Adenohipófisis: definición, anatomía, función, enfermedades y más

Esta glándula, llamada también pituitara es la encargada de regular la emanación de muchas hormonas relacionadas con el crecimiento, la sexualidad y el metabolismo. En este artículo te puedes documentar sobre ello.

Definición de Adenohipofisis

Es el segmento anterior y mayor de la hipófisis, llamada también glándula pituitaria. Tiene estructura de forma ovoide situada en la zona basal del encéfalo, por abajo del hipotálamo (con el cual se conecta en el tallo hipofisario) y reposando en el sunuosidad del hueso esfenoides, llamada silla turca.

Consiste en una reducida región cerebral de suma importancia para el desarrollo de los seres humanos, la cual tiene como función fundamental controlar la emanación de numerosas hormonas. Conforma el sistema neuroendocrino, y concretamente se asocia a hormonas que tienen que ver con el crecimiento, la sexualidad y el metabolismo.

Esta zona cerebral se halla sumamente vascularizada, y tiene numerosas células de tipo glandular. Es así como la adenohipófisis se encuentra constituida por seis extensos tipos de células. (Ver artículo: el alfato)

De ellas por lo menos cinco son conocidas por librar las diversas hormonas que la adenohipófisis emana y controla: somatótropas (libran la hormona del crecimiento), mamótrapas (inciden en la emanación de prolactina y tirotropina), corticótropas (brotan la corticotropina o ACTH), las gonadótropas (asociadas a las hormonas sexuales foliculoestimulante y luteica), las tirótropas (incitan la síntesis de prolactina, pero fundamentalmente tirotropina) y cromófobas (se considera que reemplazan la probable pérdida de las anteriores).

Anatomía y Fisiología de la Adenohipofisis

La parte anterior y más voluminosa de la pituitaria se llama adeno-hipófisis y está conformada por células epiteliales que emanan siete hormonas de tipo proteica, la mayoría de las cuales son hormonas trópicas, por cuanto se ocupan de activar la función de una cadena de órganos endocrinos periféricos.

Hay seis tipologías de células segregativas que, a excepción de una, se especializan en la elaboración de una hormona.

Son ellas somatotropo (somatotropina), lactotropo (prolactina), tirotropo (TSH), gonadotropo (que emana tanto FSH como LH), corticotropo (ACTH) y melanotropo (alfa-MSH).

Hay dos tipos de hormonas en la adeno-hipófisis:

  • Las somato-mamotróficas (hormona del crecimiento, prolactina), cadenas largas de único péptido, con puentes di-sulfídicos.
  • Las glicoproteicas (tirotropina y gonadotropinas), que presentan iguales la sub-unidad alfa de 89 aminoácidos y diferente la beta, que les aporta sus propiedades específicas derivadas de la pro-opio-melano-cortina o POMC (ACTH, beta-MSH y lipotropina) –citada como la gran mamá- predecesora de péptidos más reucidos que son fabricados por un procedimiento post-translacional.

Embriología, anatomía e histología

Embriológicamente la adeno-hipófisis evoluciona partiendo de una invaginación – durante la cuarta semana – del ectodermo superficial (techo de la zona oral primitiva) llamada Bolsa de Rathke.

Crece en dirección al infundíbulo y después se aparta de la cavidad oral, cambiando a un islote epitelial cóncavo que en su zona más elevada se articula a una extensión del piso del encéfalo, para dar paso luego a la porción tuberal de la pituitaria; en relación al islote, las células de su fracción delantera se vuelven gruesas y conforman la zona anterior de la hipófisis. ( ver artículo: el gusto)

La hipófisis es una formación ovoide con un peso cercano a 500 mg, cuya fracción principal reposa en una concavidad del esfenoides reconocido como la silla turca.

El 75% de la glándula lo constituye la adeno-hipófisis, que consta de la parte distalis (la más importante), la tuberalis (que es parte del tallo hipofisiario conjuntamente con el infundíbulo) y la parte intermedia, casi imperceptible en el ser humano.

Una deflexión de la duramadre en figura de diafragma –mediante la cual atraviesa el hipofisiario- separa la glándula en sus partes infla y supraselares. El quiasma óptico se halla arriba y adelante, en la parte inferior se encuentra el seno esfenoidal y a los lados se hallan los senos cavernosos, en tanto que atrás se ubican los cuerpos mamilares. El sistema portal hipotálamo-hipofisiario es porción d suma importancia en la estructura anatómica.

Histológicamente se ha sostenido de que la hipófisis presenta, en iguales proporciones, (teñidas con hematoxilina-eosina) y otras cromófobas o C (más pequeñas, que escasamente se tiñen o no lo logran). Hoy se sostiene que los dos  tipos de células forman parte de un ciclo de actividad e inactividad segregativa.

No obstante, no es muy evidente la diferencia de las células cromofilas entre basófilas o b y las acidófilas o a; esta terminología aún se cita; las hormonas glicoproteicas (PAS positivas) y las procedidas de la pro-opio-melano-cortina (POMC) corresponden a las primeras, y las somato-mamotróficas a las segundas.

La adeno-hipófisis posee dos tipologías de células acidófilas y 3 de células basófilas. Cada una posee una división característica: las somatotropas que son la mitad de éstas (ubicadas en las alas laterales), corticotropas (en la región anteromedial entre las alas citadas) y tirotropas (abundantes en el borde anteromedial); las mamotropas y gonadotropas poseen una división más irregular.

Hormonas de la Adenohipófisis

Hormonas somato-mamotróficas

La hormona del crecimiento, conocida como somatotropina, es codificada por un gen de un conjunto de cinco -ubicado en el brazo alargado del cromosoma 17- es una combinación diversa de péptidos que se diferencian por su carga o tamaño.

Como se señaló, el 50% de las células hipofisiarias son somatotropos y la elaboración de la hormona del crecimiento –grande en niños- logra las cifras más elevadas en la adolescencia, reduciéndose a rangos mínimos en la edad adulta; su emanación de hormona sucede en impulsos no periódicos y de intensidad irregular –con picos y depresiones- de forma que hay instantes en que sus rangos séricos pueden ser indetectables.

Por la noche –luego de empezar el sueño profundo- los impulsos son más amplios y periódicos. En vista de estas alteraciones, en el análisis clínico es necesario, o bien tomar diversas muestras y crear un pool, o aplicar pruebas dinámicas, especialmente para revelar una deficiencia.

Fisiológicamente hay dos hormonas –la gonado-relina y la somatostatina- que controlan su amanación, pero asimismo existen diferentes estímulos (neuro-transmisores, fármacos o metabolitos) que inciden en la segregación de la hormona.

La glucosa plasmática asimismo es un fuerte controlador, y la hipoglicemia por insulina u otras causas, origina un expedito incremento en su excreción; al igual que la ejercitación física, el estrés, la excitación emocional y la ingesta de alimentos protéicos.

Las semejanzas entre la hormona del crecimiento y la prolactina se basan en los receptores, que son homólogos en relación a serie de aminoácidos y la disposición estructural generalizada. Cantidades de tejidos u órganos captan el efecto de la somato-tropina, entre esos el hígado, los diversos tejidos musculares (cardiaco, estriado, liso), fibroblastos, tejido linfoide, gonadas y el hipotálamo.

Sus efectos son anabólicos en unos tejidos y catabólicos en otros; los primeros son inhabilitados por los gluco-corticoides, y los segundos reforzados por ellos, pero debilitados por la insulina.

Son trabajos directos de la hormona del crecimiento:

  • Fabricar el factor insulina-símil 1 (IGF-1 o somatomedina)
  • Lipólisis
  • Estimular la gluconeogénesis.
  • Son efectos intervenidos por el IGF-1:
  • Generar hiperplasia –más que hipertrofia- en la mayoría de los tejidos
  • Incitar la condrogénesis, el desarrollo del esqueleto y tejidos blandos.

La prolactina es otra hormona somato-mamotrófica, que presenta 199 aminoácidos, y si bien corresponde a la superfamilia del gen prolactina-GH, puede ser codificada en mamíferos; en éstos incluso por más de un gen, y además existe una extensa gama de sdiferencias estructurales.

Por lo general se produce en el lactotropo, pero igualmente en el somatotropo, en el cerebro, tejido mamario, folículo ovárico y glándulas sexuales accesorias masculinas.

Su síntesis y excreción en el feto empieza en las primeras semanas de embarazo, y sus concentraciones reducen luego de nacer; en los hombres se mantienen bajas a lo largo de toda la vida; y son un tanto mayores en mujeres con ciclos normales. En el embarazo los rangos se incrementan, y llegan a la cúspide al final de la gestación, reduciendo en caso de que no se aplique la lactancia materna.

Las que proporcionan el pecho a su bebé, la succión o manipulación de mamas incita la excreción de prolactina, y las concentraciones que circundan de esta última pueden acrecentar de diez a cien veces a los 30 min. siguientes a la motivación.

Su emanación es fundamentalmente inhibida por la dopamina o PIF e igualmente por los estrógenos; la administración de TRH genera excreción de prolactina. Independientemente de la succión y el manejo, los elementos que perturban su secreción son semejantes a los que median en la emanación de la hormona del crecimiento.

La prolactina opera sobre la glándula mamaria, que asimismo –durante el embarazo- es intervenida por otras hormonas (estrógenos, hormona del crecimiento, progesterona, lactógeno placentario, insulina, cortisol y hormona tiroidea), que disponen las mamas para la lactancia. A lo largo de la gestación la segregación láctea se detiene por los altos rangos de estrógenos y progesterona.

En el puerperio, la prolactina diferencia las células pre-secretorias de las secretorias, y se incrementa la síntesis de la caseína, lactalbúmina y beta-lactoglobulina (proteínas de la leche), la de ácidos grasos y fosfolípidos.

Las enzimas que median en la producción de lactosa igualmente son incitadas por esta hormona. A lo largo de la lactancia, la chupadura incita la generación de prolactina, y la hormona eyecto-láctea –la oxitocina- beneficia la salida de la leche materna. 5899415569761961  3623246

Glicoproteínas

Las hormonas hipofisarias luteinizante (LH), la folículo-estimulante (FSH) y la gonadotropina coriónica (HCG), son las gonadotrópicas. Éstas y la TSH son glicoproteínas. En hombres y mujeres, la síntesis y excreción de FSH y LH es llevada a cabo por el gonadotropo. La sub-unidad alfa es igual en estas hormonas, posee 89 aminoácidos, y la que la diferencia es la sub-unidad beta. Las dos gonadotropinasposeen igual cantidad de aminoácidos –ciento quince- y su excreción es controlada por la gonado-relina hipotalámica.

En las mujeres, la progesterona y los estrógenos impiden la liberación de LH y FSH, en tanto que en los hombres son el estradiol y la testosterona las que privan la excreción de gonadotropina. Las dos glicoproteínas operan en etapas terminales de gestación del folículo ovárico, generando la descarga estrogénica.

El feedback es negativo sobre la LH cuando los niveles estrogénicos están reducidos o invariables; pero si son rangos elevados –cuando el folículo está hecho- el feedback es positivo y se origina el pico de LH que produce la ovulación aproximadamente nueve horas luego. La LH permanece después suscitando la formación del cuerpo lúteo, que genera progesterona.

Otro control de la secreción gonadrópica es ejecutado por la inhibina, un péptido elaborado por ovarios y testículos en respuesta a la FSH. La inhibina elimina selectivamente la síntesis de FSH y su secreción, sin consecuencias en la síntesis y secreción de LH . En los caballeros la liberación de LH y FSH es semejante, no obstante, los impulsos de LH son superiores que los de FSH, y este patrón equivalente de excreción permanece a lo largo de toda la vida masculina.

En el transcurso de la vida fértil de la mujer sucede un patrón más complejo de excreción de LH y FSH, como consecuencia del ciclo menstrual. En la menopausia finaliza la función de los ovarios. Al no existir hormonas femeninas ni inhibina para eliminar la excreción de LH y FSH, se origina un incremento significativo de FSH, con rangos más elevados que los de LH.

E resumen -en mujeres sexualmente maduras- la FSH (con la apoyo de la LH) opera rn el folículo para generar la liberación de estradiol (E2) y –en los hombres con maduración sexual- opera en las espermatogonias para –con la contribución de la testosterona- producir el semen.

La LH –en el sexo femenino- incita al folículo que secreta estrógenos, y gracias a su impulso en la mitad del ciclo, complementa la meiosis del óvulo y lo libera, incitando después al folículo ya vacío para que se transforme en cuerpo lúteo, que emena la progesterona. En los hombres la LH (conocida igualmente como estimulante de las células intersticiales o ICSH) incita las referidas células de Leydig para que se origine la testosterona.

La tirotropina, TSH u hormona estimulante de la tiroides incita esta glándula para la generación de hormonas tiroideas: tiroxina o T4 y triyodo-tironina o T3; y es a su vez controlada por la TRH del hipotálamo, y por medio de la retro-alimentación, por la parte libre de la tiroxina.

La TSH posee cierta independencia con la TRH, ya que sin la presencia de la última se puede conservar un grado mínimo de función tiroidea. La somtostatina hipotalámica igualmente priva su emanación. Su cadena beta –que le proporciona las características tiro-estimulantes- posee 112 aminoácidos, y la alfa, igual que la de las gonadotropinas, 89.

Función de la Adenohipofisis

La Adenohipófisis, como se ha establecido, presenta como objetivo principal secretar y controlar los rangos de diversas hormonas, las cuales son esenciales a la hora de producir y posibilitar diversos procesos biológicos. Entre las diversas hormonas que produce sobresalen las que se detallan a continuación.

Corticotropina. Conocida igualmente como hormona adrenocorticotropa. Esta sustancia se presenta como primordial a la hora de producir glucocorticoides endógenos, perjudicando básicamente las glándulas suprarrenales.

Su acción produce la motivación de diversas hormonas por parte de la citada corteza, las cuales facilitan que se controlen elementos como el metabolismo (ejemplo, secreción de insulina), el equilibrio homeostático y los procesos inflamatorios.

Betaendorfinas. Son otras de las hormonas libradas por la adenohipófisis. Estas sustancias operan como opioides endógenos, relacionados por lo general a disminuir, moderar, incluso cortar la sensación de dolor. A la vez produce sensaciones de placer y relajación. Se produce al efectuar trabajos mayores, o en el embarazo y parto.

Tirotropina. Hormona primordial que controla la funcionalidad de la tiroides, incitando su acción para la segregación de hormonas tiroideas y el control de estas en el cuerpo.

Prolactina. Es fundamentalmente reconocida por ocuparse la fabricación de leche en las glándulas mamarias luego del embarazo (aunque la hormona ya comienza a subir sus cantidades a lo largo de  éste). Aparte de esta acción, igualmente interviene en el desarrollo de los pechos, la contención de la menstruación y en el período refractario masculino.

Hormona Foliculoestimulante. Sustancia fundamental en el ámbito de la reproducción, la hormona foliculoestimulante ejecuta en la mujer el papel de incitar la generación de ovocitos y estradiol -en los hombres, sucede igual con la creación de espermatozoides-. Aparte de eso, igualmente incide en el desarrollo físico y en la madurez sexual.

Hormona Luteinizante. Esta hormona se está profundamente relacionada a la reproducción y al cuerpo lúteo. Se le reconoce como una de sus funciones principales la de incentivar el proceso de ovulación. En el hombre cumple igualmente un papel en la reproducción y la sexualidad, por cuanto incita la fabricación de testosterona por parte de las células de Leydig en los testículos. Asimismo, favorece la creación de progesterona, de tal forma que se permita la implantación de un probable óvulo fecundado.

Somatotropina u hormona del crecimiento. Es esencial, para la incitación del crecimiento y el desarrollo físico. Músculos y huesos se ven intervenidos por esta hormona, entre otros tejidos. Además, se relaciona con el consumo ingesta y metabolización de grasas, nutrientes, y su aprovechamiento en el organismo.

Enfermedades de la Adenohipofisis

La hipófisis está compuesta de tres partes:

  • Lóbulo anterior o adenohipófisis: procede desde el punto de vista embriológico de un esbozo de la faringe (bolsa de Rathke), y se encarga de la segregación de cantidades de hormonas.
  • Hipófisis media o parte intermedia: genera 2 polipéptidos conocidos como melanotropinas u hormonas estimulantes de los melanocitos, que provocan el incremento de la síntesis de melanina en las células de la piel.
  • Lóbulo posterior o neurohipófisis: originario por la evaginación del piso del tercer ventrículo del diencéfalo, a quien se le reconoce bajo el término de infundíbulo, queda articulado mediante el tallo hipofisario; acumula hormonas ADH y oxitocina segregadas por fibras amielínicas de los núcleos supraópticos y paraventriculares de las neuronas del hipotálamo.

Alteraciones vinculadas a la Adenohipófisis

La Adenohipófisis es una glándula fundamental para el ser humano; su perturbación o lesión puede ocasionar diversos trastornos de consecuencia de diversa severidad. ( ver artículo: nervio espinal)

Es posible hallar en su disfunción perturbaciones del crecimiento, entre las cuales podemos hallar varios tipos de enanismo y gigantismo (déficit o exceso de hormona del crecimiento). El rol de la Adenohipófisis en la producción de hormonas tiroideas origina que su disfunción se halle asociada a la afección de hipotiroidismo (por defecto) como de hipertiroidismo (por exceso).

Del mismo modo puede perjudicar la función reproductiva, afectando tanto la libido (ejemplo de ello es que puede presentarse una hiperprolactinemia) como la propia conformación de hormonas y células sexuales.

Esto se ilustra en el caso donde la mujer podría presentar dificultades o incluso el cese de la menstruación, y su capacidad de generar óvulos. Finalmente, puede también producir perturbaciones metabólicas (incluyendo la diabetes) e inducir dificultades a la hora de metabolizar y emplear elementos como las grasas e hidratos de carbono.

Adenohipófisis y neurohipófisis

Pertenecen al lóbulo anterior y posterior de la hipófisis, respectivamente.

La adenohipófisis sintetiza y segrega sus propias hormonas, las cuales pueden ser:

  • Tróficas, cuando operan en otra glándula endocrina, como adrenocortitropina (ACTH), tirotropina o estimuladora de la tiroides (TSH); la folículo estimulante (FSH)y la leutinizante (IH).
  • Hormonas de acción directa, al operar en forma directa en células y órganos. Son ellas la hormona de crecimiento o somatropina (GH), la mamotropina o prolactina (LTH), las endorfinas, y la hormona estimulante de los melanocitos (MSH).

La adrenocorticotropina es una hormona polipeptídica que opera en la corteza de las glánduas suprarrenales, incitando la secreción de la hormona corticoides.

La tirotropina o estimuladora de la tiroides (TSH) es una hormona glucoproteica que funciona sobre la glándula tiroides incitando la segregación de la hormona tiroxina.

La hormona  folículo estimulante es una hormona glucoproteica que trabaja sobre las gónadas u órganos reproductores (ovarios o testículos), incitando la generación de óvulos en la mujer y la fabricación de espermatozoides en el hombre.

La hormona leutinizante  es glucoproteica que acciona en las gónadas promoviendo la generación de hormonas sexuales.

La hormona de crecimiento o somatropina (GH). Hormona proteica que opera sobre los músculos, los huesos y el hígado, incitando la síntesis de proteínas y el crecimiento.

La mamatropina o prolactina (LTH). Hormona proteica que acciona en las glándulas mamarias, motivando la elaboración de leche a lo largo del embarazo.

Las endorfinas son hormonas proteicas que proceden como neurotransmisores en las neuronas de la médula espinal. Su acción radica en reducir las percepciones de dolor.

Hormona estimulante de los melanocitos (MSH). Hormona peptídica que opera en los melanocitos de la piel y regula la pigmentación de la piel.

La neurohipófisis o hipófisis posterior 

Esta glándula segrega hormonas sintetizadas por el hipotálamo que opera sobre los órganos, es decir se convierten así en hormonas del hipotálamo Son ellas la vasopresina u hormona antidurética, y la oxitocina . La vasopresina suscita  la retención de agua en los riñones. La hormona antidurética opera sobre los riñones procurando que almacenen agua en momentos cuando el nivel de ésta es bajo en el cuerpo.

La oxitocina funciona en las glándulas mamarias procurando que estas excreten la leche en el periodo de lactancia. Igualmente proceden sobre el útero incitando las contracciones uterinas al momento del parto.

Este tejido es parte de la hipófisis o glándula pituitaria, por lo cual pertenece al sistema endocrino. Está conformada básicamente por axones sin mielina, proveniente del hipotálamo, y por capilares sanguíneos.

La neurohipófisis es un modelo de neurosecreción, por cuanto controla la secreción de hormonas, pero no las sintetiza. Por el contrario, su función principal es el acopio. La neurohipófisis puede trastornarse por daños cerebrales, tumores o enfermedades congénitas donde no se desarrolle apropiadamente. Esto posibilita alteraciones en los rangos de vasopresina y oxitoxina.

Desarrollo de la neurohipófisis

La adenohipófisis, como se señaló anteriormente, procede de una invaginación del ectodermo oral de nombre “bolsa de Rathke”. En tanto que la neurohipófisis brota del infundíbulo; una ramificación hacia abajo del ectodermo neural. Es pertinente destacar que el ectodermo es una de las capas germinales que brotan a lo largo del desarrollo embrionario temprano. Es decir, es aquella que da paso al sistema nervioso y a numerosas glándulas del organismo.

El ectodermo oral y neural, los cuales son precursores de la pituitaria, conservan un cercano contacto a lo largo de la embriogénesis. Este contacto es fundamental para el apropiado desarrollo de la glándula pituitaria; al ésta estar formada por completo, logra las dimensiones de un guisante.

Funcionamiento

En contraste con la adenohipófisis, la neurohipófisis no sintetiza hormonas, solamente las almacena y secreta cuando es requerido.

Los axones (prolongaciones neuronales) que alcanzan la neurohipófisis muestran sus cuerpos celulares (núcleos) en el hipotálamo. Específicamente, en los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo.

Dichos cuerpos celulares hipotalámicos forman hormonas que transitan por los axones que atraviesan el tallo hipofisario, alcanzando la neurohipófisis; la cual puede librar hormonas en el torrente sanguíneo de manera directa.

Para ello, los terminales de los axones de la neurohipófisis, que son una especie de botones, se enlazan con los capilares sanguíneos. En dichos botones se concentran hormonas que serán libradas a la sangre cuando el organismo lo requiera.

Al parecer, los impulsos nerviosos del hipotálamo regulan tanto la síntesis como la liberación de las hormonas almacenadas en la neurohipófisis.

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