La inmunidad es una cosa que evoluciona gradualmente con el tiempo. Al comienzo, las defensas del organismo son muy inmaduras – no es casualidad que en los primeros meses los bebés deban tomar múltiples vacunas y enfermen con mucha sencillez. Transcurrido un tiempo, el sistema en conjunto se robustece, aun si a lo largo de toda la niñez la inmunidad se considera más débil que la de un adulto sano.
Los progenitores deben alentar la inmunidad de sus hijos, en especial de manera cuidadosa en la nutrición.
La inmunidad del pequeño generalmente evoluciona gradualmente. No obstante, puede haber caídas a lo largo de esa evolución, debido a los instantes en que los pequeños entran en contacto con otros pequeños. Esto ocurre cuando comienzan a acudir a la guardería y a la escuela, periodo en el que acostumbran a enfermar más.
Pese a que la inmunidad del pequeño tiende a desarrollarse naturalmente conforme medra, hay que alentar el sistema de defensa de manera cuidadosa a lo largo de siempre. Aparte de la vacunación, es esencial que los progenitores se preocupen, particularmente, de la nutrición de sus hijos, lo que debe empezar a temprana edad a lo largo del periodo de lactancia.
Cautelas para prevenir y tratar inconvenientes relacionados con la inmunidad
Amamantar a la madre bajo libertad demanda solamente hasta 6 meses, sosteniendo la lactancia materna conjuntamente con la introducción de comestibles de hasta un par de años de edad o bien más, es esencial para alentar el desarrollo de la inmunidad del pequeño. Una alimentación saludable y equilibrada, juegos al aire libre, dejar que el pequeño se ensucie, sostener las vacunas al día, hacer reposición de hierro y vitamina liposoluble de tipo D cuando se indique, hacer deportes, dormir bien y eludir el contacto con contaminantes y humo pasivo, todo esto es ventajoso.
Aparte de estos cuidados, puede ofrecerse al pequeño, si el pediatra lo señala, algún fármaco concreto que pueda alentar el sistema inmunológico. Estos productos se fabrican para prevenir inconvenientes propios de la niñez, como las infecciones recurrentes de las vías respiratorias (como los conocidos constipados y los virus).