El tacto: ¿qué es? ¿para qué sirve? Importancia, anatomía y mucho más

La palabra tacto proviene del latín tactus, el tacto es uno de los cinco sentidos básicos que posee el ser humano, así como también los sentidos del gusto, el olfato, la visión y la audición.

El sentido del tacto es el que posibilita a los organismos detectar características de los elementos y medios como la presión, temperatura, áspero o suavidad, dureza.

El tacto

El tacto y su anatomía

El tacto se encuentra especialmente en la piel, es de por sí, el órgano más amplio del cuerpo humano y que además posee numerosos receptores nerviosos para transformar los estímulos externos en información susceptible de ser analizada e interpretada por el cerebro.

La piel se divide en tres capas: epidermis, que es la capa superficial, la dermis y la hipodermis que es la capa más profunda.

El tacto
Capas de la piel

La epidermis que como se mencionó, es la capa más superficial, está constituida por tejido epitelial y en su estrato basal o germinativo se encuentra la denominada melanina, que es el pigmento que da color a la piel.

La dermis está compuesta por tejido conjuntivo, en esta capa se encuentran los anejos cutáneos que son las glándulas sebáceas, las glándulas sudoríparas, el pelo y las uñas.

La hipodermis que está formada por tejido conjuntivo adiposo. El sentido del tacto se encuentra en la piel, principalmente, pero las terminaciones nerviosas las encontramos en las partes internas del organismo, lo que nos permite sentir y percibir cambios de temperatura y también el dolor.

Por ello se piensa, que el tacto, es el más importante de los cinco sentidos, ya que nos permite percibir los riesgos para nuestra salud tanto internos como externos.

Existen dos tipos de modalidades sensoriales en lo que se refiere a la sensación táctil. Estos son conocidos como: un toque fino o discriminatorio, y un toque crudo o no discriminativo.

Toque fino

Es el que permite a una persona no solo sentir el tacto, sino también localizarlo. La ubicación del tacto, por medio de la modalidad del toque fino es posible, gracias a la vía posterior del lemnisco de la columna medial, que el que lleva la información a la corteza cerebral.

Toque crudo

Es la modalidad sensorial que permite a la persona sentir el tacto, pero no le aporta la capacidad localizarlo. El tracto espinotalámico, al que también se le conoce como vía espinotalámica, sistema anterolateral o el sistema ventrolateral es una vía sensorial desde la piel hasta el tálamo y es responsable de alojar las fibras que transmiten información sobre el tacto crudo.

La suspensión de las fibras táctiles finas puede lograr que una persona pueda ubicar el tacto al principio, pero no puede hacerlo más tarde. (Ver Tálamo)

El siguiente vídeo nos habla del sentido del tacto, haciendo un recorrido ilustrativo de lo que es la piel, sus características y sus funciones.

https://www.youtube.com/watch?v=948KHdqQq7c

Partes del tacto

El tacto
Partes del tacto

La piel es un músculo extenso, grueso y flexible que sirve para proteger los órganos y huesos; que controla la temperatura corporal y sirve de receptor de las sensaciones. Como se menciona anteriormente, la piel consta de tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.

Cada capa contiene una variedad de elementos propios de la piel, como el folículo piloso, glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas, entre otros.

En la epidermis, la capa externa formada por células muertas. Las llamadas células de Merkel, están asociadas a las fibras nerviosas, que sirven para transmitir las sensaciones del tacto por medio de las palmas o plantas del pie.

La dermis que constituye la segunda capa es la que conocemos como piel verdadera y sirve para unir la epidermis e hipodermis. Provee nutrientes y minerales a las células cutáneas, elimina desechos con ayuda de las glándulas y regula la circulación sanguínea.

La hipodermis

Es la capa más interna de la piel que está compuesta por adipocitos, que son las células que se encargan de almacenar energía en forma de grasa es decir, que forman el tejido adiposo o tejido graso, que está enlazada con la dermis.

Además de almacenar grasa, la hipodermis, regula la temperatura, y protege todas las estructuras internas del cuerpo humano (huesos, órganos, glándulas, etc).

Las Glándulas Sudoríparas

El tacto
Glándula Sudorípara

Son tubos que secretan el sudor, que consiste en fluidos y desechos que el cuerpo no necesite. Existen dos tipos de glándulas sudoríparas: las apocrinas y las ecrinas.

Nervios sensitivos

Son un grupo de fibras que envían los impulsos percibidos al sistema nervioso central. Estos impulsos son esparcidos a diferentes áreas del cuerpo por medio de ondas eléctricas.

Glándulas sebáceas

Secretan grasas que acondicionan el pelo y la piel.

Tejido graso

Constituido por las células grasas o adipocitos. Este sirve de reserva de energía para células y de amortiguadores para los impactos internos.

Folículo piloso

Es un saco compuesto de fibras nerviosas sensoriales que recubren el bulbo que constituye cada hebra de cabello. Actúa  como receptor sensible del tacto, principalmente, cuando está relacionado a un roce, extracción o movimiento del pelo. (Ver Sistema Nervioso Somático )

Receptores del tacto

 Receptores del tacto son terminaciones nerviosas, también conocidos como corpúsculos táctiles, que pueden estar encapsuladas o no.

Los receptores del tacto más importantes son.

Corpúsculos de Meissner

Son receptores de sensores que se encuentra en la epidermis. Posibilitan  la captación de  las sensaciones ligeras, como roces o movimientos rápidos sobre la piel.

Corpúsculos de Pacini

Son células características de la dermis que son sensibles a vibraciones de entre 30 a 1,500 Hertz; a aceleraciones, y a presiones fuertes de la piel (estiramientos, deformaciones y distensiones).

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Corpúsculos de Krause

Son una variante de los corpúsculos de Meissner. Son bulbos que registran las sensaciones de frío en contacto con otro cuerpo, o con una superficie cuya temperatura es inferior a la del cuerpo de un individuo.

Discos de Merkel

Son células mecanorreceptoras de lento procesamiento que se encuentran en la mucosa y en la piel. Emiten informaciones que se relacionan con presiones, vibraciones de baja frecuencia (5 a 15 Hertz), y texturas de un objeto.

Corpúsculos de Ruffini

Son receptores de algunas sensaciones que están en la dermis y las articulaciones. Detectan temperaturas caloríficas y estiramientos de la piel; proporcionan información de presiones y dolor.

También hay otros receptores que se encargan de transmitir impulsos al sistema nervioso, para casos de dolor, calor, presión etc. Entre dichos receptores tenemos:

Álgidos

Son terminaciones libres ubicadas en la epidermis que sirven para detectar el dolor. Se encuentran en la piel, uñas, pelos, y glándulas. Cuando un dolor se produce, la información es enviada al cerebro; el cual segrega endorfinas, que consiste en sustancias naturales sintetizadas por el cerebro que, alivian el dolor como sólo pueden hacerlo los opiáceos que incluyen a la morfina, la heroína y la codeína.

No obstante, las endorfinas no tienen los efectos secundarios que producen las drogas al sistema nervioso y que bloquean esta sensación como si fueran analgésicos.

Corteza somatosensorial

Es el área del cerebro que se encarga de percibir o registrar los estímulos de calor, frío, dolor, presión y sensibilidad de la posición de los músculos. Se define como el sistema somatosensorial y posee dos secciones localizadas en el lóbulo parietal y que se relacionan con esta función. Además de que, está formada por seis capas que intervienen en el proceso de captar las sensaciones a través de las neuronas.

El tacto
Corteza somatosensorial

Estas son: área somatosensitiva I y somatosensitiva II.

Área somatosensitiva I

Se localiza en la parte de atrás, de la cisura central cerebral. El tamaño de cada parte de su territorio, dependerá de la cantidad de receptores presentes del organismo designado.

Área somatosensitiva II

Es un espacio pequeño que realiza proyecciones de las acciones producidas del área primaria. El cerebro actúa de una manera

particular con relación a los estímulos del tacto percibidos en posiciones del cuerpo.

Existen tres modos de transmitir estos estímulos:

Vía para la propiocepción consciente

Se realiza por medio de los receptores de la piel hasta llegar a la corteza sensitiva del cerebro. Permite la identificación de las posiciones de las extremidades, mientras los ojos están cerrados; objetos en las manos y permanecer erguidos cuando estamos en una posición estable.

El tacto
Lóbulo Parietal

Vía para la propiocepción inconsciente

Formado por los tractos espinocerebeloso dorsal y ventral. Transmite la información recibida de fases, velocidades y fuerzas en contracciones musculares a los receptores sensitivos del cerebro.

Vía para el dolor y temperatura.

Formado por el tracto espinotalámico. La información es recibida a través de fibras amielínicas. Estas se separan, llegan al tálamo, y por último, al cerebro.

Lóbulo parietal

Es la zona del cerebro que se ubica entre el lóbulo frontal y occipital, en la parte inferior del cráneo. Su función es la de facilitar la realización de procesos mentales y permitir reconocer sensaciones corporales (tacto). (Ver Nervio Glosofaringeo)

El siguiente vídeo nos explica brevemente las diferentes partes del tacto y donde se menciona algunos de los receptores que contribuyen a la función del sentido del tacto.

El sentido del tacto y el cerebro

El tacto
El sentido del tacto y el cerebro

El área del tacto en el cerebro se encuentra en el lóbulo parietal, además, cada circunvolución recibe las sensaciones que proceden del lado opuesto del organismo.

El área responsable del tacto tiene dos pequeñas áreas, el área somatosensitiva I y II, las que ya  hemos mencionado anteriormente y sabemos que la primera es la más importante y de mayor extensión y que de la segunda poco se conoce de su función.

Los tamaños que ocupan en la corteza las diferentes partes del cuerpo son directamente proporcionales al número de receptores sensitivos en cada zona.

Está formada por seis pequeñas capas, que tienen una función. A medida que uno se aleja hacia atrás en el área somatosensitiva I apenas a un 6% de las columnas verticales, responde solamente cuando un estímulo viaja en una dirección en particular.

Vía para la propiocepción consciente

Formada por el sistema posterior leminisco medial, encargado de la posición, vibración, y tacto fino Dichas vías se originan en los mecanorreceptores situados en la piel como por ejemplo: el órgano tendinoso de Golgi. Viajan a través de fibras mielínicas hasta llegar al bulbo raquídeo, posteriormente, llegan al núcleo ventral posterolateral del tálamo y a la corteza sensitiva.

El tactoEste sistema nos permite identificar la posición en el espacio de una extremidad con los ojos cerrados, identificar objetos colocados en las manos, y mantener una posición erguida estable.

Vía para la propiocepción inconsciente

Está conformada por dos tractos o vías, una dorsal y otra ventral. Su función es transmitir la información generada en receptores, coordinando la fase, velocidad y fuerza de contracción muscular. Su lesión es capaz de producir ataxia de la marcha, que consiste en base tambaleante y frecuentes caídas.

Vía para el dolor y la temperatura

Está conformada por dos tractos o vías, una dorsal y otra ventral. Su función es transmitir la información generada en receptores, coordinando la fase, velocidad y fuerza de contracción muscular. Su lesión es capaz de producir ataxia de la marcha, que consiste en base tambaleante y frecuentes caídas.

Características del tacto

La piel, las mucosas y otras zonas de nuestro organismo poseen unos receptores que nos producen las sensaciones del tacto, frío, calor y dolor, incluso desde el interior del cuerpo.

La piel, que es el mayor órgano de los sentidos, además de ser el que percibe cualquier contacto, los distintos niveles de temperatura y las impresiones de malestar o sufrimiento, se apoya en esta configuración, para, a través de  este mecanismo establecer un sistema de defensa que alerta al organismo de cualquier situación que pueda resultar perjudicial,  los nociceptores.

Los nociceptores que consisten en receptores sensoriales que dan respuesta a estímulos que dañan los tejidos o que podrían hacerlo y están ubicados al final del axón de una neurona sensorial. Los nociceptores los encontramos en distintas partes del cuerpo, tanto en tejidos externos como internos y son ellos, los encargados de recibir la sensación del dolor.

En el siguiente vídeo, se presentan las características de la anatomía del tacto y la función que es llevada a cabo, por cada una de sus partes.

El tacto de la mano

Las partes de la mano son la muñeca, la palma y los cinco dedos, que son los principales receptores de las diferentes sensaciones táctiles.El tacto

El tacto es percibido por el cuerpo y las manos. Gracias a ellos podemos percibir las sensaciones de contacto, presión y temperatura. Con las manos podemos tocar o palpar de manera de impresionar un objeto con el sentido táctil.

Para los recién nacidos, la herramienta principal para entrar en contacto con lo que los rodea, son sus manos, con la piel que recubre palmas y dedos, revestidas de neuronas.

En las manos se encuentran dos grupos de nervios bien diversificados: los que mandan señales motoras a las docenas de músculos que flexionan y extienden, juntos e individualmente, los 27 huesos de la mano, para distribuir la fuerza del movimiento y los que inervan la piel.

En la parte interna de la mano, estos últimos consisten en dos grupos ramificados que se subdividen en la palma de la mano, luego se curvan como pinzas, hasta llegar a las yemas de los dedos, donde el tacto es más sensible.

El tacto y su importancia

El tacto
Importancia del tacto

El tacto pertenece al sistema sensorial que difícilmente, podría aislarse o ignorarse. Los seres humanos, pueden sobrevivir sin los sentidos de la vista y la audición, hasta carecer de los sentidos del gusto y del olfato, pero le es imposible sobrevivir sin las funciones que desempeña la piel.

En base a estudios realizados, el tacto es de todos los sentidos, el más difícil de investigar. Todos los demás sentidos tienen un órgano principal del que dependen y que además puede ser estudiado; pero para el tacto, ese órgano es la piel y esta se extiende por todo el cuerpo.

La función de la piel es vital para el organismo: el alerta al sistema nervioso central en caso de heridas, quemaduras, picaduras y cualquier otra agresión mecánica, térmica o química que sufre el organismo.

Sin esa alarma que transmite el tacto, los organismos estarían en constante peligro de no darse cuenta de que están siendo atacados. Estos estímulos son captados por receptores repartidos por la dermis y la epidermis, que generalmente están especializados en uno o varios tipos de sensaciones.

El tacto
Sistema Braille

El tacto también resulta muy importante para personas invidentes, no solo en lo que se refiere a sensaciones de frío, calor, suavidad o dureza, etc.

Los invidentes, especialmente los de nacimiento, generalmente, aprenden el método braille, que también se conoce por el nombre de cecografía, es un sistema táctil, que permite a las personas no videntes leer y escribir a través del tacto.

Su creador fue Louis Braille, que nació en el año 1809, quien de niño perdió la vista en un accidente, se basó en un sistema táctil utilizado por los militares para enviar órdenes difíciles de descifrar por los enemigos.

El braille es una herramienta útil para la lectura y la escritura tradicionales, y también para la interacción con los ordenadores, pues se basa en una representación del alfabeto y no una lengua diferente: a través de su uso es posible representar letras, números, signos de puntuación y símbolos propios de las ciencias y la música.

Se necesita del tacto, pues, el sistema consiste en “leer” con las puntas de los dedos.

El tacto se encuentra en la piel y también lo encontramos en las terminaciones nerviosas internas del organismo, que nos permite percibir los altos cambios de temperatura o el dolor.

Es por ello, que el sentido del tacto, podría considerarse el más importante de los cinco sentidos, ya que nos capacita para percibir los posibles riesgos, que se encuentran a nuestro alrededor, bien sea, por riesgos internos como externos. La parte que gobierna el tacto en el cerebro es el lóbulo parietal. (Ver Papilas gustativas)

Enfermedades que pueden afectar el tacto

El tacto forma parte del sistema sensorial cuya influencia es difícil de aislar o eliminar. El ser humano puede vivir a pesar de ser ciego, sordo y de no poseer el sentido del gusto y el olfato, pero le sería imposible sobrevivir sin las funciones que desempeña la piel.

Sin embargo, la punta de los dedos y la lengua son más sensibles que otros puntos del cuerpo. Las partes más pilosas son generalmente las más sensibles a la presión, también es más delgada la piel donde hay cabello o vello.

El sentido del tacto no está en la capa externa de la piel, sino en la segunda, en la dermis y puede presentar anomalías o trastornos.

Entre las enfermedades del tacto, están:

El tacto
Analgesia

Analgesia:

Es la enfermedad que afecta el sentido del tacto, porque produce la ausencia total de todas las formas de dolor en la zona afectada. Aún con la presencia de estímulos normalmente dolorosos o muy dolorosos, no son percibidos por la persona.

Agrafoestesia:

La “grafoestesia” es el reconocimiento táctil de números y letras escritos sobre la piel y la “agrafoestesia”, la incapacidad de hacerlo.

Estereognosia

Es la capacidad para reconocer la configuración espacial de los objetos por medio de la exploración táctil. Es decir, la capacidad de definir la forma, contorno, etc. de un objeto por medio de la palpación y sin el auxilio de otros sentidos.

Astereognosia:

La “astereognosia” es la imposibilidad de distinguir las formas de los objetos por el tacto, que se da en ciertas afecciones neurológicas.

Anestesia:

Es la ausencia completa de todas las formas de sensibilidad en la zona afectada, a través de un acto médico controlado, en el que, por medio de la utilización de fármacos, se bloquea la sensibilidad táctil y dolorosa de un paciente. La anestesia puede aplicarse bien sea en todo o parte de su cuerpo y sea con o sin compromiso de conciencia.

Anafia:

Consiste en la pérdida o disminución del tacto, total o parcial, generalmente ocasionado por una lesión o una enfermedad. Anafia también se le conoce como anestesia táctil.

Es un síntoma común, en pacientes que sufren lesiones de la médula espinal y neuropatías. Cuando es leve es especialmente percibida en los dedos de las manos.

Si es una anafia grave el paciente puede sufrir graves quemaduras, cortes o contusiones en su piel y no percibirlos.

Alodinia:

Consiste en  la percepción anormal del dolor, producido por medio de un estímulo mecánico o térmico que en la mayoría de los casos, es indoloro; en general,  la alodina, tiene elementos de retraso en la percepción y de la sensación residual.

Hiperestesia:

El tacto
Hiperestesia:

Se define como una sensación exagerada de los estímulos táctiles, como la sensación de cosquilleo o embotamiento. Es un trastorno de la percepción que consiste en una distorsión sensorial por un aumento de la intensidad de las sensaciones, en el que los estímulos, incluso los de baja intensidad, se perciben de forma anormalmente intensa.

Hiperafia:

Es un tipo de Hiperestesia, aplicada sólo al sentido del tacto.  Y consiste en un aumento de la capacidad para percibir estímulos táctiles.

Hipoestesia:

Se define como una disminución de la sensibilidad de los estímulos táctiles. Es un trastorno de la percepción que consiste en una distorsión sensorial por una disminución de la intensidad de las sensaciones, en el que los estímulos, incluso los de alta intensidad, se perciben muy mitigados.

El tacto
Hiperalgesia

Hipoafia:

Consiste en la disminución de la capacidad para percibir estímulos, es decir, una sensibilidad apocada.

Hiperalgesia:

Aumento de la sensibilidad al dolor. Estímulos normalmente dolorosos son aún más dolorosos.

La hiperalgesia está estrechamente ligada a la alodinia, que consiste en la aparición de sensaciones de dolor en respuesta a estímulos que son, en general, estímulos no dolorosos, como por ejemplo, pueden ser el hecho de pasarse un cepillo por el pelo o entrar en contacto con agua a una temperatura ligeramente elevada.

Hipoalgesia:

Consiste en la disminución de la sensibilidad dolorosa. Estímulos normalmente dolorosos son percibidos como livianos o poco dolorosos.

En general, el dolor va acompañado de fenómenos negativos. Estos se derivan como resultado de una pérdida de función del sistema nervioso, producido por un bloqueo en la conducción de los potenciales de acción, ya sea por una interrupción de la conducción en sí misma (neuroapraxia) o por una interrupción física del axón, con conservación anatómica del tronco nervioso (axonotmesis) o con pérdida de la misma (neurotmesis). (Ver Nervio motor ocular común)

Con el siguiente vídeo podremos repasar las enfermedades más comunes, en lo que se refiere a la piel y que afectan, por supuesto, al sentido del tacto.

Relación entre la piel y el tacto

La piel además de ser el órgano sensorial del tacto, es también, el más vínculo más importante entre nuestro organismo y el exterior.

El tacto
La piel

A pesar de que el sentido del tacto, no está considerado como uno de los sentidos más importantes, como el de la vista o el oído, el tacto es el primero de los cinco sentidos que se pone de manifiesto, desde el período de gestación.

El tacto se encarga principalmente, de la captación de los estímulos que introducen el contacto y presión, los de temperatura y los de dolor. Su órgano sensorial es la piel, que, además, tiene el mérito de ser el órgano más grande del cuerpo.

La captación de estos estímulos externos se lleva a cabo por medio de las células receptoras determinadas que tiene cada una de estas señales en la piel. Se cree que en la piel humana hay alrededor de cuatro millones de receptores para la sensación de dolor, 500 mil para la presión, 150 mil para el frío y 16 mil para el calor.

En este primer vídeo, se trata de establecer la relación entre la piel y el sentido del tacto, tratando por supuesto, los sensores que se extienden por todo la largo de la piel.

El tacto
Tacto

La piel además de ser el órgano sensorial del tacto, es también, es el vínculo más importante entre nuestro organismo y el exterior. La piel tiene como función principal, protegernos contra las agresiones físicas y químicas, ya que es la primera barrera que tenemos para resguardarnos contra las fricciones y golpes, y porque brinda protección contra las infecciones y los rayos ultravioleta.

La piel también se ocupa de sintetizar la vitamina D, que es importante para el crecimiento y la calcificación de los huesos. Gracias a los vasos sanguíneos que la irrigan y a la secreción de sudor, la temperatura de nuestro cuerpo se mantiene constante.

La piel consiste en un tejido ligero, resistente y blando que cubre el cuerpo. Su extensión, en un adulto, oscila entre 1,5 y 2 metros cuadrados; su peso puede superar los 4 kilos. Sus zonas más sensibles están en la punta de la lengua, en los labios, en la palma de las manos y la planta de los pies.

Los pelos, también conocidos como vellos, son filamentos flexibles que recubren la piel y que se insertan y crecen a partir de los folículos pilosos. Los pelos contribuyen al aislamiento térmico y protección del organismo, y su distribución depende de factores genéticos y hormonales.

Se encuentra en cantidades importantes en el cuero cabelludo, axilas y zona genital. Las uñas son unas láminas duras y semitransparentes, de color blanco-rosáceo, que se ubican en los extremos de los dedos de las manos y de los pies.(Ver La piel)

En este segundo vídeo sobre la piel y el tacto, continuamos con el estudio de los numerosos sensores que se encuentran en la piel y forman parte del sentido del tacto.

Relación entre la vista y el tacto

Existe la hipótesis que afirma que si el sentido de la visión es alterado, de la misma manera se altera el sentido del tacto. Se trata del proceso de recepción de los estímulos y transmisión de estos al cerebro.

El trayecto de la captación del estímulo hasta su interpretación en el encéfalo es llamado vía óptica. La percepción visual proporciona más de 80% de la información sobre el entorno respecto a los otros receptores sensoriales.

El sentido del tacto funciona gracias a los receptores que se encuentran en la piel. Los receptores responsables de la sensibilidad táctil es decir, los mecanorreceptores. Los invidentes desarrollan más el sentido del tacto ya que necesitan completar el modelo interpretativo sensorial.

El organismo humano está en la búsqueda continua de estímulos, así que reduciendo el funcionamiento de uno de estos sentidos, los otros trataran de compensar.

Para confirmar la hipótesis planteada al principio de este punto, se realizaron una serie de experimentos:El tacto

En el primero palpaba los pacientes en distintas partes del cuerpo con dos extremos variando la distancia entre estos. En el segundo seguía una serie de toques en el antebrazo alternando toques con uno o dos extremos y variando la distancia.

Las personas ciegas perciben el tacto con más rapidez que las videntes. Así el cerebro se adapta a la falta de la percepción visual. Este fenómeno de adaptación se llama plasticidad.

Los sentidos funcionan en cinestesia, un fenómeno de ligamiento de modalidades.

La vista es el sistema primordial para la percepción así que a su óptimo nivel de eficiencia los otros sentidos representan un conocimiento interpretativo complementario del Sistema nervioso central.

Como conclusión, los nervios craneales son los que comunican el Sistema Nervioso Central con los órganos de los sentidos. Toda la información procedente de los receptores sensoriales se proyecta en la corteza somatosensorial la imagen de “homúnculos” es la representación gráfica de la organización de la corteza somatosensorial. (Ver La Vista)

Relación entre el oído y el tacto

El sentido del tacto funciona de forma similar al oído. Por ejemplo, cuando alguien entra en una habitación a oscuras, la primera acción que se realiza es buscar con la mano un interruptor de luz. Se desliza la mano por la pared, sintiendo la transición del marco de la puerta al yeso pintado y luego hacia arriba y hacia abajo hasta que encuentras la placa de metal o de plástico del interruptor.

El tacto
Oído y tacto

Durante este proceso, el sentido que se está utilizando es el del tacto, que además sirve para desarrollar una imagen en la mente de la superficie de la pared y hacerse una idea mejor de dónde está el interruptor.

Por otro lado, el sentido del oído nos capacita para percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de donde vienen. Las vibraciones sonoras son captadas por el oído y esas sensaciones son enviadas al cerebro.

En el oído se encuentran también terminales nerviosas que reciben información acerca de los movimientos del cuerpo, ayudando a mantener el equilibrio del mismo.

Tradicionalmente, se dice que el tacto recibe los estímulos a través de receptores de la piel que se extienden por medio de una red y cuando se toca algo, esta red de receptores transmite información sobre la superficie de su cerebro.

En un nuevo estudio, Bensmaia, Matthew Best, Mackevičius Emily y Saal Hannes concluyeron que la piel es también muy sensible a las vibraciones y que estas vibraciones generan oscilaciones correspondientes en los nervios, que envían la información desde los receptores hasta el cerebro.

El proceso de la transmisión y respuestas neurales, que transmiten mensajes específicos sobre la textura para el cerebro, son tan sincronizadas y precisas, como la frecuencia de las vibraciones en el tímpano que es el que transmite información sobre el sonido.

Las neuronas se comunican a través de los bits eléctricos, similares a los unos y ceros digitales utilizados por los ordenadores.

Según Bensmaia:

“Una de las grandes cuestiones de la neurociencia es si es sólo el número de bits lo que importa, o si la secuencia específica de bits en tiempo también juega un papel. Lo que mostramos en este artículo es que la secuencia de bits en el tiempo es importante, y de hecho para algunos de los receptores de la piel, las cuestiones de tiempo con una precisión de milisegundos.”

Los investigadores han sabido durante años que estos aferentes responden a las vibraciones de la piel, pero estudiaron sus respuestas utilizando las llamadas ondas sinusoidales, que son patrones suaves y repetitivos.

Dichas vibraciones impecablemente uniformes, pueden ser producidas en un laboratorio, pero los tipos de vibraciones producidas en la piel por contacto con superficies en el mundo real, son desordenados e irregulares.

Para esta investigación, Bensmaia y su equipo utilizaron un motor vibratorio que puede producir cualquier tipo de vibración compleja que quieran.El tacto

En el primer experimento, se obtuvieron las respuestas de nervios aferentes a una diversidad de frecuencias en macacos rhesus, quienes poseen un sistema nervioso táctil muy parecido al de los seres humanos. En el segundo experimento, un grupo de sujetos humanos indicaron cómo sentían dos frecuencias particulares, similares o diferentes, cuando una sonda conectada al motor tocaba su piel.

Cuando el equipo analizó los datos registrados a partir de los macacos Rhesus (es un primate marrón con las nalgas y la cara rosas. Tiene el pelo de la cabeza corto, lo que remarca su expresividad), descubrieron que además que el nervio oscila a la frecuencia de las vibraciones, también podían predecir cómo los sujetos humanos perciben vibraciones basándose en las respuestas neuronales a las mismas frecuencias en los macacos.

Esto quiere decir que, dada una cierta textura, se puede saber la frecuencia de las vibraciones que se producen en la piel, y posteriormente en el nervio.

Lo que significa que, si supieras la frecuencia de la seda al pasar el dedo por encima de ella, podrías reproducir la sensación de la estimulación de los nervios con la misma frecuencia sin tener que tocar la tela. (Ver La audición)

Con el siguiente vídeo, se evidenciará, la relación que existe entre el tacto y el sentido de la audición.

Relación entre el tacto y el gusto

El tacto es uno de los cinco sentidos de los seres humanos y otros animales, a través del cual el cuerpo percibe el contacto con las distintas sustancias, objetos, etc.

El tactoA pesar de ser el que funciona a través de la piel, el órgano más extenso del cuerpo, es el menos desarrollado de los cinco sentidos.

Es el sentido que actúa por contacto de sustancias solubles con la lengua.

El ser humano es capaz de percibir una gran diversidad de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos la textura, la temperatura, el olor y el gusto.

La lengua está compuesta por numerosas terminales nerviosas que producen sensaciones táctiles y térmicas, además de gustativas. Los niveles de detección de azúcar, sal, cafeína y ácido tartárico se agudizan cuando se presentan en forma de gel siguiendo el orden de sensibilidad de forma espumosa (mousse) y luego el líquido. (Ver El Gusto)

Relación del tacto con la comunicación

El tacto tiene relación con la comunicación y podemos encontrarlo, en el comportamiento de las personas, del cual se origina una gran diversidad de sensaciones que se producen, en la relación entre las personas y objetos entre sí.

El tacto
La comunicación y los sentidos

De los cinco sentidos, el tacto, resulta ser el más desarrollado por los seres vivos, le sigue el olfato, la vista, el oído y el gusto.

Para poder evolucionar, se necesita desarrollar más el sentido del tacto, especialmente, porque es el sentido que posee más receptores que hay en el cuerpo humano; se cree que cerca de 170 sensores receptivos por centímetro cuadrado, por cada dos metros cuadrados de piel hacen un total de 20.000 receptores sensoriales en la dermis; también tendríamos que sumarles los tacto huella arena que se encuentran internamente.

Debido a que el tacto debe procesar tanta información, el cerebro lo ha ido perfeccionando; de ahí la importancia de este sentido ante las relaciones entre seres vivos.

Cuando se habla de tacto, no solo se refiere a nivel sensorial en la piel, sino también el hecho de comunicar a alguien una información.

El tacto
El tacto y las emociones

Para ello, se debe tener en cuenta el estado anímico y las cualidades sensoriales de la persona para saber qué transmitirle y, sobre todo, cómo transmitírselo, puesto que las maneras de decir las cosas influyen mucho en determinados momentos de la comunicación, ya que, un mal entendido en el mensaje, puede llevar a confusiones y errores por no tener el suficiente tacto al intentar transmitir un tema en un momento determinado.

Últimamente los psicólogos se han inclinado a investigar si las emociones pueden comunicarse mediante el tacto y cómo lo hacen.

Recientemente,  Matthew Hertenstein demostró que dos personas de diferentes culturas pueden comunicarse las emociones más frecuentes como la ira, el miedo, el disgusto, el amor, la gratitud y la simpatía con sinplemente tocarse en un brazo, pero no las emociones de sorpresa, felicidad y tristeza, ni las emociones “autodirigidas” como vergüenza, envidia y orgullo.

Actualmente, Erin Thompson y James Hampton se adhieren a esta corriente para comparar la capacidad de comunicación emocional que se fundamenta en el tacto entre desconocidos y personas relacionadas sentimentalmente.

El sentido del tacto en los bebés

El tacto
El tacto en los bebes

El tacto es, quizás el sentido más importante para el bebé, especialmente, durante las primeras semanas de vida, ya que es a través del tacto, que se origina el vínculo entre madre y bebé, conocido como apego, es decir el afecto entre madre y bebé. El tacto también le sirve al bebé para comunicar sus necesidades, a interactuar con otras personas y a aprender a explorar su entorno.

El sentido del tacto se desarrolla, a partir de la séptima u octava semana desde la concepción.

La relación con el bebé comienzan a través del tacto: en los mimos, abrazos, a la hora de alimentarlo, bañarlo y cuando está inquieto o llorando, al tranquilizarlo.

A medida que pasa el tiempo, el bebé, a través del sentido del tacto aprenderá a distinguir texturas y formas del mundo que lo rodea.

El sentido del tacto del bebé empieza a desarrollarse durante el embarazo y continúa desarrollándose y evolucionando durante su primer año de vida y aún después.

En el siguiente vídeo, se habla de la importancia del sentido del tacto en los niños, especialmente en los bebés.

Actividades para ayudar el sentido del tacto

Aunque el tacto comienza a desarrollarse desde el vientre, es importante la estimulación táctil, en los primeros meses de vida, mientras los otros sentidos, logran su desarrollo completo.

El tacto
Séptima semana de gestación

Como ya se mencionó, los bebés comienzan su aprendizaje, con el sentido del tacto. Por lo que las primeras sensaciones táctiles serán las más importantes e intensas.

En la actualidad, hay muchos juguetes y actividades se enfocan en el sentido del tacto y la exploración sensorial. Mientras un niño se concentra en un juguete táctil, también está utilizando y con ello desarrollando, los otros sentidos.

La estimulación táctil contribuye a la tonificación y expansión del tacto, que a su vez, estimula a las neuronas y a las conexiones entre ellas para un buen desarrollo motor y psicoemocional del niño.

La estimulación táctil, no solo aporta beneficio al desarrollo intelectual del bebé, también contribuye a que vaya reconociendo su mundo.

Existe una gran variedad de objetos y materiales a utilizarse en la estimulación táctil. Dicho material debe ser variado, para despertar la curiosidad del bebé.

El objetivo principal de la estimulación táctil es desarrollar en el bebé o niños:

El tacto
Panel de actividades
  • Placer de sentir
  • Otorgar experiencias táctiles
  • Conciencia del contacto
  • Movimientos motores mayores (motora gruesa)
  • Movimientos motores menores (motora fina)
  • Discriminación táctil
  • Memoria táctil

El material que va a utilizarse para la estimulación táctil, debe tener variedad de texturas, además de ser agradables al tacto.

Estos pueden ser elementos tales como la hierba, paja, hojas, piedras, arena, agua, etc.

Una actividad interesante para el bebé sería, elaborar un panel de texturas: que no es otra cosa que realizar a mano, una especie de cuadro con diferentes tipos de texturas, para que el niño toque y experimente.

De igual manera, se puede realizar un panel para que el bebé lo pise y sienta diferentes texturas, suaves, rugosa, gelatinosa, textil, etc.

Este vídeo enseña una manera práctica y fácil de hacer un tablero o panel de actividades para el bebé.

Tacto pedagógico

El tacto
Tacto Pedagógico

El concepto del tacto pedagógico, que consiste específicamente, en la capacidad de saber actuar con eficiencia ante las situaciones que ocurren en el aula, a crear un clima de aprendizaje adecuado para sus alumnos, de determinar las características de cada niño; así como ser capaz de mostrar seguridad, confianza, comprensión entre otros aspectos.

“El tacto pedagógico consigue lo que consigue ejercitando una cierta sensibilidad perceptiva, así como practicando una preocupación afectiva por el niño activa y expresamente.” (Van Manen, 1986)

Van Manen quería indicar que mientras mejor sea la comunicación que se establece entre el niño y el maestro, mejores serán los resultados en la enseñanza, por ello los maestros y/o profesores, deben prestar atención e interesarse en los problemas que los alumnos enfrentan en su vida y hacerles sentir que les interesan.

Citando de nuevo a Van Manen, un buen profesor sabe cómo y cuándo una experiencia de aprendizaje determinada, es demasiado difícil o demasiado fácil y si esta dificultad, o la ausencia de dificultad, es positiva desde un punto de vista pedagógico.

Además de estar claro que cualquier situación de aprendizaje, se experimenta de forma diferente en cada uno de los alumnos, según sus características y saber que cada niño aprende de manera diferente.

Con el siguiente vídeo se demuestra la importancia del tacto en la enseñanaza y se explica el significado del tacto pedagógico.

El sentido del tacto en los animales

El sentido del tacto en los animales, a través de los mecanorreceptores, les permite responder a los estímulos, lo que les facilita la orientación y el movimiento.

Los corpúsculos de Meissner de los mamíferos detectan contactos sutiles. Mientras que los corpúsculos de Pacini detectan vibraciones y presiones. Los pelos de los mamíferos realizan funciones táctiles, de aislamiento, de camuflaje y comunicación.

El tacto
El tacto en los animales

Las vibrisas o bigotes de los animales, son muy sensibles al tacto y a los movimientos del aire y son de gran ayuda para ellos, cuando hay poca visibilidad.

Los artrópodos tienen rígidos pelos sensoriales que detectan los movimientos del aire, agua o tierra. Como estos pelos están conectados a los senos sanguíneos, cualquier movimiento estimula los mecanorreceptores. Si un pelo sensorial se mueve, origina un impulso nervioso en una célula receptora.

Sin embargo, en los invertebrados, como las vieiras y los bivalvos, cuentan con unas estructuras con las que detectan el movimiento, llamadas estatocistos. Ver Astrocitos)

El tacto en los perros

Aunque el tacto no es el sentido más desarrollado en los perros, es el que se desarrolla primero. Los perros tienen sensores receptivos en toda la piel, aunque es en los cojinetes, la columna vertebral y en la cola donde tienen más sensibilidad.

El tacto
Cojinetes

No obstante, estos sensores no tienen tanta sensibilidad como ocurre, en los humanos. También, cabe destacar que los pelos que tienen alrededor de los ojos, las mejillas, los labios y bajo la mandíbula, son sensoriales que les sirven para reconocer objetos y orientarse en la oscuridad. Es lo que se conoce como vibrisas o, coloquialmente, bigotes. Aunque algunas razas solo tienen estos pelos en labios y ojos.

Para los perros, el sentido del tacto es muy importante para los para su socialización. Por ejemplo, gracias a él, perciben sensaciones como el calor, el frío y el dolor.

Es importante resaltar, que no todos los perros consideran igual de agradables, desagradables o dolorosas las mismas sensaciones.

El tacto en los gatos

El gato, como todos los felinos, presenta una gran agudeza de sus sentidos como su vista, que le permite desenvolverse en la más absoluta oscuridad o su oído, capaz de escuchar sonidos casi imperceptibles a grandes distancias.

El tactoLos receptores táctiles de la cabeza del gato se encuentran especialmente en la nariz y los bigotes del gato. La nariz le permite detectar el frío y el calor, mientras que los bigotes le permiten detectar el viento y a evitar hacerse daño cuando camina en la oscuridad y a orientarse, pues cuando las pupilas del animal están muy dilatadas, y no puede enfocar bien los objetos cercanos, momento en el que entran en acción los bigotes.

Los gatos tienen en las patas, el sentido del tacto , específicamente en las almohadillas plantares, en las cuales poseen  una gran sensibilidad que les permite percibir vibraciones del suelo a través de sus patas y analizar la textura y la forma de cualquier objeto que esté próximo a ellos.

Es por ello que los gatos suelen acariciar con la pata un juguete u objeto que tengan su alcance para obtener información sobre él, determinar si es comestible o no o si supone un peligro. (Ver Nervio mediano)

Para los gatos el tacto tiene una significación especial, como podremos ver en el siguiente vídeo.

Acciones que dañan el tacto

La capacidad de percibir sensaciones, puede ser afectada por lesiones en las superficies con terminales nerviosos como, quemaduras, callosidades, producidas por la fricción o presión extrema en la piel, heridas o cortes,  causados por esfuerzo y trabajo extremo en la zona, uso de químicos abrasivos, cuidado inadecuado de la piel, mala alimentación, inadecuada circulación sanguínea.

El tacto
Exposición a los rayos solares

Algunas de las acciones más comunes que pueden dañar el tacto son:

  • Bañarse todos los días y no secar la piel puede producir el desarrollo de microorganismos causantes de enfermedades.
  • La exposición a los rayos solares, especialmente a medio día sin la protección adecuada que ofrecen los protectores solares.
  • No prevenir quemaduras, cortadas y cualquier tipo de herida, ignorando las normas de seguridad necesarias.
  • No limpiar ni desinfectar cualquier herida.
  • No acudir al dermatólogo si se tiene algún problema con la piel.

Cómo cuidar el tacto

El tacto
Protección de la piel

Recomendaciones para cuidar nuestro sentido del tacto

  • No exponer la piel a temperaturas extremas, ni frías ni calientes.
  • En caso de exposición a temperaturas extremas, se debe proteger la piel con ropa apropiada a la ocasión.
  • En caso de sufrir una quemadura, no se debe mojar la herida con agua, porque se corre el riesgo de dañar el tejido de la piel y hasta se puede inutilizar el tacto en el área afectada.
  • El caso de un golpe o traumatismo en algun área del cuerpo, lo recomendable es sobarse el área dañada, proporcionando un pequeño masaje hasta que se restablezca la sensibilidad.
  • La exposición continua de un área del cuerpo a fuertes impactos pueden alterar el correcto funcionamiento del tacto.
  • Se debe cuidar la piel de infecciones, heridas y raspaduras es cuidar al tacto como sentido básico de uno mismo.
  • En la limpieza del hogar, se recomienda usar guantes para evitar maltratar la piel de las manos.

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