica, el organismo elabora inmunoglobulina E (IgE) contra proteínas no dañinas (alergénicas).
Cabe destacar que la mayoría de estas IgE entrelazadas fusionadas a la membrana de los millones de mastocitos y basófilos que circulan en el cuerpo.
De tal manera, que cuando un alérgeno entra en el cuerpo y se mezcla con la IgE, se desencadena una respuesta que hace que se segreguen distintas sustancias, que se encuentran en estas células, entre ellas la histamina.
Esta segregación es imprevista, violenta, rápida e intensa, por eso las reacciones alérgicas son tan rápidas y eventualmente graves.
Al mismo tiempo, se sabe que los humanos tenemos cuatro tipos de receptores de histamina considerablemente repartidos por el cuerpo, que se denominan RH1, RH2, RH3 y RH4.
La adherencia de la histamina a sus receptores provoca una serie de efectos por parte de las células.
Los medicamentos antihistamínicos tienen la particular función de bloquear la unión de la histamina a sus receptores.
Los antihistamínicos anti H1 obstaculizan los RH1 y son los que se utilizan en las enfermedades alérgicas. Entre algunos antihistaminicos tenemos: la cetirizina, la ebastina, la loratadina, la bilastina, etc. Por otro lado, los anti H2 bloquean los RH2 y se emplean como antiácidoscomo es el caso de la ranitidina y la famotidina.
Actualmente no existe en los comercios, antihistamínicos anti H3 ni anti H4, pero hay especialistas que están llevando a cabo estudios sobre moléculas bloqueantes de estos receptores que puedan ser utilizadas para el tratamiento de algunas enfermedades. (Ver Nervio Olfatorio)
Con el siguiente vídeo estaremos aprendiendo, de la mano del Dr. Bueno, lo que son las alergias, los síntomas que producen, porqué tenemos alergia y el tratamiento apropiado para los diferentes tipos de alergia.
Para concluir, en nuestro organismo hay un sinfín de células, de las que ni siquiera tenemos ideas que existen, entre ellas encontramos a los basófilos que son leucocitos circulantes derivados de la médula ósea, con una gran variedad de funciones y de relevancia, en lo que a ciertas enfermedades, que afectan el cuerpo humano y hasta el cuerpo de los animales, con las que están relacionados.