Nuestra figura se le debemos, en gran parte, al desarrollo de nuestro sistema óseo, al cual se someten los otros órganos de nuestro organismo como la piel; pero además les brinda protección a éstos. En este artículo te invitamos a descubrir detalles de esta compleja estructura.
Qué son los huesos
El órgano de los vertebrados más duro y resistente que se puede hallar es el hueso. Están compuestos por varios tejidos duros y blandos; siendo el principal tejido duro el óseo. Tienen un revestimiento en la superficie llamado periostio y está compuesto por una formación conectiva fibrosa, en tanto que la superficie articular se halla revestida por el tejido cartilaginoso. No obstante su dureza son bastante livianos.
El cuerpo humano presenta 206 huesos de formaciones muy diversas, lo cual le posibilita efectuar varias funciones esenciales. Son órganos tan vitales como los músculos o el cerebro, y tienen gran capacidad de regeneración. No obstante, existe un enfoque incorrecto del hueso como una estructura inactiva, en vista de que, por lo general, se exponen a la vista piezas óseas, secas y libres de materia orgánica, en las osamentas después de la descomposición de cadáveres.
El grupo total y estructurado de los huesos constituye el sistema óseo. Cada hueso efectúa una función particular individual, en tanto que al laborar en conjunto interactúa con huesos contiguos para las funciones de articulación.
Características
Los huesos presentan las siguientes características:
Por su dirección
- Huesos rectilíneos como el peroné.
- Curvilíneos arqueados como las costillas.
- Sinuosos en S como la clavícula.
- Retorcido sobre su eje como el humero.
- En función a su posición anatómica tenemos: Horizontales, verticales Oblicuos.
Por su conformación exterior
Tenemos huesos, con determinadas formas geométricas:
- El Cuboides y piramidal.
- En figura de Arca como el Escafoides.
- Con forma de guisante como el Periforme.
- En forma de cuño, como el Esfenoides y el Cuneiforme, y otros en forma de concha, martillo, yunque, estribo, etc.
Por su contorno y accidentes anatómicos
Los huesos presentan formas e irregularidades que se les llaman de diferentes maneras. La mayoría de ellas se aprecian mejor en huesos secos a los que se les ha retirado el periostio y el cartílago articular. El cuerpo o diáfisis de los huesos largos habitualmente tienen tres caras divididas por tres bordes. Los huesos cortos regularmente poseen seis caras.
En los huesos planos e irregulares es muy diverso el número de caras y bordes. La protuberancia de mayor tamaño se asume como la cabeza y a la zona estrecha de enlace se le llama Cuello, lo demás es el cuerpo; otras prominencias de acuerdo a su tamaño de mayor a menor son:
- Apófisis
- Trocánteres
- Tuberosidades
- Protuberancias
- Tubérculos
- Espinas
Las prominencias en línea se denominan Crestas o Líneas y las concavidades se llaman Surcos. Otros hundimientos son las fosas o fobias. Las mayores cavidades de algunos huesos se les denomina senos, celdillas o antros; también hay agujeros, si éstos son alargados se conforman los conductos o Hiatos, a través de los cuales se nutren los huesos, llamados por esto conductos nutricios.
Estos conductos nutricios con frecuencia se alejan del extremo en crecimiento del hueso y se orientan hacia la diáfisis. Con regularidad la superficie de los huesos muestra prominencias y ruborocidades donde se incrustan tendones fuertes; pero las floras musculares se introducen de manera directa en zonas lisas.
Por su forma y arquitectura: Son rígidos y flexibles; soportan grandes fuerzas de tensión y compresión con la misma eficiencia, y pueden aguantar cargas estáticas y dinámicas de hasta varias veces el peso del cuerpo. La arquitectura de los huesos, tiene una reconocida construcción que armoniza resistencia, elasticidad, poco peso; cualidades que se alteran bajo ciertas condiciones mecánicas.
Anatomía
El esqueleto humano está estructurado por un grupo de órganos duros y resistentes conocidos como huesos, y por cartílagos que envuelven y protegen los extremos de algunos de ellos. Se encuentran compuestos por tejido conectivo óseo, también poseen una sustancia intercelular sólida, entre la cual se encuentran células óseas (osteocitos).
El tejido óseo se fracciona en esponjoso y compacto. El primero se encuentra en la porción central de los huesos; está conformado por trabéculas (laminillas superpuestas) entre las que existen diversas ocupadas por la médula ósea. El tejido óseo compacto se localiza en la superficie, está compuesto por laminillas sobrepuestas de forma regular, conformando dos mantos gruesos. El tejido óseo cartilaginoso se particulariza porque su sustancia intercelular es sólida y semidura; las células (condrocitos) se hospedan en cavidades dejadas por aquellas, denominados condroplastos.
División del esqueleto
El esqueleto humano se divide en dos partes para su estudio, de acuerdo a uno de los esquemas propuestos:
El esqueleto axial. Huesos ubicados en la línea media o eje, que aguantan el peso del cuerpo tal como la columna vertebral. Se ocupan especialmente de resguardar los órganos interiores.
Estructura: 80 huesos aproximadamente.
Huesos de la columna vertebral (raquis): 26 huesos aproximadamente
- Cervicales (del cuello): 7
- Torácicos: 12
- Lumbares: 5
- Sacro: 1 (fusión de 5 vértebras)
- Cóccix: 1 (fusión de 4 vértebras)
Huesos de la cabeza: 29 huesos
- Cráneo: 8
- Cara: 14
- Oído: 6
- Hioides: 1 (hueso no articulado con el esqueleto)
Huesos del Tórax: (25)
- Costillas: 24 (12 pares)
- Esternón: 1
El esqueleto apendicular. Resto de los huesos correspondientes a las piezas anexas a la línea media (apéndices); específicamente los pares de extremidades y sus correspondientes cinturas; son los que ejercen más movimientos como el carpo (muñeca).
Estructura: 120 huesos
Cintura escapular: 4 huesos
Huesos de las extremidades superiores: 3 x 2
- Brazo: 1 x 2
- Antebrazo: 2 x 2
En los miembros superiores y pectorales: 64
- Brazos y manos: 60
- Hombros: 2 clavículas y 2 escápulas.
En los miembros inferiores y pélvicos: 62
- Piernas y pies: 60
- Pelvis: 2 huesos pélvicos (fusión del ilion, isquion y pubis)
Funciones
Si bien externamente los huesos muestran ser armazones sencillas y sólidas, realmente son ensamblajes complejos, semi-rígidos y porosos. Los huesos los compone el tejido óseo, el cual a su vez está conformado por sustancias minerales en dos terceras partes, y elementos orgánicos en una tercera parte. Esta combinación es lo que les suministra esa cualidad semirrígida y porosa.
Dentro de sus funciones se pueden citar las siguientes:
Estructural o de sostén: Los huesos conforman el esqueleto óseo, el cuál suministra soporte y forma al cuerpo humano.
Locomotriz: Los huesos contienen marcas óseas que se utilizan para la inserción de tendones, ligamentos y fascias. Gracias a estas señales los huesos interactúan con los músculos, posibilitando el movimiento de las articulaciones. Los músculos suministran el poder motor, en tanto que el esqueleto opera como una estructura de palancas que coordina el movimiento de acuerdo a las necesidades del cuerpo humano.
Protección: En el cuerpo humano está dotado de estructuras vitales, como el corazón, el cerebro, los riñones, el hígado; que requieren resguardo. Los huesos ejercen esa función protectora levantando paredes fuertes en torno a de esos órganos.
Hematopoyética: La médula ósea roja que hallamos en huesos planos como costillas, esternón, columna vertebral, cráneo, escápula o pelvis; crea los eritrocitos, leucocitos y plaquetas mediante la hematopoyesis.
Homeostasis de minerales: Los huesos son depósito de minerales en el organismo, principalmente de calcio y fósforo. Existe un intercambio casi permanente con la sangre para conservar un equilibrio y asignar a otros órganos de acuerdo a sus requerimientos.
Almacenamiento de triglicéridos: La médula ósea roja es sustituida gradualmente en los adultos por médula ósea amarilla, la cual está compuesta por adipocitos que acumulan triglicéridos, que forman una reserva energética.
Para el año 2007, el Profesor Gerard Karsenty, doctor en genética de la Universidad de Columbia publicó una investigación en la revista Cell acerca del probable papel endocrino de los huesos.
De acuerdo a los datos de la investigación la osteocalcina, una proteína que contribuye a agregar el calcio en los huesos, no es una proteína simplemente estructural, sino que es una hormona con funciones vitales como dirigir las células beta del páncreas a generar más insulina o adiestrar a las células grasas a liberar adiponectina.
Este hallazgo demostró por vez primera que una hormona posee una función sinérgica en el control de la secreción de insulina, la sensibilidad a la insulina, y que tal reseña de acoplamiento procede del esqueleto.
Si bien aún no han logrado duplicar estos resultados en seres humanos, el artículo refiere el papel que podría tener esta función endocrina en la profilaxis de la evolución de diabetes tipo II y obesidad.
Tipos de huesos
Los huesos del esqueleto humano se pueden catalogar de acuerdo a su forma, como se verá seguidamente:
Huesos Largos
Tienen una zona cilíndrica (la diáfisis) y dos extremos, ambos llamados epífisis. Ejemplos estos huesos son el húmero, el radio, la tibia y el peroné.
Huesos Cortos
Se identifican por poseer una forma un tanto irregular, y distan de ser sencillamente una versión más reducida de un tipo de hueso alargado. Ejemplo de esta categoría son los huesos del carpo y del tronco.
Huesos Planos
Se hallan en aquellos lugares donde se necesite resguardo de partes blandas del organismo o un sitio para inserción muscular extendida. Ejemplo de ellos tenemos las costillas, escápula (u omóplatos), porciones de la cintura pélvica, y huesos del cráneo.
Huesos Irregulares
Contemplan huesos de forma característica y diversa. Vértebras y huesillos del oído conforman ejemplos clásicos de huesos irregulares.
Huesos Sesamoideos
Son reducidos y redondeados que se hallan cerca de las articulaciones, y tienen la función de aumentar la función de palanca de los músculos. Ejemplo de este tipo de huesos es la rótula (o patela).
Largos
Son huesos fuertes y densos que aportan estructura, resistencia y movilidad. El fémur es un ejemplo de hueso representativo. Los huesos largos presentan una diáfisis y dos extremos.
Ciertos huesos en los dedos de las manos se catalogan como huesos largos, aunque sean más cortos. Ello es por la figura de los huesos y no por su tamaño. Los huesos largos tienen médula ósea amarilla y roja, las cuales generan las células sanguíneas. Los huesos largos se identifican porque su dimensión larga, prevalece sobre las otras dos, mostrando una figura tubular en la que se diferencian tres partes: la diáfisis y dos epífisis. La diáfisis o cuerpo del hueso, es la parte larga en figura de cilindro.
Las epífisis o extremidades del hueso por lo general son voluminosas, donde se hallan superficies lisas articulares y prominencias rugosas, en las que se incrustan ligamentos y tendones. Además, se describe la metáfisis, zona perteneciente a los extremos de la diáfisis, que en la etapa de desarrollo se hallan divididas de las epífisis por los llamados cartílagos epifisarios (cartílago de conjunción). Estos huesos por sus dimensiones pueden ser grandes y pequeños. Están localizados en zonas de gran movilidad, operando como brazos de palancas, en la porción libre de los miembros.
Planos
Los huesos planos se encuentran constituidos de una capa de hueso esponjoso entre dos capas finas de hueso compacto. Tienen una forma plana, no circular. Ejemplos de estos incluyen el cráneo y las costillas. Los huesos planos poseen médula, pero no contienen una cavidad de médula ósea.
Cortos
Poseen la forma cercana a un cubo, los conforman en su mayoría hueso esponjoso y están ubicados en las manos y pies. La superficie externa de estos huesos está compuesta por una capa delgada de hueso compacto. La rótula igualmente se asume como un hueso corto.
Sesamoideos
Huesos sesamoideos medio y lateral ubicados en la articulación falangiana del metacarpo del pulgar. Es un hueso pequeño y ovalado incrustado en un tendón sometido a compresión y a fuerza de tensión habituales. Los huesos sesamoideos se localizan en diversas articulaciones del cuerpo.
Irregulares
Son segmentos óseos que por su aspecto no se pueden catalogar en las categorías ya establecidas. Igualmente, los huesos mixtos, o sea, que poseen características de dos o más tipos, son tomados como irregulares. Las regiones donde predominan los huesos irregulares son en la zona media del cuerpo, el cráneo, la pelvis, y determinados sitios de la cara.
Por lo general, los huesos irregulares son distintos unos de otros tanto en su forma, como en su dimensión. No obstante, algunos pueden asociarse de acuerdo a las funciones que cumplen. Los elementos que componen esta categoría comprenden tejido con una textura blanda, cubierta con una fina manta ósea sólida.
Funciones de los huesos irregulares
No obstante el aspecto que presentan estos huesos, ejercen diversas funciones similares a las que presentan otras categorías, las cuales comprenden:
- Proteger el aparato nervioso
- Hacer de elemento de atadura en la penetración de los músculos
- Mantener la operatividad de la faringe
- Soporte de la tráquea y la lengua
Ejemplos de estos huesos son las vértebras cervicales, las cuales se sitúan en el cuello. Estos huesos poseen la función de sostén del peso de la cabeza, y le facilita efectuar diversos movimientos. Los seres humanos tienen siete vértebras cervicales en el organismo.
Hueso etmoides. Es el primer hueso en el eje medio de la raíz craneal. Intercede efectivamente en la formación del techo y la concavidad exterior de las fosas nasales, así como en la creación de la base del cráneo. El hueso etmoides no interviene d manera directa en la elaboración de la bóveda del cráneo, aunque se localiza en esa zona.
Unguis y lagrimal. Ambos se ubican en la zona interior de la órbita ocular, en la zona media de la cara, contiguos a los huesos nasales, en la zona superior y en sus extremos. Aun cuando se encuentran próximos a los ojos, están íntimamente relacionados con la zona nasal. Estos huesos son extremadamente finos y débiles. Tienen una forma cuadrada, que por sus dimensiones son muy parecidos a las uñas. Se asumen como las piezas óseas de menor tamaño del rostro. Ambos huesos poseen un hoyo por donde atraviesa el canal lagrimal.
Vértebras dorsales o torácicas. Se ubican en la zona superior de la concavidad dorsal. Su labor es unir y soportar las costillas, apoyándose en varias conformaciones musculares y articulaciones.
Hioides. Es una pieza móvil, nivelada e impar, que se ubica en la zona baja del cuello, exactamente bajo la lengua. Tiene una forma convexa en la porción anterior y cóncava por atrás. Está asociada con el cartílago de la tiroides por los músculos cercanos a esa zona.
Yunque. Es es uno de los huesos que conforman el oído medio. Se sitúa en el tímpano y enlaza con el martillo y el estribo, facilitando que las ondas sonoras atraídas por el aire, alcancen el oído interno. El martillo unido con el yunque y el estribo, impulsan la transmisión de las oscilaciones sonoras hacia lo interno del oído.
Enfermedades de los huesos
Los huesos contribuyen al movimiento y le dan forma y sostén al cuerpo. Se encuentran conformados por tejidos vivos que se reconstituyen continuamente a lo largo de la vida. En el transcurso de la infancia y la adolescencia, el organismo adiciona huesos nuevos primero de lo que descarta los huesos precedentes. Luego de los 20 años de edad, se puede desechar huesos más rápido de lo que se produce. Para mantener huesos fortalecidos cuando se es joven y evitar pérdida ósea en edades avanzadas, se requiere ingerir abundante calcio y vitamina D, así como hacer ejercicio.
Hay numerosos tipos de dificultades óseas:
- La osteoporosis debilita los huesos e incrementa las posibilidades de fracturas
- La osteogénesis imperfecta produce huesos frágiles y quebradizos
- La enfermedad de Paget los debilita
- Las enfermedades óseas pueden hacer que los huesos se rompan con relativa facilidad
- Los huesos pueden igualmente desarrollar infecciones o cáncer
- Otras patologías de los huesos son producto de una mala nutrición, factores genéticos o dificultades en la velocidad de crecimiento o restauración ósea.
Alteraciones de los huesos
El sistema esquelético está propenso a enfermedades de naturaleza inflamatoria, circulatoria, neoplásica, metabólica y congénita, igual como los otros órganos del cuerpo. Aunque no hay un sistema estándar de clasificación, los trastornos óseos son cuantiosos y variados.
Deformaciones
Las malformaciones congénitas de huesos no son habituales, y generalmente vienen asociadas a la carencia de algún hueso (ejemplo, una falange) o la formación de huesos agregados como una costilla. Otras deformaciones comprenden el sindactilismo, lo cual es la fusión de dos dedos contiguos; o el aracnodactilismo, donde surgen dedos con apariencia de araña, relacionado con el síndrome de Marfan. Igualmente figura la acondroplasia, que es la anomalía del crecimiento óseo más habitual y principal origen de enanismo.
Fracturas
Son quizás las afecciones óseas más frecuentes, las cuales se solucionan por procesos naturales, luego de la alineación e inmovilización de los huesos involucrados. En el proceso de curación, los vasos sanguíneos afectados despliegan un tipo de hematoma óseo que valdrá de adhesivo, y después se irá creando un tejido fibroso o conjuntivo conformado por células llamadas osteoblastos, las cuales formarán un callo óseo que soldará las partes separadas.
No obstante, la ausencia de tratamiento o inmovilidad puede causar un crecimiento irregular. Las técnicas para apresurar la recuperación de un hueso comprenden la ecografía, injertos óseos, estimulación eléctrica y sustitutos orgánicos con preparados cálcicos, como huesos de cadáveres, coral y cerámicas biodegradables.
Osteogénesis imperfecta
Es más conocida como enfermedad de los huesos de cristal. Es congénita y se caracteriza porque los huesos de las personas que la padecen se parten muy fácilmente, con frecuencia tras un traumatismo o a veces sin causa aparente. Esta enfermedad es causada por la falta o insuficiencia del colágeno, por causa de un problema genético.
Osteoporosis
Es el término general para especificar la porosidad del esqueleto ocasionada por una disminución de la densidad ósea. En esta patología se presenta la reducción de la resistencia del hueso, ocasionada a una variación en la remodelación ósea, por lo cual existe una disminución de la masa ósea, además de surgir conductos extensos de reabsorción; mientras que la congregación de calcio en la matriz es normal. La osteoporosis secundaria es la más habitual y relacionada con la tercera edad, la menopausia y la actividad física disminuida.
En homeostasis la alianza del estrógeno con los osteoblastos mediante receptores específicos, incita los osteoblastos para generar y excretar matriz ósea. Con la disminución de la excreción de estrógeno por la menopausia, la acción osteoclástica (reabsorción) se torna mayor que la osteoblástica (formación de tejido óseo nuevo), lo que tiene como consecuencia la disminución de la masa ósea, convirtiendo en frágil al hueso, por incapacidad para el aguante de las fuerzas de tensión.
Cáncer de hueso
És un tipo de cáncer poco habitual que empieza en un hueso. Puede iniciar en cualquier hueso del cuerpo, pero aqueja con mayor frecuencia en los huesos largos que componen los brazos y piernas. Hay diferentes tipos de cáncer de huesos. Unos se presentan especialmente en niños, en tanto que otros inciden en su mayoría a adultos.
El término “cáncer de huesos” no involucra el cáncer que empieza en otra parte del cuerpo y se expande (metastatiza) al hueso. Esas clases de cáncer, en cambio, se designan de acuerdo al lugar del cuerpo en el que empiezan, como el cáncer de mama el cual metastatiza hasta el hueso.
Síntomas
Algunos de los signos y síntomas del cáncer de huesos son:
- Dolor de huesos
- Hinchazón y sensibilidad próximos a la región afectada
- Fractura de huesos
- Fatiga
- Pérdida de peso no voluntario
Cuándo consultar al médico
Solicite una consulta con su médico si Ud. o algún familiar manifiestan ciertos signos o síntomas que le estén preocupando.
Causas del cáncer de hueso
Estas causas no están claras. Los galenos están conscientes que el cáncer de huesos empieza como una falla en el ADN de una célula. El error le manda a la célula que se desarrolle y divida de forma descontrolada. Esas células siguen vivas, en vez de morir en un momento determinado. Las células transformadas almacenadas conforman una masa (tumor) que puede invadir tejidos próximos o expandirse a otras regiones del cuerpo.
Tipos de cáncer de huesos
El cáncer de huesos puede catalogarse de acuerdo al tipo de célula donde empezó. Los tipos más habituales de cáncer de hueso son:
- Se inicia en las células óseas. Tiene con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes, en huesos de piernas o brazos.
- Empieza en los condrocitos. Por lo general se detecta en la pelvis, piernas o brazos, en personas de mediana edad o adultos mayores.
- Sarcoma de Ewing. No está definido en cual zona del hueso comienza el sarcoma de Ewing; no obstante, los tumores surgen con mayor frecuencia en la pelvis, piernas o brazos de niños y adultos jóvenes.
Factores de riesgo
Las causas del cáncer de huesos no están claras; no obstante, los médicos han encontrado ciertos elementos que se relacionan con un mayor riesgo, entre estos se señalan:
- Síndromes genéticos heredados.Algunos síndromes genéticos poco recurrentes heredados de la familia incrementan el riesgo de manifestar cáncer de huesos, entre ellos el síndrome de Li-Fraumeni y el retinoblastoma hereditario.
- Enfermedad ósea de Paget.Es una patología que se ve especialmente en adultos, la cual puede acrecentar el riesgo de que se desarrolle cáncer de huesos para el futuro.
- Radioterapia para el cáncer.La exposición a elevadas dosis de radiación, como aquellas que se irradian a lo largo de la radioterapia para el cáncer; aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de huesos posteriormente.
Tratamientos para el Cáncer de Huesos
Los tratamientos determinados constantemente se fundamentan en el volumen y ubicación del cáncer. Los tratamientos igualmente obedecerán al hecha de que el cáncer se haya extendido del hueso afectado hacia cierto tejido próximo. Los tratamientos más frecuentes para el cáncer de hueso comprenden una combinación entre cirugía de extirpación del cáncer, quimioterapia para evitar o destruir las células cancerosas e impedir que se expandan, y retornen a su crecimiento; y la terapia de radiación suministrada focalmente, empleando rayos de elevada energía en la zona específica, para desparecer las células cancerosas e impedir que crezcan y se reproduzcan.
Tipos de tratamiento del cáncer de hueso
Los cánceres óseos habitualmente se abordan con tres tipos de tratamiento:
- Quimioterapia –empleo de fármacos anticancerígenos que se usan para disminuir los tumores-
- Tratamiento quirúrgico
- Terapia de radiación
La mayoría de los pacientes requiere una composición con estos enfoques terapéuticos para la manipulación del cáncer óseo. Distintos tipos de cáncer óseo por lo general se tratan de forma semejante. Frecuentemente la terapia se inicia con quimioterapia para evitar la propagación, disminuir las dimensiones del tumor y luego podrá realizarse cirugía para quitar la sección del hueso canceroso.
Cirugía anterior significa la extirpación total de la extremidad dañada – o amputación. Actualmente es factible rehacer la parte del hueso que se elimina a través de implantes metálicos. A esto se le denomina spare cirugía de extremidades.
La radioterapia se emplea posteriormente de la cirugía para exterminar células cancerosas que pueda haber quedado como residuo. Es beneficioso en ciertos tipos de cáncer como el sarcoma de Ewing.
Quimioterapia para el cáncer de hueso
Algunos medicamentos se emplean para matar células tumorales y reducir el tumor. Esto puede aplicarse antes de la cirugía, conjuntamente con radioterapia (quimiorradiación) como se prefiere en el sarcoma de Ewing, posteriormente a la cirugía para evitar que el cáncer retorne y controlar los síntomas en los cánceres óseos muy avanzados y no curables.
La quimioterapia puede suministrarse en ciclos. El paciente puede ser ingresado en el hospital para su aplicación o debe acudir a los centros de atención, donde la droga le es inyectada con infusiones en sus venas.
Un ciclo radica en someterse al medicamento de quimioterapia a lo largo de algunos días, seguido por un período de descanso de pocas semanas para permitir que el cuerpo se recupere de los efectos de la terapia. Un cáncer de bajo grado necesita un menor número de ciclos de quimioterapia que un tumor de elevado grado.
Medicamentos que se utilizan en la quimioterapia del cáncer de hueso:
- Carboplatino
- Cisplatino
- Cyclophophamide
- Doxorrubicina
- Epirrubicina
- Etopósido
- Ifosphamide
- Metotrexato con Leucovorina
Efectos secundarios frecuentes incluyen:
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea
- Pérdida del apetito
- Pérdida del cabello
- Debilidad
- Úlceras bucales
- Riesgo de infecciones
- Sangrado
- Infertilidad, etc.
En vista de que los cánceres óseos afectan también a niños y jóvenes el riesgo de infertilidad, luego de un tratamiento con quimioterapia, debe tomarse en cuenta, y los pacientes o sus tutores, deben orientar con respecto a la alternativa de acopio de esperma, o huevos para opciones de fertilidad posterior.
Terapia de radiación para cáncer de hueso
La radioterapia emplea haces de rayos x o gamma de elevada energía para extirpar células cancerosas. Puede utilizarse antes y posterior a la cirugía, para tratar el cáncer de hueso.
Las sesiones de radioterapia pueden suministrarse también en ciclos de cinco días por semana, con descanso los fines de semana. Los efectos colaterales de la radioterapia comprenden erupciones cutáneas, náuseas, pérdida de cabello, quemaduras en la piel, debilidad, etc.
Cirugía
Cirugía de salvamento de extremidades es recomendable si el cáncer no se ha dispersado a las áreas circundantes al hueso, y si éste se encuentra en una ubicación accesible como hombro, cadera, brazos, piernas, etc. La cirugía radica en extirpar la porción del hueso afectado, y algo del hueso sano adyacente (si el cáncer se ha dispersado a los tejidos), y restitución del segmento del hueso afectado con un implante metálico conocido como prótesis. También pueden emplearse como reemplazo alternativo injertos de otras partes del cuerpo.
Si el cáncer ha dañado una articulación como el codo, la rodilla o el hombro, una articulación artificial deberá instalarse. La articulación artificial es por lo general una composición de materiales como plástico, metal y cerámica. La amputación es requerida si el cáncer se ha expandido a las áreas próximas al hueso, y ha afectado vasos sanguíneos y nervios, la piel o si ha fallado la extremidad sparing cirugía.
Igualmente, se opta por la amputación si el hueso afectado no es accesible fácilmente como la articulación de tobillo. Los pacientes que necesitan una amputación requieren asesoramiento, sobre todo para escoger una extremidad artificial; y colaboración de un terapeuta ocupacional.
Terapia biológica
Ciertos agentes han sido desplegados para el uso contra los cánceres óseos; estos se producen en las células del cuerpo, por ello el tratamiento se le llama terapia biológica. Su destino es las células del cáncer escogida de manera selectiva, y de esta forma causan menos efectos secundarios que los factores quimioterapéuticos.
Un nuevo fármaco de nombre mifamurtide ha sido aprobado últimamente para el tratamiento del osteosarcoma de alto grado. Este elemento es un estimulante inmune macrófago. Opera motivando el sistema inmunológico para generar células especializadas que pueden matar de manera selectiva a células cancerosas. Esto significa menos efectos colaterales que visto con agentes de quimioterapia normal.
Mifamurtide se suministra posterior a la cirugía e igualmente en conjunto con la quimioterapia. Sirve para exterminar células cancerosas residuales y para contribuir a evitar que el cáncer retorne.
Los efectos secundarios habituales comprenden vómitos, dolor de cabeza, estreñimiento, náuseas, alergias, dolor en las articulaciones, visión borrosa, hipoacusia, etc.
Resultado de cáncer de hueso
El resultado de cáncer de hueso es definido por la supervivencia a lo largo de al menos cinco años, luego del diagnóstico. El Osteosarcoma ubicado y la supervivencia de cinco años de Sarcoma de Ewing se presentan en torno del 60% al 70% de las personas, respectivamente. Aquellos quienes con Osteosarcoma o Sarcoma de Ewing ha extendido sus probabilidades de supervivencia de más de cinco años es tan solo del 10% al 30%, respectivamente.
Para aquellos con Condrosarcoma de bajo grado; 8 de cada 10 personas pueden subsistir cinco años luego del diagnóstico y con una alta calidad de vida. Solo 3 de cada 10 personas pueden sobrevivir cinco años luego del tratamiento.
¿Existen estudios clínicos (estudios de investigación) utilizables para personas con cáncer de hueso?
Tomar parte en estudios clínicos comprende una importante alternativa de tratamiento para numerosas personas con cáncer de hueso. A los fines de implantar terapias nuevas, y mejores formas de usar las terapias actuales, se adelantan investigaciones sobre el cáncer de hueso. Los estudios clínicos significan un paso crítico en la formulación de nuevos métodos de terapia. Previo a que se pueda confiar en una nueva terapia de uso general, los galenos desarrollan estudios clínicos para conocer si la terapia es confiable para los pacientes y eficaz contra la enfermedad.
Huesos de cristal
Las personas que padecen Osteogénesis Imperfecta se caracterizan por presentar huesos extremadamente quebradizos; debido a ello esta patología recibe el calificativo de “huesos de cristal”. Es una enfermedad de origen genético, bien sea por herencia o por mutación genética, al momento de la concepción.
Los genes que afectan la Osteogénesis Imperfecta están asociados con la producción de colágeno, el cual es el responsable de que los huesos se conserven fuertes. Al no generarse todo el colágeno requerido, la estructura ósea se encuentra debilitada, los huesos se tornan quebradizos y se parten con gran facilidad, sin causa aparente. No daña solo a los huesos, los afectados igualmente pueden presentar musculatura débil, dientes frágiles o inclusive sordera. Los síntomas de la enfermedad oscilan de leves a severos, de acuerdo al tipo de Osteogénesis Imperfecta que se padezca.
El diagnóstico se efectúa mediante el análisis de la historia médica familiar y la del paciente; exámenes físicos y radiografías. Si bien no hay cura para la enfermedad se pueden efectuar terapias para calmar los efectos y continuar una forma de vida relativamente saludable.
Caso clínico
A la consulta de Podoactiva se presentó un paciente de 30 años con “huesos de cristal”. Su esqueleto óseo era muy quebradizo y la musculatura del tren bajo estaba sumamente débil. Por las constantes fracturas de huesos manifestaba mucho dolor al caminar. Mediante un minucioso estudio biomecánico de la pisada los especialistas en podología y biomecánica lograron investigar los requerimientos especiales de su caminar, así como apartar las regiones que requerían mayor amortiguamiento para reducir el dolor.
Como terapia se le crearon unas plantillas personalizadas, para suministrar una mayor comodidad y estabilidad al caminar. Estas plantillas son soluciones eficaces para calmar los efectos de la patología, que le contribuirán a proporcionarle una mejor su calidad de vida.
Osteoporosis
Es una patología esquelética donde se origina una reducción de la densidad de masa ósea. De esta manera los huesos se tornan más porosos, acrecienta el número y dimensión de las cavidades o celdillas que hay en su interior; son más quebradizos, tienen poca resistencia a los golpes y se parten con mucha facilidad.
Causas
A lo interno del hueso se generan a lo largo de toda la vida cantidades de transformaciones metabólicas, alternando etapas de destrucción y conformación de huesos. Dichas fases se encuentran controladas por diferentes factores como hormonas, actividad física, dieta, hábitos tóxicos y la vitamina D, entre otros.
En situaciones normales, una persona logra a los 30-35 años un volumen máximo de masa ósea (“pico de masa ósea”). Desde ese momento hay una merma natural de masa ósea. Las mujeres presenta más habitualmente osteoporosis por diferentes motivos: su pico de masa ósea es menor al del varón, y con la menopausia se precipita la pérdida de hueso (osteoporosis posmenopáusica).
Hay cantidades de otras causas de osteoporosis que se pueden señalar: alcoholismo, fármacos (glucocorticoides, tratamiento hormonal usado para terapia de cáncer de mama y próstata), enfermedades inflamatorias reumáticas, hepáticas, insuficiencia renal, endocrinas, entre otras.
Síntomas
La Osteoporosis se le conoce como epidemia silenciosa por cuanto no se presentan síntomas hasta que la merma de hueso es tan pronunciada como para que surjan fracturas; de las cuales las más frecuentes son las de cadera, vertebrales, y de muñeca (de Colles o extremo distal del radio). La fractura de cadera presenta especial importancia, por cuanto se asume como un suceso grave que necesita intervención quirúrgica, ingreso al hospital y presume para el paciente una merma en la calidad de vida, aunque sea por un breve período de tiempo.
Prevalencia
Esta patología afecta especialmente a mujeres luego de la menopausia, si bien puede hacerlo antes de ella, o perjudicar a hombres, adolescentes e inclusive niños. De acuerdo a algunos estudios, cerca de una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida.
Diagnóstico
Si bien es una enfermedad silenciosa, en la actualidad los reumatólogos tienen con un extenso abanico de herramientas para su diagnóstico temprano, y de esta manera elegir el tratamiento más adecuado, bien sea para evitar la pérdida de masa ósea o para luchar contra la osteoporosis.
Hay rutinas de vida que pueden contribuir a superar la calidad del hueso como son: adecuada ingesta de calcio, ejercicio físico y no fumar. La cantidad específica de requerimiento de Calcio cambia con la edad, pero muchos adultos precisarán de 1.000 a 1.500 mg diarios. Esta ingesta se puede efectuar con alimentos naturales con abundante calcio (leche y sus derivados) o como suplementos en forma de fármacos (sales de calcio). Para este último caso debe haber una regulación de su doctor sobre la cantidad y la pauta de suministro.
Asimismo, la vitamina D es un elemento vital para el hueso. Sus necesidades por día se logran esencialmente por la creación de la misma en la piel cuando percibe el efecto de los rayos del sol.
Tratamiento
El objetivo de la terapia de la Osteoporosis es la disminución del número de fracturas por debilidad. Como medida general se aconseja conservar hábitos de vida saludables, como dieta balanceada rica en calcio, dejar el tabaco y el consumo de alcohol en exceso, así como efectuar ejercicios diariamente con el respectivo control para impedir caídas. Asimismo, ciertas personas pueden necesitar complementos de calcio y vitamina D.
Huesos fracturados
Tus huesos son muy duros y fuertes, pero inclusive las cosas fuertes pueden partirse. Como un lápiz de madera, los huesos pueden flexionarse bajo presión, pero si la la presión es desmedida o repentina, los huesos pueden romperse. Puedes partirte un hueso al caer de una patineta o de las barras del pasamano en un parque.
Al partirse un hueso decimos que se fractura. Existen muchas formas de fracturarse un hueso. Partiendo de una fractura en “tallo verde”, como las ramas aún verdes de un árbol (ruptura delgada del hueso) o un hueso que se ha partido en dos piezas, como la rama madura de un árbol que se fracciona en dos.
Los especialistas detallan las fracturas de varias maneras:
- Fractura completa cuando el hueso se parte en dos partes.
- Fractura en tallo verde el hueso se rompe de un solo lado, no en todo su diámetro.
- Fractura individual el hueso se quiebra en un lugar.
- Fractura conminuta cuando el hueso se parte en varias partes o se astilla.
- Fractura en arco: solo ocurre en niños(as), cuando el hueso se arquea pero no se parte.
- Fractura expuesta: el hueso sobresale atravesando la piel.
¿Qué ocurre cuando te fracturas un hueso?
Cada persona lo experimenta de forma distinta, pero el dolor puede cotejarse con la sensación profunda que padeces cuando te duele el estómago o un oído. Ciertas personas puede que experimenten un dolor más agudo – principalmente con fracturas expuestas. Si la fractura es reducida, un niño(a) puede que no sienta dolor. En ocasiones los niño(a)s puede que no se den cuenta que tienen un hueso fracturado.
Una fractura de hueso es un shock para el cuerpo en su totalidad. Es corriente que percibas mensajes de dolor fuerte de las partes del cuerpo alejadas de la fractura. Es posible que te sientas mareado(a), ido o que sientas frío a causa del shock. Numerosas personas lloran momentáneamente, otras se desmayan hasta que sus cuerpos logran adaptarse a todas las señales que perciben; otras tantas no experimentan dolor alguno de manera inmediata por el shock de la lesión.
Si crees que tú u otras personas se han quebrado un hueso, te aconsejamos los pasos que debes seguir:
- Conserva la calma.
- Cerciórate que la persona lesionada se halla lo más cómoda posible.
- Si no hay adultos alrededor, comunícale alguno o llama al 911 o al número de emergencia en tu área.
Lo peor que puede hacer una persona cuando alguien se fractura es movilizarlo. Esto produce mayor dolor y puede agudizarse la fractura. En caso de una pierna o brazo fracturado, se debe descansar y proteger la zona próxima a la lesión con toallas o cojines, lo que debe hacer una persona adulta.
Lección importante: Si no se encuentra completamente seguro(a) de cuál es el hueso que se ha partido o piensa que el cuello o la espalda están fracturados, no intente mover a la persona lastimada. Espere hasta que un profesional de salud se presente en el sitio.
¿Qué se papel juega el Doctor?
Para abordar el hueso herido, el doctor requiere identificar el tipo de fractura. Esta es la razón por la cual se realizan las pruebas de Rayos X, que facilitan al médico un mapeo de la fractura en cuestión para poder llevar los huesos a su sitio correspondiente.
Luego que el hueso ha sido alineado, el próximo paso es la escayola (el yeso), la venda especial que conservará al hueso en su lugar a lo largo del período que tardará el hueso en volver a su estado original (cerca de 2 meses). Las escayolas se hacen de materiales empapados en yeso, el cual se endurece creando un tipo de caparazón. De allí su larga duración.
En ocasiones las escayolas se hacen de plástico o fibra de vidrio y otras veces son a prueba de agua, lo que significa que se puede mojar. También pueden venir en divertidos colores o estampados entre los que puedes elegir. Cuando se producen fracturas en los huesos largos o si un hueso se parte en más de dos partes, el médico puede que requiera implantar un clavo de metal para contribuir alinearlo, unirlo y sellarlo. Para esta operación, se suministran fármacos que permiten dormir y no sentir dolor. Cuando el hueso suelde y se sane en su totalidad, el doctor podrá sacar el o los clavos.
¿Cómo sanan los huesos fracturados?
Tus huesos se curan de forma natural. En el sitio de la fractura tus huesos generarán numerosas células nuevas y pequeños vasos sanguíneos que rehacerán el hueso. Dichas células envuelven ambos lados de la porción fracturada del hueso y cierran el sitio donde se produjo la fractura hasta que queda como nueva.
¿Qué debes hacer cuando te retiren la escayola?
¿Puedes creer que se utiliza una sierra para retirar la escayola? Lo más sorprendente es que no perjudica a la piel en absoluto y puede que inclusive dé cosquillas. Cuando te retiren la escayola puede que la zona descubierta presente una apariencia extraña y se sienta rara. La piel tendrá un aspecto pálido, seco o con escamas. Puede que el vello del cuerpo brote más oscuro y la zona del cuerpo que se lesionó parezca más pequeña ya que posiblemente perdiste un poco de masa muscular hasta que la fractura se unió.
No hay de qué preocuparse, todo esto es temporal. En el caso de niños(as) estos sanan con mayor facilidad, de manera que prontamente volverán a estar bien. En ciertos casos el médico puede sugerir que efectúes ejercicios especiales para optimizar tu fuerza y flexibilidad. Podrás volver a tomar tu ritmo de vida progresivamente, y debes indagar qué tipo de actividades debes evadir. Si deseas volver a practicar un deporte, pregúntale al doctor en qué momento puedes hacerlo.
¿Cómo puedes asegurarte que no te fracturarás de nuevo? Los accidentes siempre suceden, pero puedes evadir lesiones utilizando cascos de seguridad, protección acolchonada y el equipo de protección adecuado para tu deporte o actividad preferidos.
Igualmente, puedes fortalecer tus huesos ¿Cómo puedes hacerlo?
- Realiza ejercicio, principalmente actividades como saltar y correr.
- Nutre tus huesos con calcio y vitamina D ya que requieren conservarse fuertes. Eso significa ingerir una dosis diaria de leche y otros alimentos con abundante calcio como el brócoli y el jugo de naranja.
Inflamados
Una hinchazón prolongada en el tiempo puede ocasionar que los huesos desperdicien calcio, debilitándolos y reduciendo sus dimensiones. De acuerdo a ciertos estudios, la pérdida de hueso ocasionada por hinchazón es un problema de gran significación clínica y económica; ocurre en diversas enfermedades como periodontitis, osteoartritis y artritis reumatoide, así como en ciertas formas de osteoporosis.
Los odontólogos aseguran que la pérdida de hueso producida por la hinchazón en las encías puede producir la caída de los dientes. Los abscesos y pérdidas de hueso pueden ocasionar, inclusive la pérdida de implantes dentales.
Años con un absceso en torno al cóccix puede provocar el mismo efecto. A algunas personas que se les extirpó el cóccix se les dijo después de la operación que su cóccix se desmenuzó cuando el especialista los extrajo.
Mi cóccix no se desmigajó cuando lo extirparon, pero tengo dos razones para suponer que estaba muy frágil:
- Le solicité a mi cirujano que me diera el cóccix después de la operación y me lo dio sumergido en formalin. Lo puse a hervir por varias horas para removerle el tejido. Al culminar, ciertas partes del hueso se desprendieron de los lados. Esto no sucede habitualmente al hervir la carne con hueso, por lo que intuyo que en mi caso el hueso estaba frágil por los años de inflamación.
- Mi cóccix posee dos segmentos, con un trozo de hueso roto arriba. Le pregunté al especialista si el pedazo de hueso podría ser parte del sacro. Me aseguró que había seccionado el cóccix con un escalpelo, y que había cortado la articulación entre el sacro y el cóccix.
Estuvo de acuerdo en que parecía como si se hubieran retirado milímetros finales del sacro también. Esto no habría sido posible si el hueso no estuviese muy debilitado. (El cirujano me hizo saber que no afectaría mi recuperación, y mi médico de familia asegura que los huesos rotos regularmente se curan en unos cuantos días).
Otra causa de la merma de fuerza en el hueso que podría ser de interés para los pacientes con coccigodinia es el empleo de corticoesteroides. Es sabido que esos fármacos pueden producir pérdida de materia ósea en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) que los ha tomado diariamente por un tiempo. Desconozco si las infiltraciones con corticoesteroides que se emplean para calmar el dolor en el cóccix pueden producir igualmente pérdidas óseas. Probablemente no produzcan efectos graves ya que regularmente no se aplican con una periodicidad mayor de una vez trimestralmente.
Una página especializada en enfermedad inflamatoria intestinal plantea que en los pacientes con EII que necesitan terapia con corticoesteroides, su influencia sobre la densidad ósea se evidencian en los primeros tres o seis meses. Ingerir dosis en días alternos no resguarda al hueso. De acuerdo al Dr. Cohen, uno de los galenos que dirige la referida página, los estomatólogos deberían establecer la densidad ósea basal de todos sus pacientes y suministrarles calcio y vitamina D.
Un ejercicio sencillo pero permanente, dejar de fumar y de consumir alcohol igualmente previene la pérdida ósea. El referido doctor ha examinado las opciones médicas para prevenir y abordar la osteoporosis, que incluyen terapia hormonal sustitutiva, calcitonina (disponible en spray nasal) y biofosfonatos, componentes que impiden la pérdida ósea, como el alendronato. Al respecto expresa el especialista “Los ensayos médicos aleatorios demuestran que los biofosfonatos son efectivos. Sin embargo, no hay mucha conformidad al respecto. Deben tomarse con un vaso de agua, permaneciendo de pie, y se ha demostrado que causan irritación esofágica y úlceras”.
Huesos del pié
De todo el sistema óseo, los pies y las manos tienen el mayor número de huesos. Concretamente poseen más del 50% de los huesos de nuestro cuerpo, por cuanto cada mano tiene un total de 27, en tanto que cada pie integra unos 26 huesos completos. O sea, un total de 106 huesos sumando los cuatro miembros.
Los pies constituyen una parte esencial de nuestro organismo y son los que hacen posible movilizarnos y trasladarnos. Además, llevan el peso de un esqueleto muy complejo y desarrollado. Como se refirió, el pie lo forman 26 huesos, separados en tres principales grupos: tarso, metatarso y falange.
Tarso
Es la parte del pie que se enlaza con la Tibia y el Peroné que tiene 7 huesos: cuboide, navicular, calcáneo, astrágalo y los huesos cuneiformes interno, medio y externo.
Metatarso
No poseen nombre, son enumerados del 1 al 5, siendo el primero el que se encuentra del lado del dedo pulgar y el quinto el del lado del meñique. Estos huesos alargados están compuestos por un cuerpo prismático triangular. Se clasifican en Primer metatarsiano, Segundo metatarsiano, Tercer metatarsiano, Cuarto metatarsiano y Quinto metatarsiano.
Falanges
Son 14 por cada pie. Tres falanges por cada dedo a excepción del pulgar que solamente posee 2 falanges. Están separadas por tres secciones: falange proximal, falange media y falange distal.
Su disposición es como sigue: Primera falange proximal, Segunda falange proximal, Tercera falange proximal, Cuarta falange proximal, Quinta falange proximal, Segunda falange medial, Tercera falange medial, Cuarta falange medial, Quinta falange medial, Primera falange distal, Segunda falange distal, Tercera falange distal, Cuarta falange distal y Quinta falange distal.
El dedo pulgar tiene una falange proximal y distal, pero no posee falange media.
Tobillo
El enlace de la pierna con el pie a nivel de la articulación del tobillo resguarda la transferencia de las fuerzas aplicadas sobre el miembro inferior en posición vertical y a lo largo de la locomoción. La articulación del tobillo la conforman tres articulaciones: La tibioperonea-astragalina, subastragalinas (anterior y posterior) y la Tibioperoneo-Astragalina.
Se compone por una “mortaja” conformada por tibia y peroné en la que se introduce el astrágalo. Las superficies articulares que lo conforman son: Troclea, compuesta por tibia y peroné, representada por la fachada inferior de la epífisis baja de la tibia; la cara externa del maleolo interior tibial y la cara interior del maleolo peroneo.
La superficie articular del astrágalo en esta unión se hace presente con la polea astragalina (en la fachada superior), carilla en figura de coma (situada en la cara interna que y se articula con el maleolo interno) y por una superficie articular ovoidea para el peroné en la cara exterior. La cápsula articular se inserta en las cercanías de las superficies articulares. Dicha articulación se cataloga como una trocleartrosis, y por ello tiene solo un eje de movimiento mediante el cual efectuará la flexo-extensión; en consecuencia, los reforzamientos ligamentosos se ubican a los lados mayormente.
El ligamento lateral interior del tobillo posee su origen en el maleolo tibial y a partir de allí se seccionará en dos haces: el superficial o deltoideo hasta el calcáneo, y el profundo que se orienta hacia el astrágalo. Se halla en constante tensión por la posición normal del pie, ladeando ligeramente hacia fuera.
El ligamento lateral exterior del tobillo posee su origen en el maleolo peroneo y se fracciona en tres: Haz peroneoastragalino anterior, termina en cuello del astrágalo; este es el haz que con más frecuencia se lesiona; Haz peroneocalcaneo, incrustándiose en la cara posteroexterna calcáneo; Haz peroneoastragalino posterior, termina en la porción posteroexterna del astrágalo. Este ligamento en su totalidad limita la inversión; los esguinces de tobillo son debidos comúnmente a una hiperinversión del pie.
Articulaciones Subastragalinas. Las articulaciones astragalocalcaneas anterior y posterior junto al ligamento interóseo conforman un todo llamado articulación subastragalina.
El ligamento interóseo o ligamento en seto llena el seno del tarso; el cual no es más que la superposición de dos ranuras: una del astrágalo y otra del calcáneo, y por ella se extiende el ligamento, conservando ambos huesos fuertemente unidos y que se movilicen al unísono. Se ha de destacar la condición especial de astrágalo ya que posee una ubicación superior que el resto, y le posibilita repartir el peso del cuerpo: una parte hacia el calcáneo y otra a las cabezas metatarsianas.
Talón
Llamado también calcañar, es la parte de atrás del pié, en el extremo bajo de la pierna, inmediatamente por debajo de la pantorrilla.
En la incansable búsqueda de un cuerpo saludable, el enemigo a vencer es el dolor. No obstante, en ciertos casos tiene beneficios biológicos. El dolor que surge justamente luego de una herida o al comenzar una enfermedad puede tener un rol protector, comúnmente comunicándonos del daño que hemos padecido.
Al torcernos un tobillo, por ejemplo, el dolor nos avisa que el ligamento y los tejidos blandos es posible que estén raspados o magullados, y que seguir la actividad puede agravar el daño. El dolor que puede presentarse en nuestros talones, igualmente nos indica que debemos buscar asistencia médica. Ese alerta es sumamente importante por las numerosas dolencias que producen el dolor de talón.
Dolor de talón
Por lo general es el resultado de una biomecánica incorrecta (irregularidades en la forma de caminar) que genera demasiada tensión en el hueso del talón y los tejidos blandos anexos a él. La tensión puede ser consecuencia de una herida o un moretón padecido al caminar, saltar o correr sobre superficies duras; usar calzado mal construido, o presentar sobrepeso.
El hueso del talón es el más grande de los 26 huesos que forman el pie humano, que posee además 33 articulaciones, y una estructura de más de 100 tendones, músculos y ligamentos. Igual que todos los huesos, está sometido a influencias exteriores que pueden dañar su integridad y capacidad de aguantarnos sobre nuestros pies. El dolor de talón, en ocasiones incapacitante, puede presentarse en la porción anterior, posterior o inferior del talón.
Espolones
Es una causa frecuente de dolor de talón. Se trata de un crecimiento óseo en la parte baja del hueso del talón. Surge como una prolongación que puede extenderse hasta media pulgada, lo cual es captable con rayos X. Cuando no existe indicios de incremento del hueso, en ocasiones se le llama a esta condición “síndrome de espolón del talón”.
Los espolones se forman de un esfuerzo desproporcionado de los músculos y ligamentos del pie, que tensa la banda de tejido que enlaza el talón y la parte anterior del pie, y desgarra reiteradamente la membrana que recubre el hueso del talón. Esta situación puede ser consecuencia de un inestabilidad biomecánica de correr, de zapatos inapropiados o demasiado gastados, o de sobrepeso.
Fascitis plantar
El dolor de talón y los espolones están comúnmente relacionados a una inflamación de la franja de tejido conjuntivo fibroso (fascia) que se extiende por la planta del pie del talón hasta la porción anterior del pie. La hinchazón de esta banda se le denomina fascitis plantar. Es habitual en atletas que corren o saltan en exceso, y puede resultar muy dolorosa.
La condición surge cuando la franja de tejido se tensa más de lo debido, durante un tiempo, lo que ocasiona que las fibras de tejido blando de la banda se desgarren o estiren en diversos puntos; esto conduce a hinchazón, dolor, y probablemente al desarrollo de un espolón donde la franja se enlaza al hueso del talón. La inflamación puede ser empeorada por zapatos que no suministren un soporte apropiado, principalmente en la zona del puente, y por la irritación crónica que en ocasiones se relaciona a un tipo de vida atlético.
El descanso únicamente provee alivio transitorio. Cuando retorna a la caminata, principalmente luego de una noche de sueño, puede manifestar una extensión repentina de la banda, que se estira y jala el talón. Al andar el dolor de talón puede reducir o incluso desvanecerse, pero eso puede ser un síntoma engañoso de alivio. El dolor con frecuencia retorna luego de una tregua prolongada o de caminar en excesivamente.
Pronación excesiva
El dolor de talón ocasionalmente es consecuencia de una pronación excesiva. Esto es la dinámica normal y el aplanamiento del puente del pie, que le posibilita adecuarse a las alteraciones del suelo, y absorber impacto al andar normalmente.
Al marchar el talón hace contacto primero con el suelo; el peso se transporta primero a la porción externa del pie, y después al dedo gordo. El puente se arquea, el pie habitualmente se mueve hacia arriba y hacia afuera, tornándose rígido y estable para alzar el cuerpo y moverlo hacia delante. La pronación excesiva —abusivo movimiento hacia adentro- puede generar una cantidad irregular de estiramiento y tensión en los ligamentos y tendones enlazados a la porción inferior del hueso del talón. La pronación excesiva puede igualmente ayudar a afectar la cadera, la rodilla, y la parte inferior de la espalda.
Enfermedades y dolor del talón
Algunas situaciones de salud general pueden asimismo generar dolor de talón.
- La artritis reumatoide y otras manifestaciones de artritis, considerando la gota, que habitualmente se manifiesta en la articulación del dedo pulgar, pueden producir molestias en el talón en ciertos casos.
- El dolor de talón igualmente puede ser consecuencia de la inflamación de una bolsa (bursitis); de un neuroma (crecimiento de un nervio); u otra inflamación o aumento de tejido. El dolor de talón de este tipo puede relacionarse a un espolón o generar un dolor parecido al de un espolón del talón.
- La deformidad de Haglund (asociada ocasionalmente a tacones altos) es un aumento de hueso en la parte posterior
- del hueso del talón, en la zona donde el tendón de Aquiles se enlaza al hueso. Esta deformación, a veces dolorosa, es por lo general la consecuencia de una bursitis originada por presión con el zapato, y puede empeorarse con la altura o la costura del contrafuerte de un calzado.
- El dolor en la parte posterior del talón se relaciona con la hinchazón del tendón de Aquiles después del tobillo, y en el enlace con la superficie trasera del hueso del talón. La inflamación se denomina tendinitis del tendón de Aquiles. Es habitual en personas que corren y caminan en exceso y poseen tendones tensos. La condición surge cuando el tendón padece tensión desproporcionada durante un tiempo, lo que ocasiona rompimiento o alargamiento de fibras en su longitud, o en el anlace con el hueso del talón. La inflamación empeora con la irritación crónica que de vez en cuando se relaciona a un modo de vida activo y con algunas actividades que fuerzan el tendón cuando ya se encuentra tenso.
- Las lesiones óseas son un problema recurrente del talón. Una contusión ósea es una hinchazón de los tejidos que recubren el hueso del talón. Es una afección dolorosa originada por el impacto directo de una superficie u objeto duro con el pie.
- Las fracturas por fatiga del hueso del talón pueden suceder igualmente, pero son menor frecuencia.
Metatarsianos
El metatarso se conforma de cinco huesos metatarsianos (Ossa metatarsalia), que se cuentan desde la cara medial del pie. Son unos huesos alargados compuestos por un cuerpo prismático triangular con tres caras: superior y laterales; y dos extremos: anterior y posterior; este último con cinco caras, de las cuales tres son articulares (excepto el 1 y el 5, que sólo tiene dos).
El primer metatarsiano es menos alargado y duro que los demás. El segundo es el más largo. Cada metatarsiano tiene una base proximal, un cuerpo y una cabeza distal. La base de cada metatarsiano es el extremo proximal de mayor dimensión. Sus bases se articulan con la cuña y el cuboides, y las cabezas, con las falanges del pie proximales.
Se articulan por el extremo trasero unos con otros y con los huesos de la segunda fila del tarso: el 1 con la 1ª cuña; el 2 con la 2ª cuña; el 3 con la 3ª cuña, y el 4 y 5 con el cuboides. Por el extremo delantero se articulan con las falanges de los dedos.
Primer metatarsiano. Tiene mayor volumen y menos longitud que los demás. Su base muestra una superficie articular en semiluna, cóncava y de eje mayor vertical, así como dos prominencias, una medial y otra lateral. La eminencia medial es nombrada tubérculo medial, se ubica en el borde trasero medial de este hueso. La eminencia lateral es designada tuberosidad del primer metatarsiano, es más saliente que el anterior. El primer metatarsiano posee huesos sesamoideos.
Segundo metatarsiano. Muestra una carilla articular adherida a la superficie articular. Se extiende por detrás entre los cuneiformes interno y externo.
Tercer metatarsiano. Se articula con la cuña número 3.
Cuarto metatarsiano. Se articula con el cuboides.
Quinto metatarsiano. Tiene una reducida prominencia de nombre apófisis estiloide.
Huesos de la mano
Como es evidente, las manos son órganos parte de las extremidades del cuerpo humano, que tienen como función primordial el manejo físico del medio. Se hallan localizadas en los extremos de los antebrazos, y comprenden desde las muñecas a las yemas de los dedos.
La mano está compuesta por 27 huesos que se organizan en tres zonas principales: huesos de la muñeca, huesos de la palma y huesos digitales.
Huesos de la muñeca
En la base de la mano, es decir, en la muñeca o el carpo, se hallan 8 huesos dispuestos en dos hileras. Los huesos que se encuentran más próximos al brazo son los que se enlazan con el radio y el cúbito, y se nombran trapecio, trapezoide, grande y ganchoso; estos son los huesos de la fila distal. Un poco más retirados del brazo, pero todavía en la muñeca, hallamos la fila proximal; estos se identifican como escafoides, semilunares, piramidales y pisiformes:
- Huesos de la fila distal:trapecio, trapezoide, grande y ganchoso.
- Huesos de la fila proximal:pisiforme, piramidal, semilunar y escafoides.
Huesos de la palma de la mano
La palma tiene cinco huesos más, correspondientes para cada dedo. Estos son conocidos como metacarpos. Igualmente pueden dividirse de acuerdo a su ubicación, o sea, el dedo al que corresponden ordenados desde el pulgar hacia fuera:
- Primermetacarpiano
- Segundometacarpiano
- Tercermetacarpiano
- Cuartometacarpiano
- Quintometacarpiano
Huesos digitales
La tercera zona es la de las falanges o huesos digitales, los cuales son 14. Se cuenta con 2 huesos para el dedo pulgar y 3 para los otros dedos. Estos están divididos en 3 secciones: la falange más próxima a la mano se le llama falange proximal, seguidamente viene la falange media (no está en el pulgar), y finalmente, la más distanciada de la mano, que es la falange distal.
- Falanges proximales:localizadas en la base del dedo, en la zona conocida como nudillos.
- Falanges medias:no presente en el dedo pulgar; se localizan entre las proximales y distales.
- Falanges distales:ubicadas en el extremo de los dedos.
Huesos de la muñeca
La muñeca tiene ocho pequeños huesos (carpianos) y dos huesos alargados en el antebrazo (radio y cúbito). El hueso carpiano que más se lesiona es el escafoides, el cual se sitúa próximo a la base del pulgar.
La muñeca está conformada por muchos huesos, y es el sitio donde se articulan la extremidad distal de los dos huesos que componen el antebrazo (cubito y radio) con el carpo.
Carpo. Está compuesto por 8 huesos pequeños que se organizan en dos filas. La Proximal (más cercana al cuerpo) que se articula con el cúbito y el radio; y la Distal (huesos que conforman la mano) que se articula con los metacarpianos.
Fila proximal. Los huesos que comprende la fila proximal son el escafoides, semilunar, piramidal y pisiforme. Si los mencionamos desde el que se halla más al exterior (próximo al primer dedo).
Fila distal. La forman el trapecio, trapezoide, grande y ganchoso.
Estructura. Las conformaciones que dan estabilidad a la articulación son los ligamentos interóseos, ligamentos extraarticulares y cápsulas articulares; ya que solamente poseen una incrustación de un tendón, por lo que la estabilidad estriba solo en las estructuras capsulo-ligamentosas.
Ligamentos. Existen cuatro ligamentos extraarticulares: El colateral externo, colateral interno, anular anterior y anular posterior.
Movimientos. Los movimientos de la muñeca son los que efectúa la mano en el antebrazo; y son los de rotación, los de flexoextensión, los de desviación cubital (hacia adentro) y desviación radial (hacia fuera).
Huesos del Cráneo
Tienen la función vital de resguardar el cerebro y son los que a continuación se señalan:
- Frontal:Es simétrico, de tamaño medio y único. Se halla en la zona anterior o delantera del cráneo, como su nombre revela. Lo rodean el etmoides, el esfenoides y los parietales.
- Temporales:Existen dos temporales en el cráneo, dispuestos a ambos lados de la cabeza. Son de tamaño medio y se encuentran justamente al nivel de los oídos.
- Occipital:Es único en la zona craneal, simétrico y de tamaño mediano. Se halla en la porción posterior e inferior del cráneo, exactamente antes de la nuca.
- Parietales:Existen dos parietales en el cráneo; son de un mayor tamaño que los anteriores referidos, y entran en contacto entre ellos en la porción superior del cráneo. Los circundan el frontal por delante, los temporales a los laterales y el occipital por la porción posterior inferior. Son huesos de la cabeza de suma importancia, por cuanto protegen gran parte del cerebro.
- Etmoides:Es un hueso individual que se halla al interior del cráneo, entre la nariz y los ojos, al frente del esfenoides. Vale destacar que gracias al etmoides se disponen las cavidades de la nariz y los ojos.
- Esfenoides:Es de tamaño mediano, simétrico y único. Se localiza de forma frontal, alcanzando de lado a lado el cráneo, a la altura de la nariz y los ojos.
Huesos de la cara
Los huesos de la cara son 14 en total, entre ellos son tenemos:
Hueso malar. Son dos, uno por lado, este aporta la figura de los pómulos, formando parte significativa del piso de las órbitas de los ojos. De su base sale una prolongación que va hacia atrás para enlazarse a los huesos temporales. Esta proyección se llama arco cigomático; el cual es una protuberancia que puede apreciarse por delante las orejas.
Huesos propios de la nariz. Son dos diminutos huesos que se sitúan en la línea media por abajo del hueso frontal, y por adentro del hueso maxilar superior. Estos huesos conforman la base de la nariz y ofrecen un punto de incrustación del cartílago que compone el tabique nasal.
Vómer. Es hueso único, situado en la línea media, exactamente por atrás del cartílago de la nariz. Su función es separar la cavidad nasal en dos canales correspondientes a las fosas nasales.
Hueso lacrimal. Conocido también como unguis. Son dos diminutos huesos que se sitúan conformando parte de la cara interior de la órbita. Aportan forma al conducto lagrimal.
Maxilar superior. Son dos huesos, uno a cada lado, localizados por dentro del hueso malar; ellos crean la pared interior de la órbita, y el cielode la cavidad bucal. Dispone de unos orificios nombrados alveolos en donde se incrustan los dientes y molares del arco dental superior.
Palatino
Es un hueso par localizado por atrás y al interior del maxilar; anterior del proceso pterigoideo. Influye en la creación de las cavidades nasal, orbital y bucal; y de las fosas pterigopalatina (esfenopalatina) y pterigoidea. Tiene figura de L, por lo que en él se diferencian dos partes: una lámina vertical y otra horizontal, las cuales constituyen un ángulo recto.
Lámina horizontal. Es cuadrangular, formando una concavidad en sentido transversal, y aplanada en sentido anteroposterior. Muestra una superficie superior o nasal lisa, y otra baja o bucal rugosa, donde se observan surcos palatinos lateral y medial. Estos comienzan en el agujero palatino mayor, por donde transitan los vasos palatinos que descienden, y el nervio palatino mayor. La lámina horizontal conforma la parte posterior del paladar óseo y el piso de la concavidad nasal.
El borde medial se enlaza con el palatino del lado opuesto y muestra por arriba la cresta nasal; una prolongación hacia atrás de la cresta del maxilar. Igualmente toma parte en la creación del tabique o septo nasal, y su extremo posterior finaliza en la espina nasal posterior. El borde anterior se vincula con el proceso palatino del maxilar. El borde posterior es libre y presta incrustación a la aponeurosis palatina.
Lámina vertical. De fachada rectangular vertical, más alta que ancha, se halla situada en dirección anteropos terior y se articula por fuera con el proceso pterigoideo, y la fachada nasal del maxilar, con los que colabora a conformar el canal palatino mayor, y el fondo de la fosa pterigopalatina, correspondientemente.
En la cara nasal se diferencian las crestas conchal (cresta turbinal inferior) y etmoidal (cresta turbinal superior). La primera, en posición baja, se unecon la concha nasal inferior, y la segunda hace lo propio con la concha nasal media del etmoides. Entre ambas se halla una cara lisa que es parte de la pared del meato nasal medio.