El Cáncer de tiroides surge en la glándula de la tiroides específicamente. Éste se caracteriza porque provoca un crecimiento exagerado de las células que se encuentran en la tiroides. Dicho crecimiento de las células, de manera exagerada, produce alteraciones en el funcionamiento de la glándula de la tiroides.
¿Qué causa el Cáncer de tiroides?
El cáncer de tiroides está relacionado con diversas enfermedades hereditarias, por lo que aún se desconoce la verdadera causa, del Cáncer de tiroides y sus distintas manifestaciones.
Hay alteraciones en el ADN de los seres humanos que pueden producir cambios en las células de la tiroides y provocar la transformación de las mismas en células cancerosas.
El ADN es el ácido desoxirribonucleico que conforma todas y cada una de las células de nuestro cuerpo, conteniendo en sí, la información que aportan los genes de los seres humanos y de todo ser vivo. Cada individuo presenta un ADN propio y único, porque no se repite. Además de aportar parecidos entre padres e hijos, familiares, etc., el ADN también puede aportar enfermedades, por lo que se incrementan los riesgos de padecer cáncer, entre dichas enfermedades.
Existen genes que poseen disposiciones para controlar el crecimiento de las células y la división en nuevas células. Hay ciertos genes que contribuyen al crecimiento y división o que ocasionan que las mismas vivan por más tiempo de lo que deberían se conocen como oncogenes.
Es decir, que los oncogenes son los genes que se encargan del cambio de una célula normal en una célula maligna que producirá un tipo de cáncer específico. Por otro lado, existen también genes que retardan la división celular o hacen que las células mueran en el momento indicado se denominan genes supresores de tumores. El cáncer puede ser originado por alteraciones en el ADN que estimulan a los oncogenes o neutralizan a los genes supresores de tumores.
A los seres humanos heredan cada padre le aporta un gen. Esto puede provocar, que se herede ADN deteriorado de uno o ambos padres. No obstante, las investigaciones demuestran que, por lo general los diferentes tipos de cánceres no son producidos por alteraciones genéticas hereditarias. (Ver Causas de Tiroides)
Signos y síntomas del Cáncer de tiroides
El Cáncer de tiroides puede producir una serie de señales o síntomas, los cuales son de vital importancia para el médico a la hora de realizar su diagnóstico.
Estos síntomas que se presentan son:
- Un bulto o masa en el cuello que, aunque no siempre sucede de manera rápida, crece velozmente.
- Una especie de hinchazón en el cuello
- Dolor en la parte anterior del cuello que algunas veces se extiende hasta los oídos
- Ronquera u otras alteraciones en la voz que tienden a durar indefinidamente
- Problemas para tragar a la hora de consumir cualquier tipo de alimento
- Trastornos respiratorios, se hace difícil respirar
- Tos constante que no tiene nada que ver con gripe o resfriado común
La presencia de estos signos o síntomas, hace menester que se consulte con un especialista inmediatamente. Aunque no siempre resulta que dichos síntomas sean manifestaciones de algún tipo de cáncer. Los nódulos en la tiroides son frecuentes y por lo general, son benignos. Sin embargo, es conveniente la revisión médica, en caso de presentar alguno de los síntomas antes mencionados y así recibir pronto tratamiento y alivio. (Ver Enfermedades de la Tiroides)
Factores de riesgo del Cáncer de tiroides
Un factor de riesgo consiste en toda condición que pueda incrementar la posibilidad de padecer cualquier tipo de enfermedad, entre ellas el Cáncer de tiroides. Sin embargo, así como hay diferentes tipos de cáncer, también hay factores de riesgo diferentes.
Estos factores se dividen en factores de riesgos que se pueden cambiar y factores de riesgo que no se pueden cambiar.
Cabe destacar, que los factores de riesgo, no son indicativos de que una persona va adquirir la enfermedad necesariamente, de hecho, existen pacientes que adquieren la enfermedad, que no presentan muchos de los factores de riesgo o ninguno.
Incluso, si una persona con Cáncer de tiroides presenta un factor de riesgo, generalmente, no es fácil saber si ese factor de riesgo, realmente contribuyó y en qué medida, para que se presentara el cáncer.
Factores de riesgo que no se pueden cambiar
- Sexo y edad
- Afecciones hereditarias
- Antecedentes familiares
Sexo y edad
Aunque las verdaderas causas se desconocen, se sabe que el Cáncer de la tiroides, como casi todas las afecciones tiroideas, se manifiesta más en mujeres que en hombres.
El cáncer de tiroides puede aparecer a cualquier edad. No obstante, para las mujeres, especialmente aquellas que están en las edades de 40 a 59 años, cuando se realizan el chequeo y reciben el diagnóstico, el riesgo está en su nivel más elevado, a una edad menor que para los hombres a quienes, por lo general, sus edades oscilan entre los 60 y 79 años. (Ver Tratamientos del tiroides)
Afecciones hereditarias
Como se menciona anteriormente, existen diversos tipos de Cáncer de tiroides y aunque se han relacionado con antecedentes familiares, generalmente, estas personas que padecen Cáncer en la tiroides, no presentan dicha condición, pues no poseen un familiar que la haya padecido.
Cáncer medular tiroideo:
Otra afección de la tiroides es el cáncer medular tiroideo, de los cuales, se cree que 8 de cada 10 carcinomas medulares de tiroides son el resultado del hecho de heredar un gen anormal. Estos casos son denominados: carcinoma medular de tiroides familiar (familial medullary thyroid carcinoma, FMTC). Dicho padecimiento puede presentarse solo, o unido con otros tumores.
La combinación de carcinoma medular de tiroides familiar con tumores de otras glándulas endocrinas es a lo que se denomina neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN 2).
Hay dos subtipos, la neoplasia endocrina múltiple tipo 2a y la neoplasia endocrina múltiple tipo 2b: los dos tipos de neoplasia, se producen por metamorfosis defectuosas en un gen llamado RET (el gen RET, es un protooncogén).
En la neoplasia endocrina múltiple tipo 2a, el carcinoma medular de tiroides se produce con los feocromocitomas, que consisten en tumores que producen adrenalina y con los tumores de las glándulas paratiroides.
En la neoplasia endocrina múltiple tipo 2b, el carcinoma medular de tiroides está relacionado con los feocromocitomas y con los desarrollos benignos de los tejidos nerviosos en la lengua y en otras partes del cuerpo conocidos como neuromas. Este subtipo es mucho menos frecuente que el neoplasia endocrina múltiple tipo 2a.
Este tipo hereditario del carcinoma medular de tiroides, por lo general se desarrollan en la infancia o en adultos jóvenes y se pueden extender de manera prematura. El carcinoma medular de tiroides es más agresivo en el síndrome neoplasia endocrina múltiple tipo 2b. Si una familia presenta neoplasia endocrina múltiple tipo 2a, neoplasia endocrina múltiple tipo 2b o carcinoma medular de tiroides familiar aislado, los miembros de dicha familia, presentan un riesgo elevado de carcinoma medular de tiroides.
Otros tipos de cáncer que producen Cáncer de tiroides
Existen personas con ciertas enfermedades hereditarias que presentan un elevado riesgo de tipos de cáncer de tiroides. Sin embargo, se observan índices más elevados de cáncer de tiroides en aquellas personas con enfermedades genéticas poco comunes, tales como:
Poliposis adenomatosa familiar (FAP)
Los pacientes que presentan este tipo de manifestaciones, presentan un alto número de pólipos en el colon, lo que los hace, especialmente sensibles a padecer cáncer de colon. Así como, el hecho de tener un riesgo elevado de algunos otros cánceres, en los que se incluye, el cáncer papilar de tiroides. El síndrome de Gardner es un subtipo de Poliposis adenomatosa familiar, en el cual los pacientes también presentan algunos tumores benignos. Tanto el síndrome de Gardner, como la Poliposis adenomatosa familiar son producidos por malformaciones en el gen APC (Adenomatous polyposis coli), el cual es un gen supresor.
Enfermedad de Cowden
Los pacientes que presentan la Enfermedad de Cowden, corren el peligro de presentar problemas con la tiroides y ciertos abultamientos benignos, en los que podemos incluir los que se conocen con el nombre de hamartomas. Además de correr el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer de tiroides, también se pueden ver afectados por el cáncer el útero, la mama, entre otros. El Cáncer de tiroides, tiene la tendencia de ser del tipo papilar o folicular. Este síndrome es causado con más frecuencia por defectos en el gen PTEN, el cual consiste en un gen supresor tumoral que se encuentra transformado con alta frecuencia en gran cantidad de cánceres. El gen PTEN es conocido también, como síndrome de hamartomas múltiples y síndrome de hamartoma tumoral PTEN. (Ver Síntomas de Tiroides)
Complejo de Carney, tipo I
El Complejo de Carney, tipo I en los pacientes, puede implicar una serie de tumores benignos y alteraciones hormonales. Otra condición que se les presenta a este tipo de pacientes, es el riesgo de padecer cáncer papilar y folicular. Este síndrome es causado por defectos en el gen PRKAR1A, el cual consiste en el gen de la subunidad reguladora de la proteína Kinasa A, que participa activamente en el complejo de Carney.
Carcinoma familiar de tiroides no medular
El cáncer de tiroides es característico en algunas familias, y por lo general, se manifiesta a una edad más temprana. Generalmente, el tipo de cáncer papilar de tiroides suele ocurrir entre las personas de una misma familia. Se piensa que los genes que están ubicados en el cromosoma 19 y en el cromosoma 1 son los responsables de la aparición de este tipo de cáncer en las familias.
Antecedentes familiares
El riesgo a padecer cáncer de tiroides se incrementa, si la persona tiene un familiar primer grado, como lo son la madre, el padre, una hermana o una hija con cáncer de tiroides, aunque, anteriormente no se haya presentado un caso que indique que es hereditario en la familia. Las bases genéticas para estos tipos de cáncer no están totalmente claras.
Factores de riesgo que se pueden cambiar
- Una alimentación baja en yodo
- Radiación
Una alimentación baja en yodo
El cáncer folicular de tiroides, se presenta con más frecuencia, en algunas regiones del mundo en las que las dietas de las personas son bajas en yodo. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la mayoría de las personas consumen suficiente yodo en la alimentación, ya que éste es añadido a la sal de mesa y a otros alimentos. Una dieta diaria, con niveles bajos en yodo también puede incrementar el riesgo de cáncer papilar si la persona también está expuesta a radioactividad.
Radiación
Algo que está más que comprobado, como un factor de riesgo, en lo que se refiere al Cáncer de tiroides, es la exposición a la radiación. Dicha exposición a la radiación se encuentran en ciertos procedimientos aplicados por los doctores y precipitación radiactiva de las armas nucleares o accidentes en plantas energéticas.
En los niños, esos tratamientos de radiación que se enfocan en la cabeza o el cuello son considerados un factor de riesgo del Cáncer de tiroides, que por supuesto va a depender de la cantidad de radiación que se le administre y de la edad del niño. Por lo general, el factor de riesgo es más elevado según la cantidad de las dosis y por supuesto, afectará a niños que sean más pequeños en edad al momento del tratamiento.
La radioterapia que se le aplica a los niños para ciertos tipo de cáncer, como linfoma, tumor de Wilms y neuroblastoma también incrementa el riesgo.
Los diferentes tipos de Cáncer de tiroides que se producen después de la radioterapia no son peores que los otros tipos de cáncer de tiroides, producidos por otros factores.
Otros procedimientos en los que se expone a la radiación a los niños, principalmente, y, por lo tanto, a correr riesgos de presentar en el futuro Cáncer de tiroides, son los estudios por imágenes, tal como las radiografías y las tomografías computarizadas aunque a dosis mucho más bajas.
Por lo que podemos concluir, que aunque no hay certeza de, cuánto podrían aumentar este tipo de procedimientos, el riesgo de cáncer de tiroides u otros tipos de cáncer. Si hay algún incremento en lo que se refiere al riesgo, este quizás, sea pequeño, pero por cuestión de seguridad, a los niños no se les debe aplicar este tipo de procedimientos, en los que hay radiación, a menos que sea absolutamente necesario.
Cuando se hace indispensable la realización de este tipo de estudios en niños, se debe emplear la dosis más baja de radiación que proporcione una imagen clara.
Dicha exposición a la radiación, resulta mucho menos peligrosa de producir cáncer de tiroides, cuando a quien se le aplica, es una persona ya adulta. (Ver Nódulo en la Tiroides)
Prevención
Por lo general, en la mayoría de las personas que presentan Cáncer de tiroides no poseen factores de riesgo conocidos; por lo que se hace imposible prevenir en la mayoría de los casos, esta enfermedad.
Hay otros procedimientos que se pueden utilizar para saber si hay mutaciones genéticas encontradas en el cáncer medular de tiroides familiar (MTC), que son los exámenes de sangre. Es por ello, que la mayoría de los casos de cáncer medular de tiroides familiar, pueden prevenirse o tratarse a tiempo a través de la extirpación de la glándula tiroides. Una vez se detecte la enfermedad en una familia, se pueden realizar las pruebas para el gen mutado al resto de los miembros de la familia.
Si existen en la familia, casos de cáncer medular de tiroides, es importante que se consulte con un especialista que además, tenga conocimientos de los últimos avances en la asesoría genética y en las pruebas genéticas para esta enfermedad. Uno de los procedimientos recomendados en niños que presentan el gen anormal, es la extracción de la glándula tiroides, con lo que posiblemente se prevendrá un cáncer que, de lo contrario, podría ser mortal.
Detección y diagnóstico
Detectar el cáncer cuando se está formando, es decir en sus etapas iniciales, por lo general, permite la probabilidad de contar con más opciones de tratamiento. Aunque no en todos los casos, el cáncer en etapa inicial aparecen signos y síntomas que pueden ser notados.
Muchos de los casos de cáncer de tiroides se pueden descubrir en sus inicios. La mayoría de los tipos de cáncer de tiroides se descubren con mayor antelación, hoy en día, que en el pasado.
Esto se debe a que los pacientes, van a consultar a sus médicos porque han sentido abultamientos o hinchazón en sus cuellos, los cuales conocemos con el nombre de nódulos. Si una persona, presenta síntomas que no son comunes, tales como una masa en el o inflamación en su cuello, debe consultar con su médico de inmediato.
En lo que se refiere a la detección de otros tipos de cáncer, son fáciles de encontrar durante un examen de rutina. Sin embargo, en cuanto al Cáncer de tiroides no existe, una prueba determinada que pueda recomendarse para detectar con anticipación.
Existen especialistas que sugieren a las personas, realizarse un chequeo de cuellos, por lo menos dos veces al año, con el fin de detectar cualquier masa o abultamiento.
No obstante, el Cáncer de tiroides puede ser detectado, en una ecografía o ultrasonido que haya sido recomendado para detectar cualquier otro problema de salud, tales como la reducción de la arteria carótida, la cual va a través del cuello para proporcionar sangre al cerebro o glándulas paratiroides hiperactivas o agrandadas.
Otra manera de detectar alteraciones tiroideas es con la realización de análisis de sangre o la ecografía de la tiroides, pero estas pruebas, sólo se recomiendan, como pruebas de detección para el cáncer de tiroides cuando el paciente presente un alto riesgo, como por ejemplo, antecedentes familiares de cáncer de tiroides.
Etapas del cáncer de tiroides
Luego de haber sido diagnosticado el Cáncer de tiroides, los especialistas deben investigar si el cáncer se ha extendido y de ser ese el caso, hasta dónde.
Este procedimiento es lo que se conoce como estadificación o determinación de la etapa. La etapa a la que los especialistas también mencionan como estadio de un cáncer, señala qué tanto cáncer hay en el cuerpo y ayuda a definir el grado de malignidad del cáncer, así como la mejor manera de tratarlo. Los especialistas emplean la etapa de un cáncer cuando se refieren a las estadísticas de supervivencia.
Los tipos de Cáncer de tiroides van desde la etapa o estadio I (1) a IV (4). Generalmente, mientras más bajo sea el estadio, quiere decir que aún no se ha extendido mucho el cáncer.
El estadio más alto, como la etapa IV, quiere decir que el cáncer se ha extendido mucho más. Además, en una misma etapa o estadio, una letra menor, quiere decir una etapa menos avanzada. Sin embargo, cada persona tiene una experiencia diferente del cáncer, los cánceres con etapas parecidas, suelen tener un pronóstico semejantes y por lo general, el tratamiento suele ser muy parecidos.
¿Cómo se determina la etapa?
El sistema de estadificación que es más utilizado para determinar el cáncer de tiroides es el sistema TNM del American Joint Committee on Cancer (AJCC).
Dicho sistema se utiliza para determinar cuánto cáncer padece el paciente y cuánto se ha extendido mediante las letras TNM. Cada letra tiene un significado diferente como por ejemplo: la letra T señala el tamaño del tumor y la propagación del cáncer hacia el tejido cercano; la letra N nos muestra la propagación del cáncer hasta los ganglios linfáticos cercanos y la letra M enseña las metástasis que consiste en la propagación del cáncer hacia otras partes del cuerpo.
El American Joint Committee on Cancer (AJCC) y la International Union Against Cancer (UICC) fueron quienes inventaron dicho sistema y lo actualizan cada vez que se hace necesario.
El sistema TNM se fundamenta en la información particular que proviene de tres partes específicas y a las que se refiere cada letra:
- La extensión o tamaño del tumor (letra T): ¿qué medida presenta el cáncer? ¿Ha evolucionado el cáncer en tejidos u organismos cercanos?
- La extensión a los ganglios (nódulos) linfáticos adyacentes (letra N): ¿Se ha extendido el cáncer a los ganglios linfáticos cercanos?
- La extensión (metástasis) a sitios distantes (letra M): ¿Se ha extendido el cáncer a órganos apartados tal como a los pulmones o al hígado?
Como ya se ha mencionado, los números y las letras después de la T, N y M suministran más especificaciones sobre cada uno de estos factores. La numeración más elevada quiere decir que el cáncer está más avanzado. En lo que se definen las categorías T, N y M de una persona, esta información se coordina en un procedimiento que se denomina agrupación por etapas para asignar una etapa general.
El sistema de estadificación que se presenta en la tabla a continuación, se emplea la etapa patológica, a la que también se le conoce como la etapa quirúrgica. El sistema de estadificación que se presenta en la tabla que sigue, se emplea la etapa patológica, a la que también se le conoce como la etapa quirúrgica. Esta se define por medio del examen de la muestra de tejido que fue obtenido durante una operación.
Si se da el caso de que no se puede llevar a cabo una cirugía de inmediato o en absoluto, en su lugar, al cáncer se le determinará una etapa clínica. La cual consiste en los resultados de un examen físico, biopsia y estudios por imágenes.
La etapa clínica se emplea para ayudar a planificar el tratamiento. En algunos casos, sin embargo, el cáncer se ha extendido más allá de los cálculos con los que cuenta la etapa clínica y ésta no puede predecir el pronóstico del paciente de manera tan exacta como una etapa patológica. (Ver Tiroides de Hashimoto)
Cáncer tiroideo diferenciado (papilar o folicular) en pacientes menores de 55 años de edad
Los estudios han demostrado que las personas más jóvenes tienen menos probabilidad de morir a causa del cáncer tiroideo diferenciado (papilar o folicular). Es por ello que los agrupamientos por etapas TNM para estos cánceres, se basan en esto. Por lo que, todos los pacientes que no llegan a 55 años de edad que presentan estos tipos de cáncer se clasifican en etapa I, si no se han extendido a distancia y en etapa II si hay extensión a distancia. Esta tabla a continuación incluye a pacientes de 55 años de edad y más, también pacientes menores de 55 años de edad.
Etapa AJCC |
Edad al momento del diagnóstico | Agrupamiento por etapas |
Descripción de las etapas del cáncer tiroideo diferenciado* |
I
|
Menores de 55 años de edad |
Cualquier T Cualquier N M0
|
El cáncer puede ser de cualquier tamaño (Cualquier T) y podría o no haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos adyacentes (Cualquier N).
No se ha extendido a sitios distantes (M0). |
O |
|||
55 años de edad o más |
T1
N0 o NX M0 |
El cáncer no mide más de 2 cm [0.8 pulgadas] de ancho y se encuentra aislado en la tiroides (T1). No se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos (N0), ni a sitios distantes (M0). |
|
O | |||
55 años de edad o más |
T2
N0 o NX M0 |
El cáncer mide más de 2 cm [0.8 pulgadas] de ancho pero menos de 4 cm y se encuentra aislado en la tiroides (T2). No se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos (N0), ni a sitios distantes (M0). |
|
II |
Menores de 55 años de edad |
Cualquier T
Cualquier N M1 |
El cáncer puede ser de cualquier tamaño (Cualquier T). Podría o no haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos (Cualquier N). Se ha diseminado a otras partes del cuerpo, tal como ganglios linfáticos distantes, órganos internos, huesos, etc. (M1). |
O | |||
55 años de edad o más |
T1
N1 M0 |
El cáncer no mide más de 2 cm [0.8 pulgadas] de ancho y se encuentra aislado en la tiroides (T1). Se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos (N1). No se ha extendido a sitios distantes (M0). |
|
O |
|||
55 años de edad o más |
T2
N1 M0 |
El cáncer mide más de 2 cm [0.8 pulgadas] de ancho pero menos de 4 cm y se encuentra aislado en la tiroides (T2).
Se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos (N1). No se ha diseminado a sitios distantes (M0). |
|
O |
|||
55 años de edad o más | T3a o T3b
Cualquier N M0 |
El cáncer mide más de 4 cm pero se encuentra aislado en la tiroides (T3a) o ha crecido en los músculos infrahioideos alrededor de la tiroides (T3b). Puede o no haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos (Cualquier N). No se ha diseminado a sitios distantes (M0). |
|
III |
55 años de edad o más | T4a
Cualquier N M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y ha crecido considerablemente, más allá de la glándula tiroidea hacia los tejidos adyuvantes del cuello, tal como la laringe, la tráquea, el esófago (el tubo que conecta la garganta con el estómago) o al nervio de la laringe (T4a). Puede o no haberse extendido a los ganglios linfáticos adyacentes (Cualquier N). No se ha diseminado a sitios distantes (M0). |
IVA |
55 años de edad o más | T4b
Cualquier N M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y ha crecido considerablemente más allá de la glándula tiroidea de nuevo hacia la columna vertebral o hacia los vasos sanguíneos grandes cercanos (T4b). Puede o no haberse extendido a los ganglios linfáticos adyacentes (Cualquier N). No se ha diseminado a sitios distantes (M0). |
IVB | 55 años de edad o más | Cualquier T
Cualquier N M1 |
El cáncer puede ser de cualquier tamaño (Cualquier T) y podría o no haberse extendido a los ganglios linfáticos adyacentes (Cualquier N). Se ha diseminado a otras partes del cuerpo, tal como ganglios linfáticos distantes, órganos internos, huesos, etc. (M1). |
Las siguientes clasificaciones adicionales no se detallan en la tabla anterior:
- TX: No se puede calcular el tumor principal debido a falta de información.
- T0: No hay certeza de un tumor primario. Las clasificaciones N se describieron en la tabla anterior, excepto:
- NX: No se pueden calcular los ganglios linfáticos regionales debido a falta de información.
Cáncer anaplásico de tiroides (indiferenciado)
Todos los cánceres tiroideos anaplásicos se calculan en etapa IV, lo que demuestra el mal pronóstico para las personas con este tipo de cáncer.
Etapa AJCC |
Agrupamiento por etapas |
Descripción de las etapas del cáncer tiroideo anaplásico* |
IVA |
T1, T2 o T3a
N0 o NX M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño pero se encuentra aislado a la tiroides (T1, T2, o T3a). No se ha propagado a los ganglios linfáticos adyacentes (N0), ni a sitios distantes (M0). |
IVB |
T1, T2 o T3a N1 M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño pero se encuentra aislado a la tiroides (T1, T2, o T3a). Se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos (N1). No se ha diseminado a sitios distantes (M0). |
O |
||
T3b
Cualquier N M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y ha crecido en los músculos infrahioideos alrededor de la tiroides (T3b). Puede o no haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos (Cualquier N). No se ha diseminado a sitios distantes (M0). |
|
O |
||
T4
Cualquier N M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y ha crecido considerablemente más allá de la glándula tiroidea hacia los tejidos adyuvantes del cuello, tal como la laringe, la tráquea, el esófago (el tubo que conecta la garganta con el estómago), al nervio de la laringe, o hacia la columna vertebral o los vasos sanguíneos grandes cercanos (T4). Puede o no haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos (Cualquier N). No se ha extendido a sitios distantes (M0). |
|
IVC |
Cualquier T
Cualquier N M1 |
El cáncer puede ser de cualquier tamaño (Cualquier T) y podría o no haberse diseminado a los ganglios linfáticos adyacentes (Cualquier N). Se ha extendido a otras partes del cuerpo, tal como ganglios linfáticos distantes, órganos internos, huesos, etc. (M1). |
Las siguientes clasificaciones adicionales no se detallan en la tabla anterior:
- TX: No se puede calcular el tumor principal debido a falta de información.
- T0: No hay certeza de un tumor primario. Las clasificaciones N se describieron en la tabla anterior, excepto:
- NX: No se pueden calcular los ganglios linfáticos regionales debido a falta de información.
Cáncer medular tiroideo
La edad no representa un factor de riesgo en la etapa del cáncer medular de tiroides.
Etapa AJCC |
Agrupamiento por etapas |
Descripción de las etapas del cáncer tiroideo medular* |
I
|
T1
N0 M0 |
El tumor mide 2 cm (0.8 pulgadas) o menos y se encuentra aislado en la tiroides (T1). No se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos (N0), ni a sitios distantes (M0). |
II |
T2
N0 M0 |
El cáncer mide más de 2 cm, pero no mide más de 4cm de ancho y se encuentra aislado en la tiroides (T2). No se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos (N0), ni a sitios distantes (M0). |
O |
||
T3 N0 M0 |
El cáncer mide más de 4 cm y se encuentra aislado en la tiroides o es de cualquier tamaño y está creciendo fuera de la tiroides pero no afecta a estructuras cercanas (T3). No se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos (N0), ni a sitios distantes (M0). |
|
III |
T1, T2, o T3
N1a M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y podría estar creciendo fuera de la tiroides pero no afecta a estructuras cercanas (T1, T2, T3). Se ha propagado a los ganglios linfáticos en el cuello (pretraqueales, paratraqueales, prelaríngeos o mediastinales superiores) (N1a), pero no a otros ganglios linfáticos ni a sitios distantes (M0). |
IVA |
T4a
Cualquier N M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y ha crecido más allá de la glándula tiroidea hacia los tejidos cercanos al cuello, tal como la laringe, la tráquea, el esófago (el tubo que conecta la garganta con el estómago) o al nervio de la laringe (T4a). Puede o no haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos (Cualquier N). No se ha extendido a sitios distantes (M0). |
O |
||
T1, T2, o T3 N1b M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y podría estar creciendo fuera de la tiroides pero no involucra a estructuras cercanos (T1, T2, T3). Se ha propagado a determinados ganglios linfáticos en el cuello como los ganglios cervicales o yugulares (N1b). No se ha extendido a sitios distantes (M0). |
|
IVB |
T4b
Cualquier N M0 |
El cáncer es de cualquier tamaño y ha crecido hacia la columna vertebral o hacia los vasos sanguíneos grandes cercanos (T4b). Puede o no haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos (Cualquier N). No se ha propagado a sitios distantes (M0). |
IVC |
Cualquier T
Cualquier N M1 |
El cáncer tiene cualquier tamaño y podría haber crecido en estructuras adyacentes (Cualquier T). Puede o no haberse propagado a los ganglios linfáticos cercanos (Cualquier N). Se ha diseminado a sitios distantes como el hígado, los pulmones, los huesos o el cerebro (M1). |
Las siguientes clasificaciones adicionales no se detallan en la tabla anterior:
- TX: No se puede calcular el tumor principal debido a falta de información.
- T0: No hay certeza de un tumor primario. Las clasificaciones N se describieron en la tabla anterior, excepto:
- NX: No se pueden calcular los ganglios linfáticos regionales debido a falta de información.
Tasas de supervivencia del cáncer de tiroides por tipo y etapa
El índice de supervivencia muestra el número de pacientes con el mismo tipo y estadio de cáncer que permanecen vivas por cierto aproximadamente, 5 años después de haber sido diagnosticados con cáncer, aunque se dan casos en que las personas logran vivir más tiempo.
Una tasa de supervivencia a 5 años del 50% se refiere a que 50 de cada 100 personas que sufren ese tipo de cáncer permanecen con vida 5 años después del diagnóstico.
Las tasas referentes de supervivencia son una manera más exacta para calcular el efecto del cáncer sobre la supervivencia. Estas tasas contrastan a las personas que padecen cáncer con las personas de la población que no lo padecen.
Pero las tasas de supervivencia son cálculos, en cada pronóstico particular, puede haber variaciones, basados en una serie de factores específicos para cada paciente.
No obstante, las tasas de supervivencia no lo expresan todo, estas no pueden predecir lo que puede pasar en el caso determinado de cada paciente. El especialista puede enseñarle cómo se pueden administrar a su caso los números que están a continuación, ya que está informado con los distintos aspectos de su situación particular. (Ver Hormonas Paratiroideas)
Cáncer de tiroides avanzado
El cáncer de tiroides que afecta a la glándula tiroides, situada en la base del cuello por su parte frontal y con forma de mariposa, no es un tipo de cáncer muy común.
La glándula de la tiroides, como ya sabemos, se encuentra en la parte frontal del cuello y tiene forma de mariposa; es la encargada de producir las hormonas, que son imprescindibles para el buen funcionamiento de numerosas partes del organismo.
Tratamiento del cáncer de tiroides
Hay una serie de decisiones, que tienen que ser consideradas por los especialistas, en cuanto al tratamiento, que se va a determinar. Dicho tratamiento, va a depender del tipo y estadio del Cáncer de tiroides que cada paciente necesite.
Los especialistas encargados tienen varias opciones para el tratamiento a aplicar, estos médicos componen un equipo de doctores, cada uno con una especialidad determinada:
- Un cirujano: es el médico que para tratar los cánceres u otros trastornos, aplica una cirugía.
- Un endocrinólogo: es el médico que se especializa en las afecciones glandulares, que trastornan la secreción las hormonas.
- Un oncólogo especialista en radioterapia: es el médico que utiliza la radiación para curar el cáncer.
- Un oncólogo clínico: es un médico que utiliza la quimioterapia y otras medicinas para curar el cáncer.
- Sin embargo, también hay otros especialistas, que quizás pueden tomar parte de dicho equipo, para atender el cáncer en cuestión, tales como: enfermeras con licencia para ejercer la medicina, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, especialistas en rehabilitación y otros profesionales de la salud.
Después de la detección y clasificación del cáncer de tiroides, dicho equipo que atiende un cáncer determinado expondrá al paciente las diferentes alternativas de tratamiento. Cada una de sus opciones, deberá ser estudiada y evaluada concienzudamente antes de hacer una elección.
Al seleccionar un plan de tratamiento, los factores a considerar principalmente son: el tipo y el estadio del cáncer y la salud del paciente en general.
Las diferentes alternativas que el equipo puede ofrecer son:
- Cirugía
- Tratamiento con yodo radiactivo
- Terapia de hormona tiroidea
- Radioterapia con haces externos
- Quimioterapia
- Terapia dirigida
En algunos casos es muy frecuente combinar dos o más de estas alternativas de tratamiento.
Por lo general, los diferentes tipos de Cáncer de tiroides se pueden curar, principalmente, aquellos que no se han extendido a partes distantes del cuerpo.
Por otro lado, si el cáncer es incurable, la finalidad del tratamiento podría ser extirpación o destrucción de todo el tejido afectado por el cáncer como sea posible y con ello frenar el crecimiento del mismo o evitar que se reproduzca por el mayor tiempo que sea posible.
Sin embargo, en algunos casos, el tratamiento más allá de buscar la cura, está enfocado a paliar (aliviar) los síntomas, como el dolor o la dificultad para respirar y tragar.
El cáncer de tiroides se manifiesta principalmente, por la aparición de un nódulo (bulto) o inflamación en el cuello, que además no presenta ningún tipo de dolor.
Para diagnosticar el Cáncer de tiroides, los exámenes de sangre no son de mucha utilidad, debido a que es común que los niveles de hormonas sean normales es decir no hay presencia de eutiroidismo, el cual consiste en tener las glándulas tiroides funcionando anormalmente. Lo más común es que el nódulo sea detectado por el médico en un reconocimiento físico.
Otro medio de encontrar nódulos, es cuando se realizan estudios por imágenes, de otras partes de la cabeza o del tórax, en los que se refleja partes del cuello, mostrando la presencia del abultamiento.
En otras circunstancias, son los mismos pacientes, quienes se detectan una inflamación o masa a la altura del cuello.
Para determinar si un nódulo es maligno o no se requiere de un examen especial conocido con el nombre de biopsia, la cual consiste en una muestra de tejido que se separa de la tiroides, con una aguja muy fina en un procedimiento que se conoce por el acrónimo PAAF (punción-aspiración con aguja fina), el cual consiste en una prueba poco invasiva que permite obtener muestras celulares de órganos y nódulos.
Es importante tomar en cuenta que el Cáncer de tiroides, normalmente, no produce síntomas y que la mejor manera de saber si un nódulo puede presentar trastornos, es exigir al especialista, que en los chequeos periódicos incluya la revisión del cuello.
Síntomas del Cáncer de tiroides avanzado
En las primeras etapas o estadios del cáncer, por lo general, no se presentan síntomas.
Pero en los estadios avanzados del Cáncer de tiroides, se podrían experimentar los siguientes síntomas:
- Ronquera sin causa aparente que no remite al cabo de semanas
- Dolor de garganta o dificultad al tragar que no mejoran
- Dolor en el cuello
La recomendación que se le hace a las personas que sienten una inflamación o abultamiento en el cuello, es acudir al especialista, independientemente, de que las probabilidades de que dicho abultamiento, resulte ser cáncer, no sean muchas. (Ver Hormonas Tiroideas)
Cáncer de tiroides en estadio III
El Cáncer de tiroides en estadio III presenta un volumen de 4 cm de diámetro y está específicamente ubicado en la tiroides o puede extenderse de manera muy mínima fuera de la glándula.
Con el cáncer en estadio III, se pueden afectar los ganglios linfáticos que están cerca de la tráquea. El Cáncer de tiroides en estadio III, que se ha propagado al tejido cervical circundante o a los vasos sanguíneos cercanos, tiene un peor pronóstico que el cáncer limitado al tiroides. No obstante, las metástasis en los ganglios linfáticos no agravan el pronóstico en pacientes menores de 45 años.
Cuando el Cáncer de tiroides alcanza el estadio III, se define también como la enfermedad localmente avanzada.
En lo que se refiere al tratamiento del cáncer de tiroides en estadio III, éste puede consistir en una combinación de cirugía, tratamiento con yodo radiactivo y radioterapia. La combinación de estos procedimientos de tratamiento contribuye en el incremento de la probabilidad de curación y alargar la supervivencia de los pacientes.
Cada paciente presenta una determinada posibilidad de tratamiento o combinación del mismo, debido a la particularidad de cada paciente y el cáncer que padece.
Sin embargo, las posibilidades favorables que ofrece la asistencia multimodalidad, cuando el paciente acepta participar en un ensayo clínico o del tratamiento estándar, deben sopesarse cuidadosamente con los posibles riesgos.
Tratamiento de combinación para el Cáncer de tiroides en estadio III
Los pacientes con cáncer de tiroides localmente avanzado presentan un elevado riesgo de recidiva del cáncer, lo cual significa que el cáncer volvió, normalmente después de un lapso de tiempo durante el cual el cáncer no fue detectado.
Es decir, que el cáncer puede aparecer de nuevo, en el mismo lugar del tumor primario o a otra parte del cuerpo. Es a esto a lo que se conoce como cáncer recidivante.
Por lo general, el cáncer regresa porque no fueron eliminadas en la cirugía, pequeñas cantidades de cáncer que se habían dispersado fuera de la glándula tiroidea. Dichas células cancerosas no se pueden detectar con ninguno de los procedimientos disponibles en la actualidad.
Para contribuir a disminuir el peligro de que el cáncer regrese, los pacientes con cáncer de tiroides en estadio III, generalmente, reciben una combinación de tratamientos, que se enfocan en la eliminación de la mayor cantidad posible de partículas de cáncer.
Cirugía para el Cáncer de tiroides en estadio III
La cirugía para el cáncer de tiroides en estadio III típicamente se trata de eliminar la totalidad de la glándula tiroidea, realizando un procedimiento al que se le conoce con el nombre de tiroidectomía total además de la eliminación de los ganglios linfáticos que hayan sido afectados.
Algunos científicos italianos han confirmado que el tratamiento inicial de pacientes con cáncer de tiroides localmente avanzado con cirugía incluida, mejora la supervivencia.
La tiroidectomía total se relaciona a una consecuencia secundaria que se conoce como hipoparatiroidismo, que consiste en un nivel bajo de una hormona que normalmente es segregada en la tiroides, y que se denomina hormona paratiroidea.
La hormona paratiroidea es la encargada de mantener los niveles de calcio en la sangre. Si la glándula de la tiroides no funciona bien, los niveles de calcio en la sangre se hacen exageradamente bajos, ocasionando una diversidad de síntomas, entre los cuales se pueden mencionar: debilidad y calambres y hormigueos musculares, quemazón y entumecimiento en las manos. Este trastorno se denomina hipoparatiroidismo.
Tratamiento con yodo radiactivo
El yodo es una sustancia natural que es utilizada por la glándula tiroidea para producir hormona tiroidea. Este es recogido en su forma radiactiva por la glándula tiroidea de la misma manera que recoge el yodo no radiactivo.
La glándula tiroidea es la única parte del cuerpo que hace uso del yodo, la radiación no se consolida en ninguna otra parte del cuerpo. El yodo radiactivo que no es percibido por las células tiroideas se elimina del cuerpo, específicamente por la orina.
Por lo que consiste, en una forma segura y eficiente de investigar y tratar los problemas tiroideos.
Los estudios revelan que el tratamiento con yodo radiactivo incrementa la supervivencia en pacientes con Cáncer tiroideo que se ha esparcido a los ganglios linfáticos cercanos o a tejidos u órganos distantes del cuerpo. (Ver Glándulas endocrinas)
El Cáncer de tiroides en estadio IV
El cáncer de tiroides en estadio IV es también conocido como enfermedad metastásica, debido a que su propagación va hasta las partes blandas del cuello, los ganglios linfáticos del cuello u otras partes más distantes del cuerpo.
Las partes de cuerpo, distantes, que son más afectadas por este tipo de cáncer cuando se propaga, son los pulmones y los huesos. El carcinoma papilar se propaga, generalmente y más a menudo, a los ganglios linfáticos regionales que a las partes del cuerpo distantes.
Mientras que el carcinoma folicular es más propenso a penetrar los vasos sanguíneos y propagarse a partes del cuerpo más distantes. El pronóstico de los pacientes con metástasis a distancia es grave.
Tratamiento del Cáncer de tiroides en estadio IV
Al cáncer de tiroides en estadio IV se le puede aplicar un tratamiento que tenga una combinación de: cirugía, tratamiento con yodo radiactivo, radioterapia, quimioterapia o una de estas técnicas de tratamiento. Cuando el especialista decide combinar estas técnicas de tratamiento, eleva la posibilidad de curación y alargamiento de la supervivencia de los pacientes.
En determinados casos, participar en un ensayo clínico con terapias nuevas y modernas, puede ofrecer el tratamiento más apropiado.
Tratamiento de combinación para el cáncer de tiroides en estadio IV
El tratamiento del cáncer de tiroides en estadio IV, al igual que el Cáncer de tiroides en estadio III, suele ser una combinación de técnicas de tratamiento que incluye cirugía y tratamiento con yodo radiactivo.
La cirugía para el Cáncer de tiroides en estadio IV se trata de eliminar la totalidad de la glándula tiroidea, así como en el Cáncer de tiroides en estadio III, requiere de un procedimiento al que se le ya se ha mencionado anteriormente, tiroidectomía total, aunado a la eliminación de los ganglios linfáticos que hayan sido afectados.
Como hemos visto, la tiroidectomía total se relaciona a una consecuencia secundaria que se conoce como hipoparatiroidismo, que consiste en un nivel bajo de una hormona que normalmente es segregada en la tiroides, y que se denomina hormona paratiroidea.
Resumiendo, el tratamiento para el Cáncer de tiroides en estadio IV, es muy similar al cáncer en estadio III.
Tratamiento con yodo radiactivo
En lo que se refiere al tratamiento con yodo radiactivo, la glándula tiroidea es la única parte del cuerpo que hace uso del yodo, la radiación no se consolida en ninguna otra parte del cuerpo. Como ya hemos mencionado en el Cáncer de tiroides en estadio III, el yodo radiactivo que no es percibido por las células tiroideas se elimina del cuerpo, específicamente por la orina. Por lo que consiste, en una forma segura y eficiente de investigar y tratar los problemas tiroideos.
Los estudios han señalado que el tratamiento con yodo radiactivo incrementa la supervivencia en pacientes con Cáncer tiroideo que se ha esparcido a los ganglios linfáticos cercanos o a tejidos u órganos distantes del cuerpo.
No obstante, en los pacientes que presenta la enfermedad metastásica progresiva no obtienen el yodo en sus células tiroideas. Los tratamientos suelen ser más limitados para estos pacientes y estos pueden favorecer a quienes puedan tomar parte en un ensayo clínico que evalúe planteamientos nuevos y modernos para el tratamiento del cáncer de tiroides.
Estrategias para mejorar el tratamiento del cáncer de tiroides
El incremento de tratamientos más efectivos para el cáncer requiere que se estimen terapias modernas con pacientes con cáncer. Los experimentos clínicos son estudios que estiman la eficiencia de nuevos medicamentos o técnicas de tratamiento. El avance, más adelante, en el tratamiento del Cáncer de tiroides en estadio IV se producirá por la apreciación continua de nuevos tratamientos en ensayos clínicos.
Los pacientes pueden llegar a recibir mejores tratamientos, si participan en uno de estos experimentos clínicos. Tomar parte de uno de estos ensayos clínicos, también ayuda al conocimiento por parte de la comunidad del cáncer del tratamiento óptimo y puede conducir a tener mejores tratamientos estándar.
No obstante, los pacientes que están interesados en tomar parte en un experimento clínico, deben sopesar los riesgos y beneficios y además comentarlo con el especialista de confianza. Existen varias áreas de estudio, que se encargan de mejorar el tratamiento del Cáncer de tiroides en estadio IV, entre las cuales podemos destacar:
Radioterapia de intensidad modulada (IMRT)
La Radioterapia de intensidad modulada consiste en un procedimiento de tratamiento a base de Radioterapia Externa con un nivel de configuración superior a la Radioterapia Tridimensional Conformada 3D.
La dosis de radiación que se le aplica al paciente se lleva a cabo de la manera más uniforme dentro del tumor y con la mínima repercusión fuera de él. Estudios tridimensionales del cáncer son los que ayudan a definir dónde debe dirigirse la radiación.
Un dispositivo rotatorio es el que se utiliza, en los tratamientos más novedosos en radiación, dado que este sirve para aplicar la radiación, desde todos los puntos que rodean el cáncer y no desde sólo unos pocos puntos, como es lo que pasa cuando se aplica la radioterapia convencional.
Unos dispositivos de bloqueo especiales, los cuales también se llaman hojas, son los que apartan la radiación de los órganos sensibles y la posicionan en el cáncer.
Se cree que la Radioterapia de intensidad modulada disminuye la posibilidad de lesión a las partes sanas del cuerpo que están cercanas al cáncer, mientras que se aplican dosis más elevadas de radiación al cáncer.
En el tratamiento del Cáncer de tiroides, esto quiere decir, que las células sensitivas de la zona del cuello, como las células que recubren la garganta, tienen la capacidad de disminuir los daños por irradiación, provocando que las consecuencias secundarias y mejorando la calidad de vida.
Los últimos descubrimientos, realizados por científicos de Nueva York, afirman que la Radioterapia de intensidad modulada es un tratamiento eficiente para determinados casos de cáncer de tiroides.
No obstante, se requieren de estudios más avanzados para poder tener la certeza de estas conclusiones. La Radioterapia de intensidad modulada podría ser una de las técnicas disponible a través de un ensayo clínico. (Ver Glándula Pineal)
Quimioterapia
La quimioterapia consiste en el tratamiento de las enfermedades por medio de productos químicos. Quimioterapia es un concepto que suele estar relacionado con el tratamiento del cáncer mediante productos químicos.
La quimioterapia es la encargada de evitar la reproducción de las células cancerosas, específicamente, en las enfermedades neoplásicas. Con esta finalidad, cuando se aplica la quimioterapia, produce un cambio celular por medio de la condensación de proteínas o de ácidos nucleicos, o incluso, la propia división celular.
La quimioterapia del cáncer consiste en la combinación de medicamentos o medicamentos aislados, que pueden ser aplicados a través de una vena, inyectarse en una cavidad corporal (Las cavidades corporales son espacios del cuerpo que actúan como protección, separación y sostén a los órganos internos) o administrarse por vía oral en forma de pastilla.
Existen diferencias entre la quimioterapia y la cirugía e incluso la radioterapia, porque los medicamentos que ayudan a combatir el cáncer, se trasladan por la sangre a partes del cuerpo a las que el cáncer puede haber alcanzado y pueden matar o eliminar células cancerosas en lugares a gran distancia del cáncer original.
Debido a ello, la quimioterapia es considerada un tratamiento sistémico, lo que quiere decir que afecta a todo el cuerpo y se puede tomar en forma oral o en inyección.
Los especialistas han concluido que la quimioterapia además de contribuir a mitigar las manifestaciones de Cáncer de tiroides avanzado, también, puede incrementar la supervivencia de algunos pacientes.
Cirugía para extirpar las metástasis
Las investigaciones han demostrado que la cirugía para eliminar las metástasis del Cáncer de tiroides, es lo más recomendable para algunos pacientes.
En un experimento clínico, se extrajeron las metástasis del cáncer de tiroides del mediastino, (el cual consiste en la zona que se encuentra detrás del esternón) el pulmón, el hueso, los riñones y el cerebro de 29 pacientes con Cáncer de tiroides avanzado.
Dichos pacientes se sometieron a múltiples y diferentes tratamientos con yodo radiactivo. Se emplearon radioterapia externa, quimioterapia y otras medidas para aliviar los síntomas del cáncer.
Cáncer de tiroides folicular
El cáncer folicular y el cáncer de Hürthle son dos tipos diferentes de cáncer, pero por lo general se clasifican en el mismo tipo. Unidos ambos tipos de cáncer, son el segundo tipo de Cáncer de tiroides más frecuente, después del cáncer papilar. Este tipo de cáncer puede aparecer a cualquier edad, aunque se ve más en personas adultas.
El Cáncer de tiroides folicular, es muy difícil de detectar aún con el procedimiento BAAF, el cual es el examen más exacto para la identificación de los nódulos tiroideos, debido a que la biopsia es realizada bajo guía ecográfica. Como ya hemos mencionado anteriormente, este sistema consiste en una aguja muy fina, la cual es conducida dentro del nódulo tiroideo y una pequeña porción de células es aspirada o absorbida por la aguja.
Como decíamos, es muy difícil detectar el Cáncer de tiroides folicular, porque aunque se observan células de forma irregular, no se presenta nada en las células individuales que sean determinantes para el cáncer (a diferencia de CPT, que cuyas células presentan una forma muy común).
Para estos dos tipos de cáncer folicular y Hürthle, solo hay una forma de identificarlo y consiste en observar la cápsula que envuelve el nódulo y ver si hay penetración, es decir una inflamación o bulto fuera del nódulo.
El Cáncer de tiroides folicular no es común que se extienda a los ganglios linfáticos, por el contrario, se extiende por medio de los vasos sanguíneos a otros órganos, como los pulmones y los huesos. Mientras que el cáncer de células de Hürthle, en algunos casos se extiende hasta los ganglios linfáticos en la parte del cuello, pero con menos frecuencia que el cáncer papilar de tiroides.
Síntomas y signos. Cáncer de tiroides folicular y de Hürthle
Por lo general, los pacientes que presentan Cáncer de tiroides no notan síntomas en sí. Habitualmente, los pacientes palpan una inflamación o bulto, bien conocido como nódulo tiroideo que en una revisión con el especialista se descubrió que era cáncer.
Como en todas las afecciones tiroideas, es indispensable una historia médica detallada, dónde se registre posibles casos familiares, exposición personal a la radiación o los ganglios linfáticos agrandados.
El especialista, debe examinar minuciosamente el historial, junto con el paciente, para saber si existe algún manifestación de dolor, hinchazón en el cuello, dificultad para tragar, dificultad para respirar o cambios en la voz.
Cuando el nódulo es de tamaño considerable, puede tener consecuencias como dificultad para tragar, sensación de asfixia, o una gran masa en el cuello. Muy rara vez, se encontrará un caso en que el cáncer puede crecer en los nervios (es decir, los nervios laríngeos recurrentes) que controlan las cuerdas vocales y provocar ronquera.
Cáncer de tiroides folicular y de Hürthle. Factores de riesgo
Como ya hemos mencionado, no se tiene conocimiento de la causa principal por la que un Cáncer de tiroides aparece. De hecho, en la mayoría de los casos, en los cuales, los pacientes presentan más condiciones de riesgo, el Cáncer de tiroides no aparece.
Por el contrario, quienes más padecen esta enfermedad, no presentan condiciones que determinen peligro de tener Cáncer de tiroides. Sin embargo, existen factores de riesgo conocidos para el cáncer de tiroides folicular y de células Hürthle, entre los que podemos destacar:
Exposición a la radiación
El Cáncer de tiroides folicular y de células Hürthle es más frecuente en pacientes que presentan antecedentes de exposición a la radiación ionizante de manera relevante. El Cáncer de tiroides originado por radiación puede manifestarse en cualquier momento entre unos pocos años después de la exposición hasta 30 o 50 años más tarde.
La Exposición a la radiación puede catalogarse de la manera siguiente:
Exposición Infancia
En las décadas de los años 40 y 50, la técnica de los rayos X era muy utilizada para tratar diversas afecciones tales como el acné, agrandamiento de las amígdalas, linfomas, tiña, glándulas de timo agrandadas, entre otras. Los rayos X también se empleaban en tiendas de calzado, para medir tamaños de pie, para motivos de talla.
Los niños, menores de 15 años de edad, son más receptivos al daño radioactivo para la tiroides.
Terapia Médica
La terapia médica en la que se emplea radiación en las zonas de la cabeza, el cuello y la parte de arriba del tórax son motivo cada vez más común de cáncer de tiroides originado por la radiación. El linfoma, cáncer de cabeza y cuello, cáncer de pulmón y cáncer de mama son algunos de los tipos de cáncer más frecuentes que se relacionan con la exposición a la radiación a la tiroides.
Exposición del medio ambiente
Exposición del medio ambiente implica situaciones como el que ocurrió en Chernobyl, Ucrania – Rusia, para el año 1986, en el cual se liberó radiactividad por algunos accidentes nucleares ocurridos.
Un número considerable de los niños de las zonas de Rusia y los países de la parte del Este, fueron expuestos a la radiación por lo que un tiempo después, presentaron Cáncer de tiroides. Se piensa que otra cantidad de individuos, pueden estar en constante exposición a la radiación, en sus puestos de trabajo.
No obstante, la exposición a rayos X como por ejemplo, los rayos X que se emplea en los consultorios odontológicos, para las panorámicas dentales, radiografías de tórax, mamografías, entre otras, no se ha comprobado que pueda ser causa de cáncer de tiroides.
La deficiencia de yodo
La insuficiencia por largo tiempo de yodo, tiende a elevar el riesgo de formar cáncer folicular. La insuficiencia de yodo no es muy frecuente en los Estados Unidos o la mayor parte de Europa. (Ver Enfermedades del riñón)
Cáncer de tiroides Anaplásico
El Cáncer anaplasico de tiroides (CAT) es un cáncer que no es muy frecuente, pero si es muy agresivo y las investigaciones arrojan resultados de que el cáncer anaplasico es sólo el 1-2% de todos los cáncer de tiroides.
El cáncer anaplasico afecta principalmente a personas cuyas edades oscilan entre 65 y 75 años. No es frecuente que el Cáncer de tiroides anaplasico, afecte a personas que tengan 40 años o menos. Como se ha dicho repetida veces, el Cáncer de tiroides, afecta a las mujeres más que a los hombres.
Síntomas y signos del Cáncer de tiroides anaplasico
Los pacientes que presentan Cáncer de tiroides anaplasico frecuentemente, presentan un abultamiento, que presenta un desarrollo vertiginoso en el cuello y que generalmente, está relacionada con alteraciones en la voz delas personas y ronquera persistente.
Los problemas para respirar, una sensación de asfixia o de opresión en el cuello es frecuente, así como trastornos para tragar. Tales cambios pueden producirse muy rápido en un período de semanas.
Factores de riesgo del Cáncer de tiroides anaplasico
Los pacientes con cáncer anaplásico de tiroides como ya mencionamos anteriormente, es común que aparezca luego de la edad de 65 años.
Muchos pacientes tienen historial de cáncer de tiroides en el pasado o un precedente de bocio. La historia de radiación o exposición de cabeza y cuello por componentes radiactivos en el pasado de uno puede incrementar el peligro para que se forme el Cáncer de tiroides anaplasico.
Diagnóstico del Cáncer de tiroides anaplasico
Un antecedente de desarrollo de bulto en la tiroides es con frecuencia, lo necesario para la selección del tratamiento. La Biopsia por aspiración con aguja fina por lo general, realiza el diagnóstico, pero a veces una biopsia con aguja gruesa, es decir, una prueba con mayor muestra, o una biopsia abierta puede ser requerida. El linfoma y el cáncer metastásico de la tiroides pueden ser similar al Cáncer de tiroides anaplasico.
Tratamiento del Cáncer de tiroides anaplasico
Para poder eliminar la totalidad del Cáncer de tiroides anaplasico, lo más recomendable es la cirugía. Lamentablemente, en la generalidad de los casos, los pacientes tienen presentan el cáncer en un estadio muy avanzado y propagado al momento de la presentación.
Por este motivo, algunos pacientes, pueden ser beneficiados con la operación y obtener lo que se conoce como curación quirúrgica. Aun si la cirugía no es curativa, pero es muy probable que, en general, salgan mejor si se logra extraer el nódulo en su totalidad o la más que se pueda.
Pero hay el tipo de pacientes que no son candidatos a un intento de extirpación total o parcial curativa, en un intento de mitigar sus síntomas, es decir, la paliación: lo cual consiste en el alivio de los síntomas y el sufrimiento causado por el cáncer. La paliación ayuda al paciente a sentirse más cómodo y mejora la calidad de vida, pero no cura la enfermedad, es una consideración importante.
La cirugía paliativa incluye un procedimiento en el cual, se coloca un tubo de traqueotomía, que atraviesa la piel en el cuello y llega dentro de la tráquea, para facilitar la respiración o una gastrostomía, que consiste en la colocación de un tubo estomacal, para facilitar la alimentación si el hecho de tragar se vuelve muy difícil.
Otros Tratamientos
Ablación RAI no es útil para tartar el Cáncer de tiroides anaplasico. Así como en la mayoría de carcinomas de tiroides, la quimioterapia y la radioterapia externa son los tratamientos más idóneos. Los experimentos clínicos están a la disposición y todos los pacientes diagnosticados con el Cáncer de tiroides anaplasico deben ver si son aptos.
Pronóstico para pacientes con Cáncer de tiroides anaplasico
Lamentablemente, el Cáncer de tiroides anaplasico es uno de los carcinomas más agresivo, de todos los tipos de cáncer de tiroides conocidos. Un número considerable de pacientes, llegan al especialista, con la enfermedad metastásica.
Algunos pacientes que no son resecables, es decir que no se les puede extraer el cáncer, por medio de la cirugía, no sobrevivirán más de unas pocas semanas, mientras que los pacientes que si son aptos para realizarse una cirugía y tratamientos adicionales, pueden sobrevivir por años. Los pacientes que responden positivamente a la quimioterapia pueden ser candidatos para la resección posterior.
Biodescodificación de Cáncer de tiroides
La biodescodificación, consiste en una propuesta de la medicina alternativa cuya misión es demostrar que las enfermedades presentan un origen emocional o metafísico, debido a que el hecho de no expresar un sentimiento determinado, hace que éste se manifieste en el cuerpo, haciendo posible la aparición de las diferentes afecciones que ya conocemos.
Los trastornos que presenta la glándula de la tiroides están vinculados con el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. A criterio de la biodescodificación, estos padecimientos pueden estar generando estos trastornos en tu organismo.
La glándula tiroides, está ubicada en la base del cuello y tiene la particularidad de segregar hormonas, las cuales, cumplen funciones muy importantes en diferentes niveles del cuerpo.
La glándula de la tiroides, está relacionada con el chakra de la garganta que representa el centro de energía del cuerpo. Es decir, que está vinculada con la tenacidad, la capacidad de tomar decisiones y de manifestar las necesidades.
¿Cómo se relacionan las enfermedades de la tiroides con las emociones?
Como ya hemos visto, las enfermedades más frecuentes que se derivan de la glándula tiroides son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo.
Hipertiroidismo
El hipertiroidismo consiste en el trastorno que se produce en la glándula de la tiroides, que tiene como resultado que el metabolismo se incrementa, provocando en las personas sudoración y calor en exceso. También está relacionado, con la frustración o desilusión de no poder cumplir con tus objetivos o expresar lo que te molesta.
Por lo general, las personas tienen una sensación de fracaso y baja autoestima, con ideas de incapacidad hasta para realizar sus sueños. Situación que genera consecuencias tales como frustración, ansiedad o rabia. Por otro lado, las personas deben asumir sus habilidades y comprender que se puede errar y una vez, logrado esto, desechar los sentimientos de culpa. Sobre todo, deben perdonarse a sí mismos.
Hipotiroidismo
El hipotiroidismo se origina por una insuficiencia de la tiroides, cuyo síntoma visible más común es una prominencia en los ojos. Este padecimiento está relacionado con dificultad en la comunicación, tanto interna contigo mismo, como con el exterior. También se le vincula, con la incapacidad de hacer frente a circunstancias que se presentan constantemente en la vida y con la que aún no se encuentra la mejor manera de reaccionar. (Ver Hormonas HCG)
Cáncer de tiroides (adenocarcinoma) en perros
El adenocarcinoma es específicamente, un cáncer glandular de la piel, que se forma cuando se forma un tumor maligno en las glándulas sebáceas y las glándulas sudoríparas del perro. El cáncer de piel aparece como una especie de lesión de consistencia sólida, firme o elevada en la piel. Dichas lesiones pueden sangrar es decir supurar y el área se puede inflamar o enrojecer.
Generalmente estos tumores son más frecuentes en la cara, pero pueden surgir en cualquier parte donde el perro tenga glándulas sudoríparas.
A pesar de que dicha afección se puede encontrar en cualquier raza, los Bóxer, los Beagles y Golden retriever, son los más predispuestos. Al igual que otros carcinomas, es más frecuente en perros viejos, pero también puede ocurrir en animales jóvenes.
Síntomas
Los síntomas que son más comunes en perros que padecen el adenocarcinoma de la tiroides son:
- Cuerpos fibrosos fijos y móviles en la tráquea del perro, alrededor de la laringe
- Dypnea (problemas para respirar)
- Disfagia (problenmas para tragar)
- Pérdida de peso
- Disfonía (ronquera)
- Polidipsia (incremento de la sed)
- Poliuria (incremento de la cantidad y / o la frecuencia de orinar)
La causa del adenocarcinoma de la tiroides aun es desconocida. Sin embargo, el veterinario puede realizar una biopsia del tejido de la tiroides para ver si hay células malignas en la glándula tiroides.
En la actualidad, no se ha encontrado, aún, un tratamiento curativo para esta neoplasia de la glándula tiroides en perros. Se puede recurrir a la cirugía para extraer parcial o totalmente la glándula tiroides y al mismo tiempo, extraer el tejido neoplásico. Otros procedimientos que pudieran ser aplicados para tratar el adenocarcinoma de glándula tiroides tales como la radioterapia y la quimioterapia.
Si la glándula tiroides es eliminada en su totalidad, el veterinario recetará thryoxine, que consiste en un suplemento de yodo que se administra por vía oral con la finalidad de suplir otras funciones del cuerpo que dependen de la tiroxina.
Los perros que han sido afectados y han recibido tratamiento por padecer adenocarcinoma de tiroides, deben descansar, especialmente, si la actividad física les produce trastornos respiratorios. La frecuencia cardíaca de estos perros, tiende a variar, por lo que hay que mantener al perro en un entorno tranquilo o de lo contrario, su perro puede derrumbarse inesperadamente en cualquier momento.
Es importante acudir al veterinario tan pronto como se detecta una situación que pueda indicar una afección de este tipo en su perro. Es primordial que se sigan todas las indicaciones del veterinario en lo que se refiere al tratamiento a aplicar al perro, sobre todo si dicho tratamiento el requiere agentes quimioterapéuticos.
Debido a que dichos agentes quimioterapéuticos pueden resultar perjudiciales para la salud del perro, si no se administran de manera adecuada. Consulte con su veterinario sobre las mejores prácticas de manejo.
Con todo lo que hemos visto hasta ahora, podemos concluir que el Cáncer de tiroides puede convertirse en un elemento mortal, si no es detectado y tratado a tiempo.
Es recomendable la visita al especialista por lo menos una vez al año, pues como ya hemos aprendido con este post, hay nódulos que se palpan con facilidad, pero hay otros que sólo con análisis y el examen físico realizado por el doctor, pueden ser descubiertos.