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En los actuales momentos no se aplica un mecanismo para prevenir la leucemia. La mayoría de las personas con leucemia linfocítica aguda no presentan vectores de peligro conocidos. Por lo tanto, no existe una forma de advertir el desarrollo de estas leucemias.

prevención de la leucemia

Cómo prevenir la leucemia en los niños

Evite los vectores de peligro

La leucemia es un cáncer de las células sanguíneas que empieza a partir de la médula ósea. Las matriculas señalan que cada año 2000-3000 niños son infestados por leucemia.

Es el arquetipo más genérico de cáncer infantil en los Estados Unidos. según la sociedad americana del cáncer, no existe actualmente forma de advertir la mayoría de los cánceres de la niñez.

Debido a que la mayoría de los adultos y los niños con leucemia no poseen ningún vector de peligro conocido, no existe nada seguro sobre la prevención del desarrollo de la leucemia; pero puede ensayar los siguientes métodos. (Ver Artículo: Mieloma Múltiple)

Evitar factibles vectores de peligro

Mantenga a su bebé alejado de la radiación de alta frecuencia.

Algunos análisis señalan que las personas presentadas a la radiación están en peligro de contraer leucemia. Un ejemplo clásico son los sobrevivientes de la bomba de Hiroshima. Su predisposición a la radiación de la bomba atómica incrementó drásticamente sus facetas de contraer leucemia.

La radiación de baja frecuencia en radiografías, tomografías computarizadas o radioterapia además acrecienta las facetas de contraer leucemia. Así que usted debe evitar la predisposición periódica a estos análisis o terapias tanto como sea probable. Los médicos y los cuidadores deben ser garantes de advertir que los pacientes sean expuestos a la radiación innecesaria.

Evite exponer a su hijo al benceno.

El benceno es una base química para la fabricación de otras sustancias como la gasolina, los lubricantes y los pesticidas. Tiene un olor dulce que, una vez respirado, puede ser atraído simplemente. Además puede transferir la piel. El porcentaje de leucemia, y concretamente de la leucemia mieloide aguda, es mayor en las personas presentadas al benceno.

La predisposición crónica genera cantidades suficientes de benceno para generar daño dentro del cuerpo. Evite trabajar en lugares que demanden una predisposición periódica al benceno, como las gasolineras y las fábricas de cigarrillos.

Las nuevas normas de seguridad han estipulado una baja en el contenido de benceno en productos como la gasolina. no obstante, es mejor minimizar la visita a gasolineras y establecimientos de petróleo crudo.

Evite fumar o usar tabaco cerca de su hijo.

Fumar genera la predisposición al benceno, ya que esta sustancia se emana en el humo del cigarrillo. Además existe otros químicos radiactivos que se localizan en los cigarrillos.

El humo de segunda mano además refiere a una persona al benceno. El mejor consejo para los fumadores es dejar de fumar prontamente y salvar las vidas de otros además. Para los no fumadores, el consejo es evitar el humo del cigarrillo a toda costa.

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Sea consciente de los peligros asociados con ciertos arquetipos de quimioterapia.

Los niños tratados con quimioterapia para otros arquetipos de cáncer poseen un mayor peligro de contraer cáncer secundario, como la leucemia mieloide aguda, que se despliega dentro de los 5-10 años de terapia. Los agentes alquilantes son los primordiales garantes del cáncer secundario generado por la quimioterapia.

Esta droga se vincula a un grupo alquilado negativo que perjudica el ADN de las células. Con este grupo de fármacos existe una mayor circunstancia de leucemia. Es respetable debatir a fondo el programa del tratamiento con un doctor cuando usted tiene que vincularse a quimioterapia.

No beba alcohol durante el embarazo.

Algunos análisis han encontrado que los niños nacidos de madres que han estado usando alcohol durante el embarazo poseen un peligro más alto de contraer leucemia.

Mantener a su bebé saludable

Deje que su hijo siga una dieta saludable.

Animar a los niños a tomar decisiones más sanas hará que sus cuerpos sean más fuertes y reducirá sus facetas de contraer cáncer. De acuerdo con el MD Anderson Cancer Center usted puede ensayar las siguientes elecciones para coadyuvar a sus hijos a alimentarse naturalmente.

Agregue variadas frutas y verduras a las comidas de su bebé. Prepare frutas y verduras listas para alimentarse como aperitivos. Mezclar las verduras con un puré y agregarla como condimento en la masa.

Anime a su hijo a ser más activo.

La actividad física mantiene el cuerpo en forma y beneficia el sistema inmunológico Comúnmente. Asevere de que sus hijos tengan por lo menos una hora de actividad física. Limitar la televisión y los videojuegos. Anime a su hijo a manejar bicicleta o a caminar adelantado por la mañana. Anote a sus hijos en alguna actividad de deportes, como el baloncesto o la danza.

Asevere de que su niño descanse apropiadamente.

El cuerpo se restaura mejor durante el sueño. Es justamente ahora que la reparación de las células perjudicadas empieza a restituir la buena salud. El sueño apropiado avala un cuerpo sano y un sistema inmunológico sólido, que es vital para contrarrestar la enfermedad.

Comúnmente, los niños requieren mucho descanso. Los niños de uno a tres años de edad requieren de 12 a 14 horas de sueño, los de cuatro a seis años requieren dormir de 10 a 12 horas, los niños de siete a doce años requieren de 10 a 11 horas de sueño y los adolescentes requieren 8 o 9 horas de sueño.

Registrar los signos adelantados

Cuidado con las señales de fatiga.

La fatiga es el síntoma más genérico. Puede estar acompañado por la blancura de la cara y de la piel y por la restricción que se refleja en la cara de un mínimo esfuerzo. Estos signos señalan que los glóbulos rojos no colaboran con suficientes cantidades de oxígeno al resto del cuerpo.

Los pulmones, otros órganos vitales y los músculos subsanan la falta de oxígeno trabajando más codiciosamente. Este es un procedimiento muy fatigoso para sostener y genera una sensación total de agotamiento.

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Cuidado con la fiebre invariable.

La fiebre resguarda al cuerpo de los procedimientos dañinos que se producen dentro de ella. La lucha invariable del cuerpo contra las células de la leucemia desata una fiebre invariable.

Pregúntele a su hijo si experimenta dolor óseo.

La médula ósea es un tejido blando que se localiza en el centro de los huesos. El dolor óseo procede del hecho de que la médula ósea está repleta de células leucémicas.

Preste atención a la facilidad con que su bebé reporta moretones.

La figura fácil de moretones, sangrado abundante de las encías y la nariz, la permanencia de puntos rojos en la piel son todos los signos que señalan un bajo nivel de plaquetas en la sangre.

Busque la permanencia de pequeñas masas blandas debajo de la piel.

Estas pequeñas masas se pueden localizar en cualquier parte del cuerpo; son los efectos sustitutos de la infiltración de células leucémicas bajo área afectada.

Curar la leucemia

Someta a su hijo a quimioterapia.

Según la sociedad americana del cáncer, la curación primaria para la leucemia de la niñez es quimioterapia. Los niños que están en alto peligro de leucemia son propuestos a quimioterapia junto con el transmisión de células madre.

La quimioterapia puede latentemente curar solamente casos de la leucemia linfoblástica aguda y de la leucemia mieloide aguda. La quimioterapia alcanza los mejores resultados con la leucemia linfoblástica aguda, donde el 50% de los casos se curan. La leucemia mieloide crónica y la leucemia linfocítica crónica no certifican bien a los fármacos quimioterapéuticos.

La decadencia principal de las drogas usadas en la quimioterapia es que lapidan células cancerosas y sanas. Además puede haber recaídas cuando las células cancerosas vuelven a acometer a pesar de la curación. Los primordiales fármacos usados en la quimioterapia son la citarabine y las antraciclinas.

La oficio de citarabine es impedir la fabricación de ADN de células sanas y cancerosas. Así que la fabricación de nuevas células se paraliza. Las antraciclinas afectan las proteínas del ADN e impiden la fabricación de células sanas y leucémicas.

Haz que tu bebé se enliste para un transmisión de células madre.

Las células de retoño de un donante sano se pueden transferir en un paciente que sufre de leucemia a través de la médula ósea. Asimismo, nuevas y poderosas células madre incentivan el desarrollo de nuevas células sanguíneas sanas. La médula ósea es la única probabilidad de transmisión de células madre sin polémica.

Referente a otras factibles fuentes de células madre (como los embriones), hay ponencias divergentes en el ámbito de la medicina.

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Hacer que su hijo siga una dieta neutropénica para los pacientes.

Es un arquetipo específico de dieta que tiene como objetivoalidad guarecer al paciente de los alimentos que poseen bacterias y que pueden generar latentemente una infección. Las células sanguíneas de los pacientes no están adecuadamente bien provistas para contrarrestar efectivamente una infección. Algunos avisos básicos a seguir para una dieta neutropénica son: evite las frutas frescas y los vegetales crudos.

Las bacterias pueden estar presentes en la cáscara y en las hojas. Usted puede devorar la fruta que puede ser repelada, como el plátano, la uva, y las naranjas. Se pueden devorar verduras cocidas, frutas enlatadas y verduras y zumos. Siempre ase bien la carne y el pescado.

Esto afirma que ningún peligro, como la salmonella, pueda contagiar a un paciente. Devorar sólo productos lácteos pastetizados. La pasteurización es el as en la manga para apartar las sustancias nocivas en los productos lácteos. Evite los buffets de verduras, carnicerías y sashimis.

Es mejor administrar siempre los alimentos cocidos. Cerciórate de beber agua buena. Es respetable beber agua destilada, hervida o filtrada.

https://www.youtube.com/watch?v=f6cBalkV2NM

En adultos

¿Qué es? La leucemia linfocítica crónica, además conocida como leucemia linfótica crónica, es una enfermedad representada por la permanencia de células cancerosas en la sangre y la médula ósea que habitualmente progresa pausadamente. Es la forma más genérica de leucemia en adultos, concretamente en la universalidad de 60 años y más.

En circunstancias estándar, la médula ósea elabora células inmaduras llamadas células madre, a partir de las cuales se producen diferentes arquetipos de células sanguíneas, cada una de las cuales desempeña un oficio bien preciso en el organismo: glóbulos blancos (o leucocitos): asisten al cuerpo a contrarrestar las infecciones; glóbulos rojos (o eritrocitos): acarrean oxígeno y otras sustancias a todos los tejidos; las plaquetas: sirven la condensación sanguínea.

La leucemia linfocítica crónica se debe a la permanencia de un número excesivo de un arquetipo de glóbulos blancos denominados linfocitos en la sangre, la médula ósea, los ganglios linfáticos y el bazo. Los linfocitos son producidos por la médula ósea y otros órganos del sistema linfático.

Radica en una red de canales delgados que, como los vasos sanguíneos, se esparcen a todas las partes del organismo. Los vasos linfáticos llevan la linfa.

Existe grupos de ganglios linfáticos localizados en la médula axilar, pelvis, cuello y abdomen a lo largo de la red de vasos linfáticos. El bazo, el tomillo y el tonsilam además forman parte del sistema linfático. Los linfocitos movilizan las defensas contra infecciones a través de la fabricación de anticuerpos, proteínas que atacan virus y bacterias dañinas que ingresan en el organismo. Se dividen en B o T estribando de la respuesta que puedan activar.

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En la leucemia linfocítica crónica, los linfocitos no alcanzan el nivel normal de maduración; si bien son figuradamente estándar, no son ciertamente competentes para suprimir las infecciones y resguardar el organismo como corresponderían, y aumentan en números excesivos en la sangre, la médula ósea y hasta los tejidos linfáticos, que por lo tanto se rebosan.

Acrecientando el número de linfocitos, existe menos espacio disponible para otros glóbulos blancos sanos, glóbulos rojos y las plaquetas, que invariablemente reducen. La baja de glóbulos rojos conlleva a una realidad de la anemia, mientras que como resultado del número más bajo de plaquetas la sangre no condensa correctamente y se vincula a la sangría o a los hematomas.

La leucemia linfocítica puede ser aguda o crónica: en el primer caso progresa ágilmente y es determinado por la permanencia de muchos linfocitos inmaduros, en el segundo caso progresa pausadamente y tiene linfocitos al parecer estándar, más maduros.

En las etapas tempranas es habitualmente asintomático y determinado solamente por el aumento de linfocitos a la cuenta de la sangre. A medida que pasa el tiempo, no obstante, el número de linfocitos acrecienta cada vez más y luego aparecen los primeros signos.

El diagnóstico

Es bueno visitar al médico de cabecera si nota que los ganglios linfáticos están inflamados, el bazo o el hígado aparecen agrandados, existe fatiga invariable, sudores nocturnos, pérdida de peso corporal o si usted es simplemente proclive a las hemorragias.

En permanencia de estos signos, el médico, luego de la visita, establece los análisis de sangre, con concreta referencia al hemocroma completo. Si se cambian los análisis, puede recetar más investigaciones, incluyendo la biopsia de médula ósea. (Ver Artículo: Leucemia Fulminante)

Esto se efectúa insertando una aguja en un hueso (correctamente la pelvis), a través de la cual se toma un fragmento de médula para ser analizado bajo el microscopio.

De esta forma usted puede instituir el arquetipo de leucemia y proyectar el mejor tratamiento para su caso. En permanencia de estos signos, el médico, luego de la visita, establece los análisis de sangre, con concreta referencia al hemocroma completo.

La progresión de la enfermedad en el tiempo (pronóstico) estriba de la etapa de la enfermedad (si está limitada o si se ha expandido a otros órganos), así como por las circunstancias generales de salud.

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Las etapas de la enfermedad

Una vez validada la permanencia de la enfermedad, se deben efectúar otras investigaciones (ecografía abdominal y/o tomografía computarizada del cuerpo entero) para verificar si las células cancerosas se han expandido a otras partes del organismo (estadificación). La estadificación es relevante para administrar el tratamiento más apropiado para su caso.

Conocer la etapa de la enfermedad es relevante para la selección del tratamiento más apropiado.La leucemia linfocítica crónica se clasifica según las etapas siguientes:

Etapa 0: el número de linfocitos en la sangre se acrecienta vigorosamente, pero ningunos otros signos de la leucemia se localizan habitualmente;

Etapa I: el número de linfocitos en la sangre se acrecienta vigorosamente y los nodos de linfa se agrandan;

Etapa II: el número de linfocitos en la sangre se acrecienta vigorosamente; los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado se agrandan;

Etapa III: el número de linfocitos en la sangre se acrecienta vigorosamente, el de los glóbulos rojos es disminuido mucho (anemia). Los ganglios linfáticos y el hígado o el bazo se agrandan;

Etapa IV: el número de linfocitos en la sangre se acrecienta vigorosamente, el de las plaquetas es más disminuido e invariablemente la sangre no condensa. Los ganglios linfáticos, el hígado o el bazo se agrandan y puede haber una baja notable en los eritrocitos de los glóbulos rojos;

Enfermedad refractaria: significa que la leucemia no responde al tratamiento.

¿Cómo la curamos?

Las selecciones terapéuticas actualmente disponibles para el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica son: vigilancia hematológica, ningún tratamiento; radioterapia quimioterapia en asociación con los anticuerpos monoclonales; extirpación del bazo (esplenectomia); transmisión de médula ósea.

La vigilancia hematológica adjudica que el paciente se mantiene bajo control estricto sin ser sometido a ningún tratamiento, excepto en caso de problemas (p.ej. brotes de infección generados por la enfermedad). La radioterapia radica en el uso de la radiación de alta frecuencia para asolar las células neoplásticas y para disminuir el tamaño del tumor.

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Se utiliza en casos que no certifican a varios ciclos de quimioterapia. Las radiaciones son habitualmente irradiadas por una máquina especial fuera del organismo (radioterapia externa).

La quimioterapia es la modalidad terapéutica que erradica las células cancerosas a través de la administración de fármacos, que se pueden tomar por vía oral en forma de tabletas, o inyectarse por vía intravenosa o intramuscular.

La quimioterapia se define como tratamiento sistémico, porque el fármaco ingresa en el torrente sanguíneo, se expande en el organismo y así puede llegar y asolar las células cancerosas en cada parte del organismo. La quimioterapia se vincula con un anticuerpo monoclonal, es decir, una droga biológica capaz de asolar ciertos arquetipos de células cancerosas limitando el daño a las células sanas al mínimo.

Su labor es registrar ciertas proteínas (receptores) presentes en la superficie de algunas células cancerosas. Cuando esto ocurre, el anticuerpo monoclonal se vincula a la superficie de la célula tumoral.

Así se incita al sistema inmunológico del organismo para acometer a las células neoplásicas y además puede provocar este último a la autodestrucción, o bloquea el receptor impidiendo que se una a una proteína diferente que incita el desarrollo de las células neoplásticas.

El anticuerpo monoclonal utilizado para el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica es el rituximab (MabThera ®), que se vincula a las moléculas mencionadas por los linfocitos, estableciendo así una tarea más concreta de los fármacos quimioterapéuticos, aumentando su virtud y persuasión de la destrucción de los linfocitos por el sistema inmunológico del paciente.

Actualmente se están extendiendo nuevos anticuerpos monoclonales más vigorosos para el tratamiento de pacientes que no certifican al rituximab.

La supresión del bazo (esplenectomia) es una interposición que el cirujano efectúa en casos raros si se agranda el bazo. La transmisión de médula ósea está consignado a sustituir la médula ósea enferma con médula ósea sana. El procedimiento empieza con la administración de dosis muy altas de quimioterapia, con o sin radioterapia, con el objetivo de apartar las células cancerosas y asolar la médula ósea.

La médula ósea sana se toma de un donante relacionado y se transporta al recipiente a través de una aguja introducida en la vena, y así reemplaza la médula destruida por la quimioterapia. El donante debe ser un gemelo (la mejor solución), un hermano/una hermana, o una persona no-consanguínea.

La transmisión con médula ósea tomada de un donante se conoce como alógeno. Las facetas de éxito son mayores si el procedimiento se aplica en un hospital especializado, donde se efectúan anualmente más de cinco transmisiones de médula ósea.

Presentemente se evalúa la virtud de transmisión autólogo, en el que se toma la médula ósea del propio paciente, se trata con medicamentos para apartar todas las células cancerosas y se congela hasta el momento de replantarlo en el paciente.

Mientras tanto, vinculan al paciente a la quimioterapia de la alta dosis, coligada o no a la radioterapia, para asolar toda la médula residual. En este punto es probable replantar la médula ósea mantenida (adecuadamente descongelada) introduciendo una aguja en la vena.

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Otro arquetipo de transmisión autólogo utiliza células madre periféricas del paciente. Las células madre producen todos los diferentes arquetipos de células sanguíneas; por lo tanto, pueden sustituir la médula ósea. La sangre se pasa a través de una máquina especial que separa las células madre.

Este procedimiento, llamado leukerésis, dura 3-4 horas. Las células de retoño periféricas así obtenidas entonces se tratan, se conservan y se utilizan según lo descrito para la médula ósea. Para advertir las infecciones que se extienden a menudo en permanencia de leucemia linfocítica crónica, el paciente se puede tratar con las inmunoglobulinas, las sustancias especiales que poseen los anticuerpos.

Tratamiento según la etapa

La opción de la terapia estriba de la localización y de la etapa del tumor, de la edad y de la condición general del paciente. El oncólogo puede recetar el tratamiento base para su virtud probada, demostrado por experiencia previa, o participación en un estudio clínico.

La terapia estándar no marcha necesariamente para todos los pacientes y a veces involucra más efectos suplentes de los que usted piensa. Esta es la razón por la que se están asimilando los exámenes clínicos para nivelar metodologías de tratamiento más vigorosos, basándose en la información más actualizada aprovechable en este momento.

Estadio 0

En este caso las selecciones terapéuticas son: la vigilancia hematológica, sin ningún tratamiento, pero sujetas al paciente a los reconocimientos regulares para revelar cuidadosamente cualquier decadencia de la enfermedad; quimioterapia.

Estadio I

En este caso las selecciones terapéuticas son: vigilancia hematológica; quimioterapia con o sin esteroides (cortisona); quimioterapia con otras gestaciones; radioterapia externa en los ganglios linfáticos agrandados; asociación de quimioterapia, que radica en la contribución de más fármacos compuestos debidamente entre sí; intervención en un estudio clínico destinado a evaluar la virtud del tratamiento con anticuerpos monoclonales (llamado inmunoterapia); intervención en un estudio clínico destinado a evaluar la virtud del transmisión de médula ósea o de las células madre periféricas.

Estadio II

En este caso las selecciones terapéuticas son: vigilancia hematológica; quimioterapia con o sin esteroides (cortisona); quimioterapia combinada, que radica en la distribución de fármacos múltiples debidamente mezclados entre sí y anticuerpo monoclonal; radioterapia externa en los ganglios linfáticos agrandados; radioterapia externa en el bazo para apaciguar los signos debido al engrandecimiento descomedido del volumen del bazo sí mismo; participación en un estudio clínico destinado a valuar la virtud del tratamiento con nuevos anticuerpos monoclonales (denominados inmunoterapia); participación en un estudio clínico destinado a valuar la virtud del transmisión de médula ósea o de las células madre periféricas.

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Estadio III

En este caso las selecciones terapéuticas son: vigilancia hematológica; quimioterapia con o sin esteroides (cortisona); quimioterapia con otras preparaciones; quimioterapia combinada, que radica en la intendencia de varios fármacos mezclados debidamente entre sí y con anticuerpos monoclonales; la esplenectomia  o la radioterapia externa en el bazo para calmar los signos debido al acrecentamiento descomedido en el volumen del bazo.

Intervención en un estudio clínico consignado a valuar la virtud del tratamiento con nuevos anticuerpos monoclonales (denominados inmunoterapia); intervención en un estudio clínico consignado a valuar la virtud de transmisión de médula ósea o de las células madre periféricas. (Ver Artículo: Leucemia Mieloide Crónica)

Leucemia linfocítica refractaria crónica

El tratamiento estriba de muchos vectores; el paciente tal vez desee meditar la posibilidad de significar en un ensayo clínico con el objetivo de manifestar la integridad de los nuevos fármacos quimioterapéuticos y la transferencia de médula ósea o células madre periféricas.

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