Los huesos de la cara se subdividen en dos grupos, llamados mandibulas. La inferior está compuesta exclusivamente por el maxilar inferior; la superior, por otro lado, es muy complicada y está conformada por trece huesos: doce de ellos están preparados por pares, a un lado y otro del plano sagital o de simetría, al tanto que el sobrante es impar y concuerda con este plano. Los huesos pares son los maxilares superiores, los malares, los unguis, los cornetes inferiores, los huesos propios de la nariz, y los palatinos. El impar es el vómer.
Anatomía
La mandíbula superior (maxilar) está implicada en la conformación de la concavidad bucal, boca y nariz, infratemporal y pterigopalatin. Ensamblar tanto la mandíbula superior con las hendiduras del hueso nasal restringidas a la cavidad nasal se llama la apertura piriforme.
Este proceso predomina en el hueso temporal más separado, y cuatro términos corporales.
Adentro del cuerpo de la mandíbula (corpus maxillae) está la mandíbula maxilar o maxilar, seno (seno maxilar), que se relaciona con la cavidad nasal. El cuerpo está subdividido en cuatro superficies. La superficie orbital (facies orbital) es lisa, tiene un aspecto triangular, se orienta hacia arriba y forma parte de la construcción de la pared inferior orbital.
Conforme con la superficie orbital se halla el surco infraorbitario (surco infraorbitario), siguiendo en el canal infraorbitario (infraorbitalis canalis). En el canal se localizan los vasos sanguíneos y los nervios, se apertura a la superficie anterior del agujero infraorbital (foramen infraorbital). (Ver Artículo: Hueso Sacro)
La superficie orbital se encuentra desvinculada de la superficie anterior del margen infraorbitario (margo infraorbitalis). En la superficie frontal (facies frente) se sitúa el hoyo (fosa canina) y el agujero infraorbitario.
En la superficie nasal (facies nasalis), que está embrollado en la construcción de la pared lateral de la cavidad nasal, el seno maxilar es hendido (maxillaris pausa).
Frente del surco lagrimal de paso hacia abajo de la fisura (surco lagrimal), se puede notar la superficie infratemporal (facies infratemporalis), es convexa, comprende aberturas alveolares (alveolaria forámenes), mediante las cuales se envían los dientes vasos y nervios. En la parte inferior de la superficie infratemporal de la tuberosidad maxilar está el maxilar tubero.
Los principales huesos de la cara se ubican en:
1 – proceso el panel frontal;
2 – garganta lagrimal;
3 – superficie orbital;
4 – surco infraorbital;
5 – margen ifraorbital;
6 – tubérculo maxilar;
7 – foramen infraorbital;
8 – proceso cigomático;
9 – aberturas alveolares;
Función
Pocos testimonios en odontología han originado debates tan fogosos como ese del crecimiento ortodóntico guiado. Muchos ortodoncistas consideran que los dispositivos removibles tienen pocas secueas sobre las arcadas dentales y sobre la estructura más allá del proceso alveolar.
Si no hay espacio suficiente, se dice, hace falta extirpar los dientes. Señales negativas para los especialistas, ya que existe una minoría, habitualmente conformada por odontólogos genéricos, que sostiene que es probable influir elocuentemente el aspecto del esqueleto dentofacial. ¿Por qué no se logra una uniformidad de opiniones? ¿Quién tiene razón? El debate ya persiste más de un siglo.
Por otro lado, no se ha podido manifestar, a pesar de incontables investigaciones, que los diversos aparatos finalizados al crecimiento guiado son nombrados funcionales.
¿Cuántos son?
No son solamente las arrugas las que develan la edad de una persona, sino también los huesos de la cara. Según un análisis fresco publicado en la revista “Plastic and Reconstructive Surgery”, con el transcurrir de los años se pueden envejecer los huesos de la cara, y su cambio incide directamente sobre el tejido muscular y la piel que lo recubre, lo cual impulsa a dar a la cara un formato envejecido.
“Los expertos han preservado durante mucho tiempo que el envejecimiento de la cara fue ocasionado por la falla de los tejidos blandos y la pérdida de elasticidad”, explica Langstein Howard, investigador del Centro Médico de la Universidad de Rochester, quien coordinó el estudio. siempre ha sido subestimado “.
Mientras se realiza la investigación, los científicos han examinado, a través de una tomografía computarizada (TC), los huesos faciales de 60 hombres y 60 mujeres de distintos conjuntos de edad, indicando que se acorta la masa ósea generada por los años, impulsó a dar a los adultos y las personas mayores sus características originales.
Concluyente, de hecho, los círculos más recónditos, el descenso de la distancia entre el frente y la nariz, los pómulos menos pronunciados, y, por último, el reajuste del tamaño de la mandíbula. Además, se ha justificado que las mujeres exponen los primeros signos de envejecimiento, ya que, debido a la menopausia, tienden a perder hueso más rápidamente.
Una buena prevención, basada en una dieta ideal, un estilo de vida ideal y, si es necesario, la composición suplementaria, puede compensar las derivaciones del tiempo en la piel y los huesos, advertir enfermedades y preservar una apariencia más joven.
La cara es la zona frontal de la cabeza, que en el humano arranca de la parte delantera y concluye en la barbilla e incluye los de pelo, la frente, las cejas, los ojos, la nariz, las mejillas, los labios, los labios, la dientes, piel y mentón. La cara es el contexto mediante se muestran las expresiones faciales, la apariencia y la identidad, así como una fuente de atracción.
Medios de Reconocimiento
La cara enfoca la característica específica de cada persona, lo que permite el reconocimiento; su representación se utiliza de facto en documentos de identidad y es, en el caso de personalidades populares o heroicas, el primer componente de distinción. Inclusive en las caricaturas, la cara de una persona es el componente que más se procura en las ponderaciones simbólicas de un personaje específico.
Huesos que forman el esplacnocráneo:
- Palatino
- Vómer
- Lagrimal o unguis
- Cornete inferior
- Hueso cigomático o malar (Ver Artículo: Tipos de Contracción Muscular)
- Maxilar superior o maxilla, o simplemente maxilar, dependiendo la nomenclatura
- Maxilar inferior o mandíbula
- Hueso nasal
Antropología Física
Puntos Métricos
Los puntos métricos se esgrimen para la comprobación de las porciones anatómicas tanto en la vida como en los esqueletos. Los puntos métricos se subdividen en puntos pares e impares.
Los puntos principales son:
- Puntos impares
- Gnation o punto de la barbilla, determinado como el punto más bajo de la sínfisis de la barbilla.
- Pogonion o punto anterior de la barbilla o sínfisis de la barbilla o vulgarmente llamada protuberancia mental.
- La extremidad infradental o superior de la mandíbula llamada sínfisis mandibular.
- Prostion o extremidad inferior de la sutura incisiva.
- Acantion o base de la nariz o espina nasal, comúnmente llamada sunasal.
- Zingion o punto más extremo o lateral del arco cigomático.
- Punto externo orbital o inferior del margen orbital inferior.
- Dacrion o punto central de encuentro entre los huesos nasal y frontal.
- Symphysis menti
- Maxillo frontal es el punto de convergencia entre la sutura de el hueso frontal (frontal de Maxillo) y el borde externo de las órbitas.
- Ectoconchion o el punto más exterior del margen orbital anterior.
- Gnonion o el punto más exterior del ángulo de la mandíbula.
Sus Partes
Descripción de los Huesos de la Cara
Para entender un poco más las complicaciones de los huesos que constituyen el macizo fronto-facial es útil retocar su ubicación, función principal y relaciones espaciales; sólo así es probable caer en cuenta de cuán confuso es este embrollado sistema de huesos y huecesillos.
Pares
Hay dos de cada uno: derecho e izquierdo.
- Maxilar superior.
- Malar o cigomático.
- Hueso nasal.
- Hueso lagrimal.
- Cornete inferior.
Impares
Hay solo uno, de localización central, en el eje de la cara.
- Maxilar inferior.
A continuación, se detallarán las características de cada uno de los huesos mencionados:
Maxilar Superior
Se trata tal vez del hueso más complicado de la cara, debido a su aspecto y a que guarda relación experimentadamente con todos los demás huesos de la región.
Su contexto central y sus predominios superiores, inferiores y laterales le transforman en la piedra angular de todo el macizo fronto-facial, lo cual hace que desempeñe acciones estructurales y funcionales muy relevantes.
En este hueso se localizan los dientes superiores; tambien, sus predominios laterales y superiores hacen que integre la fosa nasal, el piso de la órbita y el paladar.
Este hueso puede equipararse con una encrucijada de senderos o un nudo ferroviario, debido a que se haya en el centro y acoplado con todas las estructuras de la cara.
Malar o Cigomático
Es otro de los huesos enormes de la cara, hallándose en precisa relación con el maxilar superior (el malar por fuera y el maxilar superior por dentro).
Conveniente a su inmenso tamaño y estructura tridimensional, el cigomático forma parte de diferentes estructuras relevantes de la cara: la órbita (conformando la cara infero-lateral) y la mejilla, a la cual le surte soporte óseo.
Debido a su posición y características (apófisis largas y delgadas) es uno de los huesos más dispuestos a fractura en los traumatismos faciales.
Palatino
Es un hueso pequeño que se localiza por detrás y por adentro de los maxilares superiores, conformando el paladar duro o techo de la boca y, al mismo tiempo, una porción del piso de las fosas nasales. (Ver Artículo: Masa Muscular)
Huesos Nasales o Huesos Propios de la Nariz
Son dos huesos planos, delgados y pequeños que conforman la parte anterior de la fracción ósea de la pirámide nasal. Al mezclarse con los maxilares superiores y el hueso frontal, conforman la parte superior de la fosa nasal.
Igualmente, por debajo se sustentan sobre el vómer, por lo que conforman parte además de la estructura interna de la nariz.
Hueso Lagrimal o Unguis
Es un hueso pequeño y delgado pero muy experto. Forma parte de la cara interna (medial) de la órbita. En un canal experto alberga el conducto naso-lacrimal, garante de juntar la cavidad orbitaria con la fosa nasal y que funciona como puerto de drenaje para las lágrimas.
Gracias a su postura, la cara externa del lagrimal apunta hacia la órbita y la cara interna hacia la fosa nasal, por lo que representa un sitio de abordaje ideal cuando se deben efectuar cirugías de refacción de los canales de drenaje naso-lagrimal.
Cornete Inferior o Turbinal Inferior
Es una disposición ósea con aspecto de espiral que se halla diestramente dentro de la fosa nasal. Su misión es incrementar el área dispuesta para la mucosa nasal, de manera que el aire que transite por allí se caliente antes de entrar a las vías respiratorias inferiores.
Al mismo tiempo, reacciona como un filtro, secuestrando partículas de inmenso tamaño que puedan acceder a la fosa nasal. Del mismo modo es una barricada física ante cuerpos excepcionales que puedan acceder accidental o intencionalmente a las fosas nasales.
Vómer
Es el hueso impar unitario de la nariz. En su mayor contexto es plano, conformando la parte media del tabique nasal.
En su estructura muestra solo pequeños salientes que le admiten articularse con el maxilar superior y los palatinos por abajo, con el etmoides y parte del esfenoides por arriba y por adelante con los cartílagos nasales, siendo su margen posterior libre y almacenando relación con la nasofaringe. (Ver Artículo: Metatarsos del Pie)
Maxilar Inferior
A pesar de que se le supone como un hueso par, es derivado de la fundición de dos huesos separados en la etapa fetal, aunque a efectos prácticos se comporta como una ordenación unitaria.
Se trata del hueso móvil unitario de la cara y conforma la mandíbula, en la que toman asiento las disposiciones que conforman el piso de la boca y la lengua; asimismo, conjura el lugar adonde se hospedan los dientes inferiores.
Es un hueso con dos articulaciones que colaboran mancomunadamente, reconocidas como ATM (articulación temporo-mandibular) y, tal como su nombre lo indica, esta articulación ensambla la mandíbula al hueso temporal.
Frontal
El hueso frontal es un hueso que se extiende hasta la propiedad del cráneo. Participa en la conformación de la bóveda y la base de la cavidad craneal y el techo de la cavidad orbital. Se puede subdividir en una parte superior, la escala y dos inferiores que son las fracciones orbitales.
La cara exterior de la escala es prominente y es suficientemente serena. En su parte inferior confluyen dos crestas y cejas estructuradas que se juntan en el medio en un punto en relieve
llamado glabela. En arcos sopraciliares están presentes la muesca supraorbital y el frente de muesca, que admiten el traspaso de los vasos y los nervios que se intercambian en la región frontal.
La cara interior de la escala es deprimida y su parte inferior finiquita con la parte que establece el techo de la cavidad orbital. En el centro de la escala se encuentra la cresta sagital, que promueve a la gran hoz del cerebro. Delante de la arista frontal se localiza el agujero ciego que admite el traspaso de una vena emisaria del seno sagital superior.
Las facciones orbitales son prominentes interna y externamente cóncavas. En la parte anterior y medial existe un pozo llamado hoyuelo troclear que percibe la tróclea al tendón del músculo oblicuo superior. Persistentemente en la parte medial están presentes los agujeros etimoideos de la parte delantera y trasera, debido a que la órbita se interelaciona con las células etimoidea. Diametralmente se sitúa el hoyo para la glándula lagrimal. (Ver Artículo: Hueso Tarso)
Entre las dos fracciones está la muesca etimoides orbital para la articulación con el hueso etimoides. Esta muesca posee el aspecto de una herradura y posee una porción frontal de dicho tapón nasal a través de la cual el hueso frontal se profiere con la nasal. Bajo la espina nasal se perciben dos orificios que constituyen la apertura de dos huesos senos de la región frontal interna.
En la incisura de las paredes de las cavidades son concurrentes varios elementos que clausuran las células etimoides cuando el hueso frontal se acopla con el etimoides.
El límite superior envuelve la escala y está entallado para la conformación de la sutura coronal con los huesos parietales. En seguida, se continúa con el límite posterior que se profiere diametralmente con el ala mayor del esfenoides y medialmente con la pequeña ala.
El límite supraorbital culmina lateralmente con el procedimiento cigomático que se acopla con el hueso del mismo nombre; medialmente se acopla con el hueso nasal y el procedimiento frontal del hueso maxilar.
Maxilar Superior
El hueso maxilar está conformado de un cuerpo y de las botaduras de métodos que él dipartono habilita para ello. El cuerpo posee una forma con escasa diferencia piramidal y está constituido por paredes exclusivamente sutiles, conteniendo en su interior la cavidad del seno maxilar, también llamada Cueva de Highmoro.
La haga superior, que forma parte del suelo de la cavidad orbitaria, hace gala de un surco, a través de el curso del nervio infraorbitale (rama de V2) y de las macetas homólogas, tal surco infraorbitale, confluye previamente en el agujero infraorbitario.
De cierta manera las macetas y nervios van a establecer los oportunos alveolares anterior o superior, moviéndose hacia abajo. Muy pronto, por arriba del agujero infraorbitario, cerca del límite de la cavidad ocular, se obtiene el principio del músculo cuadrado del labio superior. Primitivamente, y enseguida encima de la superficie es de aspecto irregular
(tuberosidad maxilar) y va a construir la pared anterior del foso pterigopalatina. Exterioriza los canales alveolares superiores, por el andar de los nervios y macetas alveolares posteriores o superiores. Además, da origen a diversas fibras del músculo pterigoideo interior.
La superficie medial muestra, asimismo de la incisura nasal, que favorece a conformar la abertura piriforme y da origen al músculo dilatador de la nariz, el surco lacrimal, que toma curso de la conformación del canal nasolacrimal y la lámina horizontal del asunto palaciego.
Este, enunciandose con el maxilar contralateral medialmente opuesto y con las láminas horizontales de los huesos palaciegos, va a conformar anteriormente el canal incisivo y la sutura palaciega mediana.
Maxilar Inferior
La mandíbula (llamada anteriormente maxilar inferior) es un hueso, plano, impar, central y simétrico, con aspecto de herradura, puesto en la parte inferior y anterior de la cara. La cirugía oral y maxilo-facial, característica de la odontología, es la comisionada para estudiar su anatomía, estructura y métodos patológicos.
Ostenta un cuerpo horizontal y dos ramas ascendentes verticales, puestas a ambos lados del cuerpo. Es el hueso más compacto y sobresaliente de la cara.
Cuerpo
Ostenta un borde superior o alveolar (reborde alveolar), con orificios por donde prorrumpen las raíces dentarias. En su parte media exhibe la sínfisis mentoniana, línea de unión de las dos hemimandíbulas o hemiarcadas, que se osifica en el primer o segundo año de vida. En toda su magnitud, de esta línea se desprenden diversas crestas de osificación que instituyen la protuberancia mentoniana.
A la altura del segundo premolar de cada lado se sitúan los orificios mentonianos, punto de convergencia de vasos y nervios. En su cara externa exhibe un surco denominado línea oblicua externa. En la cara interna o lingual del cuerpo se hallan unas rugosidades llamadas apófisis geni, que son el mecanismo de inserción de varios músculos de la orofaringe (geniogloso, genihioideo, etc.), y otro surco designado línea oblicua interna o milohioidea (punto de inserción del músculo milohioideo, o suelo de la boca).
Para su estudio se divide en 2 caras (una interna y una externa), así como en 2 bordes (superior e inferior):
Cara Externa
La cara externa en su parte media exhibe el vestigio de la unión ósea y se le llama sínfisis mentoniana y en la parte inferior de tal sínfisis se ubica una promiinencia piramidal llamada eminencia mentoniana.
A los laterales localizamos una línea oblicua que dibuja diagonalmente la cara externa y que culminará en el límite anterior de la rama ascendente, que se designa línea oblicua externa. A nivel de las raíces de los premolares hallamos el agujero mentoniano por donde surge el nervio y los vasos del mismo nombre.
Cara Interna
En la parte media de la cara interna hallamos dos pares de apófisis pequeñas designadas apófisis geni; en las apófisis superiores se incrustan los músculos genioglosos y en las inferiores los músculos geniohiodeos.
Descubrimos, también, al igual que en su cara externa, la propia línea que transita sesgadamente el cuerpo mandibular, ahora designada como línea oblicua interna o milohioidea y que se esgrime para el encajamiento del músculo milohiodeo.
Por abajo de esta línea y a los laterales de las apófisis geni, hallamos una depresión que representa la fosita sublingual que hospeda a la glándula del mismo nombre. Por abajo de los últimos molares hallamos otra depresión, la fosita submaxilar que contiene a la glándula submaxilar.
Límite Superior
El límite superior, además designado límite alveolar, adopta este nombre puesto que aquí es donde se hospedan los alveólos dentarios que contienen las raíces dentarias.
Límite Inferior
A cada lateral de la sínfisis mentoniana se localiza una depresión designada fosita digástrica, donde se inserta el vientre anterior del músculo digástrico. No es extraño hallar en algunos casos, en el extremo posterior de este límite, el canal facial, procedente de el paso de la arteria facial.
Ramas
Inician desde de las extremidades posteriores del cuerpo hacia la zona superior, conformando un ángulo de unos 15º, designado ángulo mandibular o gonion. Cada rama, en su parte superior, exhibe dos procesos, uno anterior denominado apófisis coronoides, que funge como implantación para el músculo temporal y otro posterior designado cóndilo mandibular. Entre ambos se encuentra la escotadura mandibular.
El cóndilo se halla envuelto por fibrocartílago y se pronuncia con la fosa mandibular (o cavidad glenoidea) del hueso temporal, dando por la articulación temporomandibular, localizada por delante del canal auditivo externo.
Para su estudio se dividen en 2 fases (externa e interna) y 4 límites (superior, inferior, anterior y posterior):
Cara Externa
Muestra numerosas líneas de rugosidades, sobre todo en su zona inferior que es donde se incrusta el músculo masetero.
Cara Interna
En la zona media de dicha cara, hallamos un orificio, que es el orificio del conducto dentario por donde traspasan los vasos y nervios dentarios inferiores. Al frente de este agujero localizamos una laminilla triangular designada Espina de Spix, que es donde se incrusta el ligamento esfenomandibular.
De la parte inferior y posterior de esta cara extraemos un canal muy marcado determinado canal milohiodeo por donde transitan los nervios y vasos del mismo nombre. Asimismo, hallamos en su parte inferior, diferentes líneas de rugosidades donde se implanta el músculo pterigoideo interno.
Límite Anterior
Sesgado de arriba a abajo, representa un canal cuyos dos límites se separan uno del otro a medida que decaen y se restringen respectivamente a nivel del cuerpo del hueso con las rayas sesgas externa e interna respectivamente.
Límite Posterior
Además, designado límite parotídeo (por mantenerse en contacto con la glándula parótida) tiene aspecto de S itálica, es redondeado y liso.
Límite Inferior
Sigue con el límite inferior de la rama, en la conjución de este límite con el límite posterior establece el ángulo de la mandíbula, trascendental para otros géneros de estudios.
Límite Superior
Se cosntituye de 2 partes distinguidas, una anterior designada apófisis coronoides (dónde se incrusta el músculo temporal) y un posterior designado cóndilo mandibular (que se enlaza con la cavidad glenoidea y conforma la articulación temporomandibular) retirados por la escotadura sigmoidea (por donde pasan los nervios maseterinos).
Vómer
La reja está situada a lo extenso del llano sagital median, pero su fracción anterior es quebrada habitualmente hacia un lado. Se muestra como una lámina cuadrangular ósea, que se ciñe a conformar la parte apostar-inferior del tabique nasal.
La reja tiene dos caras y cuatro márgenes; las caras son diferenciadas por pequeños surcos mediante el curso de las macetas sanguíneas y sobre cada uno de ellas se tiene el surco nasopalatino, que sucede sesgamente hacia abajo apostar-anteriormente de lo alto.
Ello aloja el nervio homónimo y macetas sanguíneas respectivas, arterias y venas nasopalatine. El borde superior, más a menudo, muestra un surco profundo, demarcado lateralmente por un ala ósea horizontal. Ello adopta el pico del sfenoide, pronunciandose en schindilesi con ello. Las alas, en cambio, contactan posteriormente.
El borde inferior se va a enlazar con la cresta formada, a lo extenso de la raya mediana, de las láminas horizontales de los huesos palaciegos y de los métodos palaciegos de los huesos maxilares. El borde anterior es el más largo y se promete en bajo y hacia adelante. En su zona superior es acopiado con la lámina normal del etmoide, al tanto que hacia abajo es carcomido a amparar el cartílago del tabique nasal. El borde posterior, por fin, está ulteriormente emancipado y cóncavo, apartando las aberturas dorsales de los fuera nasal (coane). Cranialmene a menudo es bífido, y caudalmente sutil.
Lagrimal
El hueso lacrimal, el hueso más pequeño y más frágil de la cara, está localizado en la zona delantera de la pared intermedia de la órbita (el Higo 164). Esto tiene dos superficies y cuatro fronteras. 1 superficie surfaces, lateral u orbital (el Higo 163) está subdividida por un canto derecho, el trasero lacrimal la cresta, en dos partes.
Al frente de esta cresta está un surco longitudinal, el lacrimal sulcus (sulcus lacrimalis), el borde interior del cual se enlaza con el método frontal del maxilla, y el lacrimal fossa de esta forma es completado. La parte superior de este fossa hospeda el saco lacrimal, la parte inferior, el conducto naso-lacrimal. La zona detrás de la cresta es lisa, y conforma la parte de la pared intermedia de la órbita. La cresta, con una zona de la superficie orbital seguidamente detrás de ello, da el origen a la parte del lacrimal.
De las cuatro fronteras, el anterior profiere con el método frontal del maxilla; el trasero con el lamina papyracea de los los etmoidales; el superior con el hueso frontal. El inferior está dividido por el límite inferior del trasero lacrimal la cresta en dos partes: la parte posterior profiere con el plato orbital del maxilla; el anterior es dilatado hacia abajo como el método de bajada, que profiere con el método del lacrimal de concha inferior nasal, y favorece en la conformación del canal para el conducto nasolacrimal.
Osificación. El lacrimal está osificado por un centro unitario, que surge sobre la duodécima semana en la membrana que recubre la cápsula cartilaginous nasal. Articulaciones. El lacrimal profiere con cuatro huesos: dos del cráneo, el frontal y etmoidal.
Nasal
La sección sagital mediano ideal del rostro fetal está precisada por la presencia de: Pica, previamente de la nariz y hueso palaciego. Diencefalo, ipo/anecogeno, al centro de la membrana de la nuca, ulteriormente. Por la tasación del hueso nasal fetal la época gestacional tiene que ser 11+0-13+6 semanas y el largo cumbre-sagrado entre 45 y 84 mm.
El engrandecimiento de la efigie debería ser tal que sólo la cabeza fetal y la parte superior del tórax irrumpan la pantalla completa. Una sección sagital media de la fisonomía fetal tiene que ser avistada. La sonda ecográfica debería ser equivalente a la dirección de la nariz y a un movimiento progresivo de un lado al otro del perfil fetal debería ser perpetrado.
Una vez cumplidos estos criterios es viable avistar tres rayas gentiles al nivel de la nariz fetal: La raya superior personifica el cutis y aquel inferior, que es más espesa y ecogenica del cutis prominente, personifica el hueso nasal.
Una tercera raya, habitualmente en prolongación con el cutis, pero a un rango superior, personifica la punta de la nariz. El hueso nasal es calificado presente si su ecogenicia es mayor a la del cutis prominente y retirado en el caso en que no sea avistado o su ecogenicia sea la propia o inferior con respecto de aquel del cutis. A 11+0-13+6 semanas el hueso nasal está retirado en de: Fetos euploidi 1-3% ; Fetos con trisomia 21 60%; Fetos con trisomia 18 50%; Fetos con trisomia 13 40% .
La retirada del hueso nasal es más frecuente si: La época gestacional es 11 antes que 13 semanas. El porcentaje de presentar Trisomia 21 es elevado si la madre es de origen afro-caribeño.
La tasación ecográfica del hueso nasal puede estar incrustada en dos diversas destrezas de screening, que repercuten de manera similar por sensibilidad y porcentaje de falsos positivos: El hueso nasal puede ser examinado en todos los casos. La valoración en un subgrupo de embarazos a riesgo intermedio, incluido entre 1 sobre 51 y 1 sobre 1000, luego de un screening basado en la edad materna, es decir, NT fetal, FHR.
En tales circunstancias solamente conforman un sexto, 15%, de la población total. La valoración del hueso nasal ratifica la eficacia del screening, incrementando la sensibilidad con una disminución del porcentaje de falsos positivos.
Palatino
Conforma la zona posterior del paladar duro, parte del suelo y pared lateral de la cavidad nasal y el suelo de la órbita.
Parte HorizontalEstá también conformado por una parte vertical y una horizontal y presenta 3 métodos: piramidal, orbital y esfenoidal.
Presenta dos caras y tres bordes:
- Cara nasal – forma el suelo de la cavidad nasal
- Cara inferior (Palatina) – forma parte del paladar duro
- Borde anterior – se articula con la mandíbula
- Borde posterior – sirve como inserción del paladar blando y úvula
- Borde Medial – se articula con el hueso palatino del lado opuesto
Parte Vertical
Presenta dos caras y cuatro límites:
- Cara nasal – se articula con la concha nasal inferior y media
- Cara Maxilar – se articula con la mandíbula
- Borde anterior – es fino e irregular
- Borde posterior: se articula con el hueso esfenoide
- Borde superior – se articula con el cuerpo del hueso esfenoide
- Bordes Inferior – procesos
- Proceso Piramidal – se articula con la mandíbula
- Proceso Orbital – se articula con la mandíbula, esfenoide, etmoide. Forma parte del suelo de la órbita
- Proceso Esfenoidal – se articula con el hueso esfenoide
El palatino profiere con 6 huesos: el esfenoides, etmoides, vomer, mandíbula, inferior nasal, concha y el hueso palatino en el lado opuesto.
Cornetes
La Desviación del Tabique Nasal y la Hipertrofia de los Cornetes Inferiores.
La desviación del tabique nasal y el incremento en el volumen de las turbinas inferiores establecen la obstrucción nasal y la supeditada alteración del flujo respiratorio.
Hipertrofia de Cornetes Inferiores
Los cornetes son tres creaciones óseas revestidas de mucosa que efectúan acciones de calentamiento, purificación, humidificación y restricción del flujo del aire infundido.
El cornete inferior puede incrementar el volumen (hipertrofia), por motivos alérgicos delimitadas – rinitis alérgicas – causas o no específicos tales como variaciones en la temperatura o la humedad, el uso de drogas o rinitis vasomotora hormonal, lo que deriva en el impedimento nasal.
Si las causas se mantienen, el impedimento nasal puede tornarse irrefutable, resaltandose durante la noche y sindicandose con otros síntomas, hiposmia (disminución del olfato), dolor de cabeza, ronquidos y apnea del sueño.
En estos casos, la arbitrariedad de sustancias vasoconstrictoras con acción tópica (aerosoles nasales vasoconstrictores), posterga a una efigie de la rinitis medicinal acreditada únicamente por una gracia temporal y un ulterior deterioro.
La terapia médica puede solventar los aspectos más tenues de la hipertrofia de cornetes y puede examinar muy bien los otros síntomas nasales (picor, estornudos, secreción nasal).
En casos de impedimento nasal más marcado, la cirugía se usa para disminuir el volumen de cornetes hipertróficos a través de la mucotomía clásica o la radiofrecuencia.
La Desviación del Tabique Nasal
En el adulto, el tabique nasal con frecuencia presenta engrosamiento y describe curvas y ángulos que genéricamente se definen como deformidades del tabique nasal. Las deformidades del tabique pueden ser de naturaleza cartilaginosa, ósea y osteocartilaginosa. En algunos casos, es posible apreciar porciones cartilaginosas supernumerarias, llamadas cartílagos paraseptales. En la gran mayoría de los casos, las desviaciones septales se originan traumáticamente.
La sintomatología subjetiva se relaciona sobre todo con la obstrucción respiratoria nasal uni o bilateral, debido, por un lado, a la desviación del septo y, por otro lado, a la hipertrofia compensadora de los cornetes. El flujo respiratorio nasal se verá alterado, con la consiguiente evaporación del moco nasal y la pérdida de la acción protectora de este último con la consiguiente mayor susceptibilidad a las infecciones.
El diagnóstico se sustenta en una esmerada compilación de datos concernientes con la semiótica clínica del paciente, un análisis rinoendoscópico y rinomanométrico.
Con las fibras ópticas de la actualidad es factible efectuar un diagnóstico endoscópico, y considerar en detalle la morfología del tabique nasal, al tanto que el diagnóstico rinomanométrico consiente valuar la función nasal.
La terapia es de tipo médico.
Músculos y Huesos de la Cara
Huesos De La Cara
- 2 maxilares superior, en el centro de la cara;
- 2 palatinos, por detrás de los precedentes;
- 2 malares, o huesos de las mejillas;
- 2 nasales, que forman el dorso de la nariz;
- 2 lagrimales en la parte interna de la órbita;
- 2 cornetes inferiors, dentro de las fosas nasales;
- 1 vómer, que forma parte de tabique de las fosas nasales;
- 1 maxilar inferior, en la parte inferior de la cara.
Maxilar Superior
Es un hueso par que conforma la mandíbula superior. Cada maxilar presenta: la apófisis empinada que configura parte del límite interno de la órbita, la espina nasal; la apófisis palatina, que configura en parte el paladar, y en el límite inferior, los alveólos, o cavidades en las cuales se hincan los dientes.
Malar O Pómulo
Es un hueso par situado entre el maxilar superior, el frontal, el ala mayor del esfenoides y el temporal, su semblante es cuadrilátero siendo su cara intrena cóncava y su cara extrena convexa y muy preponderante. Su límite superior configura parte de la rebaba de la órbita con su apófisis orbitaria. Su juntura con la apófisis zigomática del temporal conforma la arcada zigomática. (“asa” de la calavera).
Nasal
Los nasales ó huesos oportunos de la nariz, son dos huesillos cuadrilateros, localizados entre las apófisis empinadas de los máxilares principales, a ambos laterales de la raya media; conforman gran parte del bastidor de la nariz, Aparte de proferir entre si y con los maxilares, se enlazan hacia lo alto con el frontal y hacia la parte inferior con el cartilago de la nariz.
Lagrimal O Unguis
Es un huesillo par, ubicado en la franja anterior de la cara interna de la orbita. Su cara externa muestra el canal lagrimal. Sus límites son delgados e irregulares y se profieren con el frontal, con el etmoides (es decir con la cara externa de las masas dorsales) y con la apofisis empinada del maxilar superior.
Palatino
Es un hueso par localizado por detrás del maxilar superior. Se distinguen en él dos porciones:
La lamina horizontal y la lamina vertical.
Cornete Inferior
Es un hueso par que tiene semblante de lamina dispersada sobre si misma se desglosa de la pared externa de las fosas nasales (por debajo de los cornetes superiores y medio). Su cara interna, esférica, apunta hacia el tabique de las fosas nasales; la externa abollada, apunta a la pared externa de las fosas nasales.
Vomer
- Es un hueso impar, medio y delgado que establece la franja posterior del tabique medio de las fosas nasales. Exhibe el semblante de una reja de arado; de sus cuatro límites:
- El superior se profiere con el esfenoides;
- El anterior se enlaza a la lamina derecha del etmoides y con el cartilago del tabique nasal;
- El inferior se enchufa en la grieta que al acoplarse dejan entre si los maxilares superiores y las laminas planas de los palatinos;
- El posterior es emancipado y retira las perforaciones posteriores de las fosas nasales.
Maxilar Inferior
Es un hueso impar, intermedio y armónico que establece por si solo la mandíbula inferior: es el único hueso inestable de la cabeza.
Hueso Hioides
Es un hueso impar, intermedio y armónico que se esgrime como de plataforma de la lengua. Está ubicado en la parte anteposterior del cuello, por sobre de la laringe.
Promete el semblante de una herradura de sinuosidad posterior. Ostenta un cuerpo, dos astas mayores y dos astas menores.
El hioides es el único hueso del bastidor que está retirado de los demás. En él se implantan numerosos músculos que lo salvaguardan en su postura.
Dolor en los Huesos de la Cara
Dolor Facial – Causas y Síntomas
El dolor facial es un síntoma que puede provocar en cualquier franja del rostro, en el contexto de variadas patologías de caracter neurológico, vascular, infectivo u odontológico.
Las causas más comúnes son la disfunción de la articulación temporo-mandibular, ATM y la neuralgia de lo trigémino. La disfunción del ATM puede provocar dolor intermitente, corrientemente unilateral, que se difunde a mejilla, mandíbula, región temporal, oreja y cogote.
Síntomas concomitantes son el maloclusión dentario, crepitación articular, dolor que habilita a la presión de los cabecillas articulares y los encajamientos de los músculos de la franja, pterigoidei, tormenta y masetero.
La neuralgia de lo trigémino, en contraste, se revela con crisis paroxísticas de dolor lancinante de corta duración, de pocos segundos, de 1-2 minutos, con predilección a redundar en el transcurso del día. Los síntomas importan, corrientemente, la frente y el ojo, desde la mandíbula hasta el mentón o la parte superior de la mejilla.
Existen maniobras (deglutir) mascar o hablar, o zonas, regions sovraorbitarias, mejilla y nariz, tales “trigger”, son aptos para azuzar la crisis dolorosa. Además del dolor facial, la neuralgia de lo trigémino puede causar fotofobia, lagrimeo, aumentado salivación, midriasi y congestión de la cara.
Otra posible causa de dolor facial es la sinusitis, una inflamación de los senos paranasali, es decir las cavidades que contienen aire situado dentro de los huesos del cráneo, sobre y lateralmente a la nariz. En la forma aguda, compadre un dolor pulsante, agravado cuando se dobla hacia adelante, la sede del dolor indica el seno paranasal interesado, mientras en aquella crónica persiste un sentido de pesadez.
El dolor facial puede ser también provocado por traumas, fracturas, infecciones orales, ej. abscesos, escamondas golpes de frío e infección de Herpes zóster, fuego de San Antonio.
- Artritis
- Artrosis
- Bruxismo
- Calcolosi salival
- Cefalea
- Dermatitis periorale
- Hemicránea
- Fuego de San Antonio
- Inflamación del nervio trigémino
- Neurinoma de la acústica
- Otitis
- Parodontitis
- Parotitis
- Poliposi nasal
- Sinusitis
- Siringomielia
- Tumor de las glándulas salivales
Su Relación con el Dolor de Cabeza
Ser precedido por síntomas visuales llamados aura, obscuridades de la vista, comparecida de relámpagos pintados, y acompañada por náusea, vómito, intolerancia a la luz (fotofobia) y a los sonidos (fonofobia). El dolor de cabeza de tipo “emicranico” casi siempre empeora con la actividad física, también leve, como por ejemplo caminar. Usted descubre que la hemicránea golpea principalmente a las personas particularmente inteligentes cuyo cerebro es completamente formado, desarrollado y usado.
La cefalea tensiva es un dolor de cabeza que emana pausadamente y genera un dolor opresivo, a “casco”, que incuye toda la cabeza. A veces este es seguido por náuseas. Referente a la hemicránea, la intensidad del dolor es mínima. La cefalea tensiva puede ser episódica o crónica, si el dolor está presente para más que 180 días al año o al menos 15 al mes.
La cefalea a racimo. Caracterizada por un dolor intenso, similar a un cuchillo plantado tras el ojo, que se mete hasta el cerebro. Preferentemente apalea a los hombres y atañe a un solista al situado angular del jefe. El dolor puede ser asociado a un enrojecimiento de un ojo, con lagrimeo y congestión nasal.
Las crisis pueden perdurar de los 15 a los 180 minutos, sobrevenir más veces al día y por ciclos de 30-40 días contiguos. Las raras mujeres que soportan la cefalea a racimo, también llamada la cefalea del suicidio, declaran que la intensidad del dolor es suprema a la del parto.
Cefaleas secundarias. Son el síntoma de una enfermedad en acto y su frecuencia erra aproximadamente del 15-20% de todos los casos de cefalea persistente. Diagnosticarle con precisión es indefectible ya que mejoran o curan solamente si es localizada y depuesta la enfermedad de que es la manifestación.
Entre las enfermedades capaces de azuzar la cefalea se hallan la hipertensión arteriosa, la insuficiencia hepática, renal o pulmonar, las anemias, las inoculaciones agudas o crónicas, las enfermedades de los huesos y las articulaciones, las enfermedades del cráneo y el cuello, las enfermedades de los ojos como el glaucoma o el estrabismo, y de la nariz, las sinusitis, las enfermedades de la boca y los dientes, especie de caries, de las orejas, las otitis y las dificultades digestivas. Cada vez más frecuente es la cefalea de abuso.
¿Qué es la hemicránea?. La hemicránea es una de los semblantes más habituales de dolor de cabeza: se exterioriza en acerca del 12% de la población mundial. Se distinguen 2 tipos de hemicránea: sin aura, 85% de los casos, y con aura, 10-15% de los casos.
La hemicránea con aura presenta los síntomas de la hemicránea sin aura, pero es antecedida por síntomas transitorios (aura) representados por molestias visuales (obscuridad de la vista) zig-zag luminosos, desaparecidos de parte del campo visual, molestias de la sensibilidad, adormecimiento u hormigueo de un brazo o de la mitad de la cara, molestias de la palabra (imposibilidad a encontrar los vocablos para expresarse) que duran de un mínimo de 5 a un máximo de 60 minutos y son seguidos luego, a su desaparición, del dolor emicranico.
En realidad, en algunos casos el dolor que sigue al aura puede no ser de tipo emicranico, pero antes como un peso o un círculo a la cabeza, o bien faltar completamente. Además, existen sujetos enfermos muchos de hemicránea sin aura que de hemicránea con aura.
Huesos de la Cara y sus Articulaciones
Los huesos de la cara, esplanocráneo o viscerocráneo, 1 son los huesos de la cabeza que se encuentran delante del cráneo (neurocráneo).
Los huesos de la región superior de la cara son copartícipes del cráneo y, a excepción del vómer ubicado en la raya media, son pares y simétricos: el maxilar superior que está dividido en dos, uno a cada lado de la raya media; el pómulo también llamado hueso malar o cigomático; el unguis o hueso lagrimal; los cornetes superior, medio e inferior; el nasal que se articula con los maxilares superiores y con el frontal y el palatino.
La región occipital está organizada por un solo hueso: el maxilar inferior o mandíbula, es una pieza móvil ya que su primordial acción es la de la masticación. Posee unos salientes o apófisis que terminan en los cóndilos, que se profieren con el cráneo a través del hueso temporal en su cavidad glenoidea.
Los huesos de la cara, junto con los de la plataforma del cráneo, forman las diversas cavidades como: las cavidades orbitarias, las nasales y la bucal, donde se hospedan, relativamente, el globo ocular, la mucosa pituitaria y la lengua con las terminaciones gustativas.
Huesos de la Cara y el Cráneo
El esqueleto de la cabeza o macizo esquelético cráneo-facial, es el conjunto de los huesos del ”cráneo” (”ossa cranii”) y los huesos de la cara (”ossa faciei”), conocido como ‘’calavera” en términos coloquiales, aunque anatómicamente es la cabeza ósea, siendo el ”cráneo” una parte de la cabeza. Es común que ”cráneo” designe a la totalidad de la ”cabeza ósea”, lo cual es impropio en el estudio de la Anatomía. No obstante, en otros tópicos (embriología, biología, etc.) se considera el ”cráneo” como sinónimo de ”esqueleto de la cabeza”.
La distinción entre ”cráneo” y cara es muy clara: el cráneo aloja el encéfalo fundamentalmente -”neurocráneo”-, mientras que la cara presta inserción a los músculos de la mímica y de la masticación y aloja algunos de los órganos de los sentidos. El cráneo cumple una función muy importante, ya que se preocupa de contener todo el sistema nervioso central, con excepción de la médula.
El esqueleto de la cabeza o macizo esquelético cráneo-facial, es el conjunto de los huesos del ”cráneo” (”ossa cranii”) y los huesos de la cara (”ossa faciei”), conocido como ‘’calavera” en términos coloquiales, aunque anatómicamente es la cabeza ósea, siendo el ”cráneo” una parte de la cabeza. Es común que ”cráneo” designe a la totalidad de la ”cabeza ósea”, lo cual es impropio en el estudio de la Anatomía.
Huesos del Cuello
El cuello es el área de transición entre el cráneo y las clavículas que une la cabeza al tronco y las extremidades. Sirve como conducto principal para las estructuras que circulan entre ellos. Además, algunos órganos importantes con funciones únicas se localizan en él, por ejemplo la laringe, la glándula tiroides y las paratiroides.
El cuello es delgado para facilitar la flexibilidad necesaria en la posición de la cabeza, por esta razón numerosas estructuras importantes, como músculos, nervios, arterias, venas, linfáticos, glándulas, laringe, tráquea, esófago y vertebras se agrupan en el cuello.
Se conoce bien que esta región cervical esta en vulnerabilidad debido a que estructuras vitales que se encuentran en esta carecen de protección ósea.
Huesos del Cuello
El esqueleto del cuello está conformado por:
- Las vertebras cervicales.
- El hueso hioides.
- El manubrio del esternón.
- Las clavículas.