¿Qué es el impétigo?
En pocas palabras, podemos decir que se trata de una infección bacteriana cutánea común. (Ver también infecciones en la piel).
¿Qué es el impétigo? El vocablo impétigo se origina del latín antiguo impetīgo que significa “erupción ulcerosa que produce costras sobre la piel”. Se refiere al verbo “impetere”, que significa: “lanzarse contra o hacia algo”. Esta palabra está conformada por el prefijo “in-” que implica “hacia el interior o contra algo” y el verbo “petere”, que significa “atacar”, dando como significado final: “tratar de alcanzar, atacar, dirigirse hacia o contraerse algo”.
Es una lesión producida por agentes bacterianos que habitualmente están en nuestra piel y forman parte de la flora bacteriana transitoria, no saprófita (pues no producen infecciones), pero cuando hay una herida o erosión en la piel se reproducen y comienzan a infectar.
Aun cuando no es grave, es muy contagiosa, de allí que sea imperativo para la persona que observe las primeras señales, que más adelante analizaremos, acudir inmediatamente en busca del tratamiento apropiado y expedito para sanar.
Algunos especialistas en la materia se han referido a este mal como impétigo vulgar o impétigo contagioso. Las bacterias que producen esta dolencia atacan directamente la estructura de la piel debilitadas.
En esos ambientes, la infección puede propagarse de un niño a otro a través del contacto cercano o al compartir juguetes, ropa, toallas, sábanas, etc. Asimismo, los niños que participan en deportes de contacto como el fútbol también tienen altas probabilidades de contraer la enfermedad.
Otros factores que pueden facilitar el contagio de impétigo son la diabetes, la falta de higiene o deficiencia de la misma, lesiones de dermatitis, el hacinamiento, micro traumatismos cutáneos, clima cálido y húmedo y la baja inmunidad.
Aun cuando es muy común en niños, puede aparecer a cualquier edad y, de hecho, se han visto casos de personas adultas con este mal, el cual se puede desarrollar a partir de un resfrío o por otro virus e igualmente puede derivarse de otro problema que la persona tenga en la piel.
La mayoría de los casos de impétigo contagioso se producen más a menudo en verano. Esto se debe a las altas temperaturas y a la humedad ambiental que se registran en esa época, las cuales resultan ser condiciones propicias para la proliferación de los microorganismos.
Causas
La epidermis, la más superficial, está revestida de una sustancia denominada queratina, que es una película impermeable que protege el organismo como una barrera contra gérmenes, hongos y bacterias, que por lo general nos rodean e incluso viven sobre nuestra piel.
La transmisión se produce por contacto directo con la piel por un apretón de manos o por abrazos, o a través de la manipulación de objetos infectados. Es posible igualmente contagiarse si se está cerca de un individuo infectado y el líquido que segregan las ampollas salpica a la otra persona y llega a una zona abierta de su piel.
Las bacterias estreptococos o estafilococos son las causas del impétigo. Específicamente las que generan el impétigo son Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes y las formas cutáneas como se manifiestan varían según el agente infeccioso.
Síntomas
Los síntomas de impétigo principal y más notable, son las llagas rojas que se forman alrededor de la zona afectada. Comienzan como pequeñas manchas rojas en la piel que pueden ser tan pequeñas como un granito de arena o tan grandes como una ficha redonda.
Una vez abiertas, estas llagas supuran líquido durante unos días antes de formar costras de color amarillento, a las que se le suele llamar costras melicéricas, por su aspecto de miel. Aunque no son dolorosas, causan mucha picazón y ardor. Al rascarse las llagas, pueden propagarse de una parte del cuerpo a otra y aumentar de tamaño.
Como ya se mencionó, el contagio se produce por el contacto directo, principalmente a través de traumas que pudiéramos tener en la piel, tales como arañazos, picaduras de insectos o cortaduras, heridas. También se transmiten por la manipulación de objetos, prendas de vestir, sábanas y toallas que ya infectados.
Las lesiones normalmente se localizan alrededor de los orificios de la nariz, en la comisura de los labios, en el cuero cabelludo, en las axilas, extremidades superiores e inferiores. Es interesante señalar que se han reportado casos de impétigo en pieles donde no había ruptura alguna, ni alteración cutánea, tampoco lesión visible.
En estos casos la razón para la ocurrencia de la infección puede deberse a falta o mala higiene o a la presencia de otra infección que contaminó la piel.
Cuanto más tiempo se deje sin tratar esta enfermedad, mayores serán las dificultades para que sane y, por ello, la urgencia de consultar a un médico tan pronto como comience a notar alguno de sus síntomas.
Tipos
Todos los tipos de impétigo son productos de infecciones que suelen atacar la piel, siendo en mayor grado detectado en niños. Seguidamente pasaremos a detallar cada uno de sus tipos al detalle, para que conozca sus manifestaciones y características.
Impétigo no ampolloso
Es el tipo más común por lo que también se le denomina impétigo común.
Lo causan los estreptococos. Generalmente, la afección comienza cuando aparecen pequeñas erupciones rojas, parecidas a picaduras de mosquitos, que rápidamente se convierten en pústulas pequeñas (lesiones con pus) con enrojecimientos, las cuales estallan, formando costras de coloración amarilla, dorada o miel.
En este tipo se distingue por ser el grado leve de la enfermedad, en el cual aparecen las pequeñas ampollas que mediante una estricta limpieza con agua tibia y la aplicación de un antibiótico tópico en cada ampolla, es posible que en un tiempo breve desaparezca la infección. No causa dolor, solo comezón y molestia en el área donde están las ampollas.
Impétigo ampolloso
Este tipo es un poco más severo, aunque menos frecuente. Es causado por la bacteria Staphylococcus aureus, la cual es capaz de producir toxinas capaces de hacer que se desprendan pequeñas porciones de la capa más superficial de la piel, lo cual conlleva a que aparezcan las ampollas.
Se presenta normalmente en los miembros tanto superiores como inferiores, glúteos y tronco, sin afectar el rostro.
En este tipo de impétigo se observan dos grados de intensidad de la enfermedad: un grado moderado y un grado severo.
- Moderado
La secreción interna se torna color amarillo miel.
En este grado moderado se requerirá también de limpieza con agua tibia y un antibiótico en forma de crema o ungüento.
En ocasiones tal vez amerite administrar un antibiótico vía oral.
Tampoco causa fiebre, solo la picazón y las lesiones cutáneas.
- Severo
En el grado severo se observa la total expansión superficial de la infección por todo el cuerpo. Las ampollas son más grandes, lesiones más profundas y ocurre la aparición de las costras por la secreción de las ampollas.
En estos casos es muy probable que se requiera hospitalización de manera de aplicar un tratamiento más intenso y profundo a base de inyecciones. Probablemente se presente un cuadro febril.
Como primera fase de la lesión del impétigo ampolloso se observan pústulas pequeñas, que muy rápidamente se convierten en ampollas con el contenido amarillento purulento. Surgen enrojecimientos y escozor en el área. Es posible que las ampollas se revienten formando una zona costrosa mayor también de color amarillento. Puede llegar a producir fiebre, así como malestar general y falta de apetito.
Ectima
Ectima
Un tercer tipo es el impétigo profundo o, mejor conocido como ectima. Los especialistas lo señalan como la forma más severa del impétigo. Su acción se localiza en las capas más profundas de la piel.
En este tipo de impétigo se observa la formación de úlceras en la piel, las cuales pueden drenar pus. Estas úlceras después se convierten en costras gruesas color amarillo y con bordes rojos. Son de rápida sanación, pero dejan cicatrices. Por lo general, suelen afectar las extremidades inferiores del paciente. Puede ser causada tanto por el Streptococcus pyogenes como por el Staphylococcus aureus.
Por otra parte, la ectima puede a menudo convertirse en afecciones más severas como la celulitis o también la erisipela.
Esta lesión se origina comúnmente de la bacteria estreptococo. En algunas ocasiones, se ha observado que la infección sea provocada por una combinación entre el estreptococo y la bacteria del estafilococo. Al igual que el tipo no ampolloso, se inicia por una lesión en la superficie cutánea, tal como una picadura de un insecto, una cortadura o una raspadura.
Pacientes con diabetes son los más propensos a desarrollar y sufrir ectima, así como aquellos cuyo sistema inmune está debilitado. Es un tipo ulcerativo de la afección tipo pioderma, que es otra clase de lesión bacteriana de la piel.
La pioderma tiene varias fases en cuanto a su severidad, ya que de una erupción superficial puede pasar a ulceraciones mucho más profundas con gran contenido de pus. Un aspecto característico de esta dolencia es que puede provenir de parásitos, alergias e incluso se han presentado casos en la que es ocasionada por desequilibrios hormonales, de lo cual difiere de la ectima.
Es de señalar, que ese aspecto es muy similar a las ampollas que aparecen en el impétigo ampolloso. Pero, como ya se ha mencionado, la ectima se propaga en forma más rápida y profunda dentro de la piel. Al desaparecer la ampolla, se forma una úlcera con una costra gruesa que se torna color marrón oscuro.
Aparecen también enrojecimientos en la zona, así como inflamación alrededor de la lesión. En esta etapa pueden supurar pus. No es frecuente fiebre en la ectima.
El ectima puede conllevar a complicaciones por:
- Proliferación de la infección a otras partes del cuerpo
- Daño permanente de la piel por la cicatrización.
Tratamiento
Siendo una enfermedad de carácter muy contagiosa, el tratamiento del impétigo a seguir se incluyen medidas no sólo de medicamentos, sino también de prácticas de higiene y alimentación para lograr su total erradicación. Importante para tratar este mal es contar con el diagnóstico médico y a partir de éste, recetar el tratamiento acorde con la condición tanto del paciente como de la fase en que se encuentra la patología.
No obstante, se han presentado casos que incluso sin tratamiento, se ha curado la afección, pero un lapso más prolongado de unas dos o tres semanas. Pero si se aplica el apropiado tratamiento del impétigo se garantiza que la curación sea más rápida, segura y total. Aparte de que reduce el riesgo de propagación de la infección a otras partes del cuerpo o a otras personas.
No hay secuela de cicatrización por el impétigo; sin embargo, es probable que sí se presente una hiper o hipo pigmentación una vez que ha desaparecido la inflamación. En los pacientes recién nacidos que reciben tratamiento temprano y apropiado tienen una excelente posibilidad de recuperación sin complicaciones. Después de que comienza el impétigo tratamiento con antibióticos, la curación debería iniciarse en unos pocos días.
Cuidado de la lesión durante el tratamiento
Mientras la infección esté sanando, es imprescindible lavar la piel con una gasa limpia y un jabón antiséptico todos los días. Remojar cualquier área de la piel que presente costra usando agua tibia y jabón para ayudar a eliminar las capas de corteza (no es necesario que se elimine toda la capa).
Asimismo, para evitar que el impétigo se propague a otras partes del cuerpo, es probable que el especialista recomiende cubrir las áreas infectadas con gasa y una cinta adhesiva o un vendaje de plástico suelto. Se debe tener las uñas cortas y limpias al momento de hacer la cura de la lesión para evitar rasguños que podrían causar una infección peor.
Para la ectima, generalmente, se recomienda colocar un paño de agua tibia sobre la zona afectada para ayudar a retirar las costras de la úlcera. Igualmente, se sugieren efectuar lavados con un jabón antiséptico o peróxido para acelerar la recuperación. Esta enfermedad del impétigo, en sus tres tipos, se puede tratar con antibióticos tópicos. Éstos son el primer método aplicado para buscar curar y acortar el período de infección y evitar su propagación.
Tratamiento tópico
Cómo se ha señalado, el tratamiento tópico se refiere en medicina, a aquel en el que se prescribe un tópico, que es un medicamento de uso externo y local sobre la piel o las membranas mucosas. Los tópicos son los ungüentos, cremas o pomadas.
Cuando solo afecta a un área pequeña de la piel, sobre todo si se trata del tipo no ampolloso, se receta el ungüento antibiótico por un período de 5 días. El principio activo de la terapia tópica comienza a actuar al momento de su aplicación directamente sobre la zona infectada del órgano diana (se refiere cualquiera de los órganos que forman el cuerpo humano, cuando reaccionan a algún estímulo, ya sea interno o externo).
En la aplicación del tratamiento tópico, el antibiótico va penetrando la piel pasando por el estrato córneo hasta llegar a la grasa subcutánea. Con la aplicación vía sistémica, ocurre justo al contrario.
El estrato córneo de la piel es la principal vía de penetración y cuando no está dañado constituye una barrera protectora, con lo cual se genera un tejido continuo entre la epidermis y la subdermis que contiene el ingreso de bacterias. Es por ello pertinente señalar que con aplicar más a menudo el tratamiento, no se va a incrementar su eficacia ni su absorción, lo importante es restaurar la barrera protectora. En general, una o dos dosis diarias son suficientes.
Tratamiento con antibióticos
Ahora bien, si la infección se ha diseminado a otras áreas del cuerpo o la pomada ya no está surtiendo el efecto esperado, lo más conveniente es acudir al médico para que recete un antibiótico vía oral en cápsulas o líquido. El especialista determinará si será por un período entre 7 y 10 días.
Importante asegurarse de tomar el medicamento tal y como se ha prescrito, de lo contrario, podría desarrollarse algunas infecciones en la piel más profundas y graves.
Tratamiento natural
Existen diversos productos naturales, fototerapia y terapias naturales para tratar el impétigo, los cuales pueden muy bien ayudar a curar el impétigo. Su utilización no tiene efectos inmediatos, pero su aplicación es efectiva sin dejar secuelas.
Productos naturales y/o aplicación de preparados medicinales
- Aceite de mirra: Alivia el malestar ocasionado por la picazón e hinchazón cutánea.
- Zinc: Gracias a sus propiedades inmunológicas ayudan a aumentar las defensas y fortalecer el organismo contra este tipo de microorganismos patógenos.
- Vinagre caliente: Se conoce como antibiótico natural. Detiene la proliferación de la infección. Para su aplicación se mezcla el vinagre con agua caliente y con un algodón se coloca sobre la zona con impétigo.
- Miel de Manuka: Gracias a sus propiedades anti bacterianas y cicatrizantes ayudan a sanar la infección y detiene su propagación. Se aplica sobre la lesión y se deja actuar por dos horas.
- Aceite de caléndula: Remedio natural que contribuyen a desinflamar y desinfectar las lesiones. Alivia la comezón y dolor causado por las llagas. Acelera el proceso de curación de estas erupciones cutáneas. Se diluyen 4 o 5 gotas de este aceite en agua y se coloca sobre la zona de las erupciones con un algodón dos veces al día.
- Nabo: Ayuda a la desinflamación. Se remojan las rodajas de nabo en una solución de vinagre natural por seis horas aproximadamente. Si se consume mejora su eficacia.
- Ajo: Ofrece varias propiedades curativas; a saber: antiinflamatorias, antibacterianas, antimicóticas, antivirales. Consumir con los alimentos.
- Gel de áloe vera: Planta muy utilizada por sus cualidades medicinales. Es humectante, anti inflamatoria con lo cual disminuyen los síntomas del impétigo. Contribuyen en la regeneración del tejido cutáneo y desinfección del área afectada. Ayuda a erradicar las bacterias, lo que acelera la sanación de las llagas. Se aplica todos los días el gel con un algodón sobre las ampollas sin frotar y sin presionar.
- Aceite de oliva: Posee propiedades antisépticas que ayudan a la curación del impétigo. Se aplica una pequeña cantidad sobre el área lesionada.
- Infusión de tomillo: Es un poderoso antibiótico natural que ayuda a eliminar las bacterias que provocan la aparición de estas llagas. Se prepara la infusión con dos vasos de agua hervida y dos cucharadas de tomillo. Se deja reposar unos 15 minutos para aplicarlo tibio con un algodón sobre las áreas afectadas.
Plantas medicinales o fitoterapia para el impétigo
Esta ciencia de la fitoterapia consiste en el tratamiento de las enfermedades utilizando ciertas especies vegetales y sus derivados.
Este es un conocimiento médico bien útil al momento de tratar infecciones de una manera inocua, el cual nos aporta información sobre las propiedades de las plantas medicinales y sus extractos derivados. Ya sabemos de este uso terapéutico de estas plantas que nos brindar un medio natural de poder tratar y aliviar, e incluso curar enfermedades.
Debemos, entonces, aprovechar las alternativas que nos ofrece la fitoterapia mediante las cuales podemos recuperarnos de ese cuadro infeccioso ocasionado por el impétigo, y que contribuyen en gran medida a nuestra recuperación:
- Plantas medicinales para aumentar las defensas:
Son plantas que se pueden tomar en forma de infusión o en gotas. Contribuyen a restablecer el sistema inmune y así aumentar nuestras defensas, que pudieran haberse afectado por los antibióticos. De esta manera no quedamos propensos a adquirir una nueva infección.
Dentro de este grupo de plantas se cuentan: la echinacea, el tomillo o el propóleo o própolis (que se deriva de la sustancia que segregan las abejas para limpiar su colmena de gérmenes y virus). También se incluyen el polen de abejas, la levadura de cerveza, el zumo de zanahoria y de naranja, por su gran aporte de betacaroteno y vitamina C, grandes reforzadores del sistema inmune.
- Plantas medicinales para depurar el organismo:
Son plantas desintoxicantes muy apropiadas para expulsar, a través de los riñones y el hígado, las toxinas que se generaron a partir de la infección. Entre ellas tenemos: el diente de león, la ortiga, la alcachofa y la bardana. Se recomienda tomar una infusión de estas plantas dos o tres veces al día. Igualmente, se incluye kéfir de leche o de agua, que mejoran la flora intestinal que siempre “sufre” cuando hay una infección).
Terapias naturales para el impétigo
Siempre se debe informar al doctor sobre las terapias que usen o se consideren usar.
Homeopatía:
Es una terapia basada en el fenómeno de la similitud y en el uso de sustancias medicinales en determinadas cantidades.
El método afirma que si una sustancia puede generar ciertos síntomas y desórdenes en una persona sana, también en cantidades pequeñas puede curar los mismos síntomas y desencadenar las mismas reacciones curativas en una persona enferma, aliviando síntomas y corrigiendo los desórdenes similares.
En esta terapia los homeópatas buscan el remedio adecuado para el enfermo más que para la enfermedad. Sin embargo, es posible utilizar algunos remedios homeopáticos específicos para atacar el impétigo tal como el psorinum, el mezereum y el antomonium crudum. Estos son elaborados a partir de extractos de plantas, de sustancias minerales como el fósforo o el azufre, de sustancias de origen animal como la abeja o la cantárida.
Su presentación más común y tradicional es en pequeños glóbulos o gránulos de sacarosa o de una combinación de sacarosa y lactosa, impregnados con el medicamento. También se usan gotas, en cremas, pomadas, lociones, óvulos y colirios.
Oligoterapia
Esta terapia alternativa utiliza los oligoelementos, que son los minerales que están presentes en nuestro organismo en cantidades menores y que son indispensables para nuestro cuerpo sano.
Estos oligoelementos son el cobre, el zinc, magnesio y cobalto que requerimos en muy pequeñas dosis. No están presentes en muchos alimentos, razón por la cual muchas veces carecemos de las cantidades requeridas y se genere alguna enfermedad. Se requiere, entonces, la ingesta de oligoelementos específicos y apropiados según las características de la dolencia o infección que se deba combatir. No producen efectos secundarios ni interactúan con otros medicamentos.
Todo tipo de pacientes, incluso niños, ancianos y personas debilitadas, pueden tomar los oligoelementos en tomas infinitesimales. Se recetan según la fase en la que se encuentre la afección. Así, el cobre-oro-plata se administra cuando aparece el impétigo. También cuando la persona se sienta muy cansada o ha recaído de otra infección.
Cuando hay fatiga o la afección ha aparecido de repente, se suministra cobre (por su función antibiótica) y el azufre se emplea para eliminar o drenar la infección a través de otra vía que no sea la piel (favorece la depuración de toxinas a través del hígado).
Alimentos para combatir el impétigo
Alimentos probióticos
Son los que contienen una serie de bacterias que se han catalogado como “buenas”, en virtud de que ofrecen cualidades saludables que nos ayudan a fortalecer el sistema inmune, prevenir que aparezcan en nuestro organismo otros microorganismos que pudieran provocar infecciones como la del impétigo y, además, incrementan la producción de determinadas vitaminas, cuyo aporte nos permite una rápida recuperación.
Estos probióticos son: microalgas, chucrut (o col blanca fermentada), té kombucha, sopa de miso, aceitunas, kéfir (o leche de cabra fermentada), chocolate negro.
Alimentos ricos en zinc
Optar por aportes de fibras, contenidas en frutas y verduras, a fin de prevenir el estreñimiento, ya que un intestino limpio siempre colabora en que eliminemos más fácilmente las toxinas y a la vez funcione mejor nuestro sistema inmune.
Impétigo y otras afecciones cutáneas
De no ser atendida oportuna y adecuadamente, el impétigo podría desencadenar complicaciones. No son comunes, pero pueden ser graves. Entre ellas se pueden considerar las siguientes:
- Celulitis facial: Patología muy severa que provoca la hinchazón y dolor de las capas internas de la piel del rostro. El paciente puede presentar fiebre, dolores musculares, náuseas, fatiga, escalofríos.
- Linfangitis: Es una inflamación de los canales linfáticos infectados por bacterias que penetran al tejido cutáneo a través de alguna herida, picadura de algún insecto, abrasión, también por piercings, tatuaje, paroniquia, que es la infección de la piel alrededor de las uñas de las manos o de los pies.
- Linfadenitis: Inflamación de uno o más ganglios linfáticos, con frecuencia se origina por alguna clase de microorganismo, como pueden ser bacterias, virus, protozoos, hongo, etc. Afección que por lo general es provocada por alguna infección que se extiende hasta un ganglio a partir de la infección que se puede hallar en la piel, en el oído, en la nariz o en los ojos.
- Psoriasis guttata: Afección cutánea no infecciosa que puede infectar a niños y adultos jóvenes después de una infección de la piel.
- Fiebre escarlata: Extraña infección bacteriana cutánea causada por Streptococcus pyogenes, inflamatorio, que por lo general puede resultar crónica y reincidente.
- Sepsis: Enfermedad bacteriana de la sangre, que se produce por una infección que ha provocado que el sistema inmune responda en forma deficitaria o desproporcionada, afectando a varios órganos del cuerpo.
- Psoriasis localizada: Afección crónica de la piel en la cual brotan manchas rojas con escamas blancas por lo general en el cuero cabelludo, aunque también pueden aparecer en las rodillas y en los codos. Provoca ardor y picazón en el área afectada.
- Dermatitis: Es patología alérgica de la piel que se manifiesta con distintos síntomas. Entre ellos el paciente puede sufrir de piel rojiza, picazón, descamación y aparición de ampollas llenas de líquido transparente virulento en ciertas partes del cuerpo.
- Dermatitis atópica: Se caracteriza por la sequedad presente en la piel, que genera irritación y descamación. Provoca mucha picazón y sensibilidad constantes. Es una dolencia de tipo crónico y hereditario.
Prevención
A fin de evitar males mayores y una proliferación de la enfermedad entre la población infantil e incluso adulta del lugar donde se detectó el primer infectado, se sugiere la implementación de tratamientos preventivos tendientes a detener la propagación.
Entre las prácticas de una buena higiene están:
- Asearse regularmente para disminuir las bacterias de la piel.
- Lavar las manos con frecuencias para reducir la cantidad de bacterias que se encuentran en la piel.
- Cubrir cualquier herida que tengamos en la piel, incluso o picaduras de insectos para proteger el área de la infección.
- Mantener las uñas cortas y limpias.
- No tocar ni rascarse las llagas abiertas. Esto extenderá la infección.
- Lavar todo lo que entre en contacto con las llagas de impétigo en agua caliente y un poco de lejía para lavar ropa.
- Cambiar la ropa de cama, las toallas y la ropa todos los días, hasta que las llagas ya no sean contagiosas.
- Limpiar y desinfectar las superficies, el equipo y los juguetes que puedan haber estado en contacto con el impétigo.
- No compartir artículos personales con alguien que tenga impétigo.
- Mantener una correcta hidratación de manera de fortalecer la función barrera de protección que tiene la piel.
- Usar protectores solares para prevenir las quemaduras en época de verano.
En resumen, podemos decir que la buena higiene es clave para prevenir la propagación del impétigo. Esto incluye limpiar todo lo que entra en contacto con las lesiones.
Y como recomendación general, los niños con impétigo deben quedarse en casa hasta que esté totalmente restablecido de la afección; es decir, ya no sea contagioso. Por su parte los adultos con impétigo en la etapa de contagio y que trabajan en ocupaciones que implican un contacto cercano con otras personas deben consultar con su médico sobre cuándo regresar al trabajo.
Fisiopatología
A partir de esta definición, habitualmente se han determinado, según la fisiopatología de la afección y la del paciente, dos fases de impétigo:
Impétigo primario
La primera de las dos fases de impétigo se refiere al momento cuando se produce la invasión directa de la bacteria en la piel sana. En el impétigo estreptocócico o primario, los microorganismos patógenos en un principio se establecen sobre la piel sana e intacta y luego atraviesan la barrera cutánea debido a alguna abrasión, picadura o pequeño trauma, ocasionando las lesiones impetiginizadas y generando cepas de infección que se propagan por un tiempo que puede ser entre 2 y 3 semanas.
Impétigo secundario
Está referido a cuando la infección aparece sobre lesiones cutáneas subyacentes (tales como la eczema, la sarna) o también después de traumas que alteran la barrera cutánea. En este caso los gérmenes ya están establecidos por previas afecciones y el estafilococo ocurre en el sitio produciendo la lesión cutánea. Vemos así como según la fisiopatología se puede determinar procesos infecciosos distintos aun cuando se refieren a la misma enfermedad.
Estas diferencias en la fisiopatología de la enfermedad se deben a los escenarios que han favorecido la aparición del impétigo, como ya hemos visto; a saber: mala o escasa higiene personal y del entorno donde se vive, elevada temperatura, mucha humedad, la edad de la persona, enfermedad cutánea previa o de base (sarna, micosis, eczema, herpes simple), picaduras de insectos, estado portador de estafilococo, tratamiento antibiótico previo, diabetes, inmunosupresión, descuido al manipular traumas leves.
Diagnóstico diferencial
Ahora bien, dentro de las fases clases fisiopatológicas de la enfermedad, presentan comportamiento ligeramente diferentes en lo que a su diagnóstico se refiere, lo cual podría llevar a un diagnóstico errado, si no se es preciso en la verificación de la sintomatología, que se puede confundir con otras infecciones de la piel.
Así, en cuanto a su presentación clínica, encontramos que:
- El impétigo primario presenta lesiones en la piel, lo cual encontramos también en otras patologías de la piel como las excoriaciones, dermatitis peribucal y seborreica, entre otras.
- El impétigo secundario muestra ampollas intactas, al igual que la dermatitis de contacto, herpes simple, herpes zoster, foliculitis bacteriana, quemadura térmica, penfigoide ampolloso, dermatitis herpetiforme, porfiria cutánea tarda.
Impétigo en perros
El impétigo es también un padecimiento para nuestros cachorros. Es una ocurrencia frecuente tipo dermatitis pustular que aparece en los primeros meses de vida de perros jóvenes prepúberes, aun cuando también se ha detectado en animales adultos con efectos más graves.
Por lo general, el Impétigo en perros se observa las lesiones en las zonas ventrales del cuerpo y en las que presentan menos pelaje.
Causas
¿Cuál es el impétigo? Su aparición a menudo se atribuye a malas condiciones de higiene, a una mala alimentación, a parasitosis intestinal, enfermedades víricas, etc. También se señala que el Impétigo en perros puede aparecer en perros adultos, si el animal ha estado en sitios donde hay mucha vegetación, la cual puede lesionar su piel y provocarles los microtraumatismos en las zonas del cuerpo con poco pelo por entran los gérmenes.
Síntomas
Con frecuencia, se dice que se trata de un proceso benigno, pero las molestias de la infección resultan un tanto incómodas para el perro, aparte de que se deben mantener extremo cuidado con ellas para que no se vuelvan un proceso infeccioso más complicado y más grave.
A través de estos micro traumatismos fácilmente ingresan las bacterias, gérmenes y hongos anidándose en la primera capa de la piel, la cual se comienza a hinchar. Se observan enrojecimientos en la zona infectada e hipersensibilidad a la palpación. Si comenzamos ver pequeños granos brotados en el abdomen de nuestro cachorro, debemos acudir al veterinario, a fin de atacar el proceso de infección en sus inicios y prevenir otra enfermedad más seria y mortal.
Se observa la ubicación de la infección en la epidermis debajo del estrato córneo. En ese sitio se presentan las llamadas pústulas sub córneas en las áreas sin pelo de la piel. Sobre todo, se observan esas ampollas en la parte inguinal, así como en el área axilar. Las pústulas se rompen fácilmente y generan la costra amarillenta por el secado del pus. El animal no suele dar muestras de dolor ni prurito.
Tratamiento
En la clínica, se le debe efectuar un examen general al animalito y a partir de éste y de las pruebas complementarias pertinentes, se diagnostica la causa de la aparición del impétigo.
En algunos casos, ciertamente, el especialista puede recetar antibióticos vía sistémica, el cual se administrará siempre bajo su estricta supervisión. Igualmente se receta el uso diario de champús antisépticos para aliviar molestias y sanar definitivamente la erupción.
Prevención
Recomendamos tomar ciertas previsiones para evitar enfermedades en la piel de nuestros cachorros. Entre ellas se pueden incluir las siguientes:
- Cuando se baña al perro, procurar secarlo completamente, de manera de evitar que esté mucho tiempo húmedo.
- Utilizar los champús y jabones apropiados para perros. Preferiblemente antisépticos y naturales.
- Procurar en la medida de lo posible que se bañe en pozos, charcos y quebrada insalubres.
- Tratar de suministrarle una dieta rica en productos naturales saludables. La dieta debe ser lo más equilibrada posible.
- En caso de alimentarlos con pienso, cerciorarse que son de buena calidad.
- Llevarlos a consulta periódicas con el veterinario.
En cuanto al pienso debemos precisar algunos datos para tener mayor conocimiento sobre el mismo y poder ubicar el mejor y más apropiado para nuestro perro.
Alimentación
Pienso, ¿qué es?
Es un compuesto alimenticio preparado especialmente para mascotas, en el que se combinan diversas materias primas, que incluyen productos vegetales, animales y/o minerales.
Dichas materias primas pueden ser procesadas o no y a partir de ellas se logra un alimento nutritivo y sano para nuestros cachorros. Para la fabricación del pienso se debe seguir la normativa legal que existe en cada país para tal fin de manera que el producto obtenido sea realmente beneficioso según la clase de animal al cual va destinado.
El alimento cubre todas las necesidades nutricionales del perro, lo que redunda en una salud y condición física óptima.
Tipos de pienso
En el mercado se encuentran dos tipos de pienso:
Completos
Éstos mezclan ingredientes diferentes a fin de aportar al animal todos los suplementos nutricionales que necesita. Este es el tipo que se suministra normalmente en la alimentación de aves, cerdos y en los animales de compañía, como el perro y el gato.
Complementarios
Alimentos de consumo humano recomendados para perros
Se recomienda mantener una dieta apropiada para nuestras mascotas, de manera de fortalecerlos y hacerlos resistentes a bacterias, gérmenes y virus. No obstante, se puede dar algunos alimentos humanos que sean seguros para su estómago y que no representen riesgo de ocasionarles molestias. Algunos de esos alimentos humanos señalados como “aprobados por perros” son:
- Pollo cocido. Se le puede suministrar al cachorro mezclado con su alimento habitual de manera de darle sabor y mayor cantidad de proteínas. Es una buena opción cuando nos quedamos sin la comida y a fin de evitar que pase hambre el perro.
- Queso. Es deliciosa para los perros, pero hay que estar pendiente que ellos no sean intolerantes a la lactosa. Se debe estar pendiente de observar su reacción. Preferiblemente suministrar los tipos de queso bajo en grasa.
- Zanahorias. Resultan muy recomendables pues son bajas en calorías, ricas en fibra, vitamina A y betacaroteno. Son recomendadas para los dientes del perro.
- Huevos. Proporcionan gran cantidad de proteína. Son fuente de riboflavina y selenio, saludables para su organismo. Se le puede dar uno cada dos días. Son fáciles de digerir.
- Auyama. Son un gran aporte de fibra y de betacaroteno/vitamina A. Ayuda a mejorar la salud del tracto gastrointestinal canino.
- Avena. Fuente de fibra soluble, es indicada para perros adultos con problemas digestivos. También es recomendado para perros que sufre de alergia con el trigo. Se debe cocinar antes de servirla al perro.
- Manzanas. Facilitan la limpieza de los residuos en los dientes del perro. Además que fuente rica de fibra, de vitaminas A y C. Se les sirve sin semillas y sin el núcleo, para evitar asfixia.
- Yogurt. Contiene grandes cantidades de vitaminas y proteínas. Utilizar los naturales, sin edulcorantes o azúcar. El yogur contiene bacterias activas pueden servir como un alimento probiótico, lo cual es beneficiosa para el sistema intestinal del perro.
Alimentos tóxicos para perros
Ahora bien, así como hemos visto varias opciones alimenticias saludables para nuestras mascotas caninas, así también debemos mencionar hay algunos alimentos humanos que no son tolerados por nuestros caninos. Son realmente perjudiciales para ellos. Se debe estar entonces informado debidamente para no incurrir en el error de proporcionar al cachorro un alimento que no es seguro.
Se ha comprobado que algunos alimentos de consumo humano son tóxicos para los perros, por lo que no se deben incorporar en absoluto en su dieta. Entre estos alimentos inadecuados, tenemos: la leche, el aguacate, las nueces de macadamia, almendras, masas fermentadas, helados, las cebollas, sal, el corazón de las manzanas, huevos crudos, el chocolate, las uvas, los edulcorantes artificiales, el ajo, las pasas, la masa de levadura, el café, los huesos pequeños.
Generalidades sobre las infecciones que vulneran la piel
Siempre hemos escuchado que la piel es el órgano más grande e importante de nuestro cuerpo, pues es la barrera que nos ayuda a protegernos de los constantes ataques de gérmenes, hongos y bacterias, además de servir como protección contra el calor, la luz, las lesiones e infecciones. Más aún, nuestra piel cumple varias funciones distintas e importantes; a saber:
- Almacena agua y grasa
- Es nuestro órgano sensorial
- Controla la temperatura del cuerpo
- Detiene la pérdida de agua
- No permite el ingreso de bacterias
No obstante, en muchas ocasiones no le prestamos la debida atención y en vista de ello, la piel es vulnerada e infectada fácilmente. Algunas de los ataques más severos que recibe nuestra piel son las infecciones.
Las más comunes de estas infecciones son:
- Las infecciones parasitarias: éstas provienen principalmente de los piojos del cuerpo, de la cabeza y sarna
- Por hongos: Debido a ellos se produce el pie de atleta e infecciones por cándida
- Bacterianas: originan diferentes afecciones de celulitis e impétigo
- Virales: Provocan la culebrilla, verrugas y herpes simple.
Nuestro cuerpo tiene distintas secciones con características y peculiaridades propias de las funciones que deben cumplir. Se observan diferencias en cuanto al grosor, color y textura. Como sabemos, la composición de nuestra piel presenta tres capas y cada una de ellas con funciones específicas. Ellas son:
Epidermis: constituye la capa más externa de la piel. Es además la más delgada y está compuesta por 3 clases de células:
- Células escamosas: son aquellas células en contacto con la intemperie y con todos los efectos que ocasiona, es por ello que esta capa se pela continuamente.
- Células basales: se localizan debajo de las escamosas.
- Melanocitos: estos se hallan en toda la epidermis y forman lo que se llama la melanina, que es la que da el color a la piel.
Dermis: es la capa intermedia y en ella encontramos: Vasos linfáticos, folículos capilares, vasos sanguíneos, estructuras de colágeno, glándulas sudoríparas, nervios y fibroblastos. Gracias al colágeno presente en la dermis es que esta capa se mantiene unida. Este colágeno, que es una proteína, está formada por fibroblastos. Esta es la capa que da flexibilidad y fuerza a la piel. Asimismo, se encuentran en esta capa los receptores de calor y tacto.
Capa de grasa subcutánea o hipodermis: es la capa más profunda y comprende una red de colágeno y de células de grasa. Gracias a esta capa podemos conservar el calor del cuerpo, aparte de que lo protege de lesiones, pues funciona como absorbente de golpes.
Factores que predisponen a nuestra piel a las infecciones bacterianas
Estudios realizados han revelado que las infecciones cutáneas aparecen cuando la flora normal de ésta es afectada por varios factores, como son: las condiciones en el clima en la que vivimos, la humedad presente en el lugar, la higiene deficiente de nuestro cuerpo, los tratamientos antibióticos previos, el habitar en sitios de hacinamiento y el padecimiento de la dermatosis inflamatorias que ya están presentes. Todos estos factores favorecen el que las bacterias se adhieran o proliferen sobre la piel.
Asimismo, los especialistas médicos destacan otros factores de riesgo que pudieran también ocasionar daños a los tejidos cutáneos. Entre ellos se cuenta la insuficiencia renal con hemodiálisis, la diabetes mellitus, el funcionamiento del sistema inmune, la dermatitis atópica y la psoriasis. Todos estos factores favorecen el que la piel sea más susceptible a la multiplicación de gérmenes.
Staphylococcus aureus
Se han clasificado los microbios o bacterias de diferentes modos según la forma que tienen. En el caso que nos ocupa las bacterias de infección de la piel tienen forma esférica reciben el nombre de cocos. Específicamente los cocos que ocasionan las infecciones en los seres humanos son los neumococos, los estafilococos, los estreptococos y los meningococos.
El estafilococo es un tipo de microbio o bacteria es causante de muchas afecciones en nuestro cuerpo, en particular de la gran mayoría de las infecciones que afectan a la piel.
Es del tipo resistente a la meticilina (SARM, que es el acrónimo de Staphylococcus aureus Resistente a Meticilina), por lo que es muy difícil de tratar, ya que no mejora con los antibióticos que por lo general se prescriben para la cura de las afecciones ocasionadas por esto microorganismos patógenos.
Pero también la podemos adquirir cuando entramos en contacto piel con piel de una persona infectada. Igualmente si tocamos objetos contaminados y tanto nuestra como nuestro sistema inmune están debilitados. Incluso los médicos que nos diagnostican, una enfermera que nos atienda, cualquier proveedor de atención médica nos pueden contagiar alguna infección, si no se han tomado las medidas de asepsia pertinentes, que son los métodos o procedimientos que evitan que los gérmenes infecten una cosa o un lugar.
De hecho, se recomiendan que al acudir a hospitales y clínicas procurar no estar tocando objetos o personas para prevenir que los estafilococos se propaguen a nuestro organismo, pues éstos pueden estar ya infectados.
Streptococcus pyogenes
Esta bacteria es también conocida como estreptococos beta-hemolítico del grupo A (GAS, por el acrónimo en inglés que se refiere a “group A streptococcus”).
Esta es una bacteria de la cual existen muchos tipos., entre ellos se cuenta el estreptococo beta hemolítico del grupo A, que ocasiona muchas afecciones en la piel. Tal como se ha señalado con anterioridad, esta bacteria habita normalmente en la piel. Asimismo, la encontramos en la garganta de las personas sanas, sin causar enfermedad.
Sin embargo, puede dar origen a muchas enfermedades si la piel o el órgano donde está alojada presenta alguna lesión o traumatismo que pueda generar la infección. Las más frecuentes ocasionadas por esta bacteria:
- Infecciones de la garganta o faringitis. En esta dolencia se pueden observar erupciones en la piel
- Infecciones de piel como el impétigo que hemos detallado en este post.
Ahora bien, el tratamiento de las infecciones en la piel depende de la causa. Las infecciones cutáneas bacterianas más comunes incluyen:
- impétigo, el cual hemos analizado ampliamente en el presente artículo.
- Síndrome de la piel escaldada estafilococica
- celulitis en todas sus distintas manifestaciones.
- erisipela
- foliculitis
- forunculosis
- abscesos cutáneos
- ántrax.
Muy probablemente encontraremos otros microorganismos patógenos que muy bien pudieran estar involucrados en cierta forma con cada una de las patologías mencionadas según el contexto clínico. Muchas de estas afecciones son curables cuando el diagnóstico se hace con tiempo y el tratamiento adecuado es aplicado en su totalidad.
Dado el caso de que haya demora en hacer el diagnóstico o que el tratamiento no fue el óptimo o indicado, es posible que presentan algunas complicaciones infecciones, como: septicemia, nefritis, artritis o carditis.
Impétigo
¿Qué es el impétigo? Aun cuando todo el presente post está dedicado al impétigo, no está demás ofrecerles en este punto una sinopsis de esta infección cutánea primaria contagiosa. Como ya hemos señalado, es causada tanto por S. aureus como por S. pyogenes. Se ha observado principalmente en niños menores de 10 años, aun cuando no se descarta su incidencia en personas adultas.
Se presenta sobre todo en la cabeza, en el área de la cara, alrededor de la nariz, en los labios, en las orejas, en el cráneo. Se puede extender a muchas zonas del cuerpo cuando la persona se auto inocula al rascarse y también contaminar a otras personas que entren en contacto con la piel afectada. Igualmente, los objetos infectados son agentes portadores de la enfermedad.
Se observan pústulas o llagas de pequeño tamaño más comúnmente en la cara y algunas veces en las extremidades. Cuando se rompen generan una costra amarillentas. Por lo general no presenta síntomas aparte de la aparición de la ampolla y poco de ardor y comezón. Si hay algún caso severo en él se produce un cuadro de fiebre, cierto malestar y alguna adenopatía localizada.
En cuanto al tipo ampolloso observamos anteriormente que la causa una cepa de S. aureus, que es productora de toxinas. Las ampollas en este caso son más grandes, más flácidas y se revientan con mucha facilidad. Dejan secuela de lesiones eritematosas húmedas. Por lo general, se encuentran en áreas en las que se registra alta humedad; a saber: en los pliegues del cuello y las axilas.
Se hace un diagnóstico clínico, el cual es confirmado mediante cultivo de las lesiones. Con este tipo ampolloso se pueden producir complicaciones con alguna de las modalidades de herpes simplex tipo 1, e infecciones por varicela zoster. Así también algunas complicaciones en muy raros casos con los tipos de infecciones de celulitis. También se ha asociado a algunas formas de osteomielitis, septicemia, artritis séptica, glomerulonefritis, síndrome de la piel escaldada estafilocócica y otros.
Síndrome de la piel escaldada estafilococica
Esta es una afección que incluye entre sus características toxinas estafilocócicas. Son de tipo secundario; es decir que provienen de una infección previa de la cepa tóxica de este estafilococo S. aureus. Como sintomatología esta enfermedad registra fiebre alta y escalofríos agudos. La piel comienza a tornarse enrojecida en forma generalizada. Puede ocurrir hipersensibilidad al tacto.
Se ha reportado por esta causa una mortalidad infantil que llega al 3% y mayor al 50% en personas adultas. Las sustancias de la toxina se expulsan a través de la vía renal. En la mayoría de los casos se receta hospitalización del paciente y la aplicación de tratamiento sistémico con antibiótico resistentes a β-Lactamasas por vía parenteral.
Foliculitis
El impétigo foliculitis y forunculosis es una afección que se presenta en el paciente como protuberancias, pústulas superficiales o nódulos inflamatorios en la que se observa en su centro un folículo piloso. Por lo general, se localiza en la cabeza infectando el cuero cabelludo. También lo podemos encontrar en las extremidades, en las regiones paranasales y periorales y, en general, en todas las zonas expuestas a humedad y fricción. Este es el caso de las axilas y de la ingles.
Para su diagnóstico patógeno se lleva a cabo un proceso de tinción de Gram. A continuación, se hace un cultivo de la porción exudada purulenta. La bacteria más común en esta infección es la S. aureus.
Forúnculos y ántrax
Se ha diagnosticado esta afección como una modalidad más agresiva de la infección de foliculitis. En esta encontramos que la forma que la caracteriza son las pápulas infecciosas o nódulos perifoliculares. Son muy dolorosos al tacto desde un inicio. Podemos encontrar estos nódulos esparcidos en diversas áreas del organismo. Así los podemos observar contaminando la zona del cuello, en las mamas, en varias regiones de la cara, en los glúteos, en las axilas y en el área de la ingles.
La batería S. aureus es el causante más común de los forúnculos y del antrax. Ambos se diagnostican efectuando un estudio mediante cultivo obtenido de la secreción de la lesión. Dejan secuela con cicatriz después de que se drenado totalmente la úlcera. Está ya establecido que la afección del ántrax se deriva de los forúnculos que se acumulan presentando distintas áreas de drenaje.
Abscesos cutáneos
Los abscesos son esas acumulaciones de pus, tanto interna como externa, en el tejido orgánico. Los observamos normalmente luego de sufrir una herida o trauma pequeño en la superficie de la piel. Su acción puede extenderse y su contenido purulento puede llegar hasta la dermis y los tejidos cutáneos profundos. Se presentan rodeados de edema, así como de eritema en el tejido adyacente.
Los abscesos pueden ser parte del cuadro clínico de dolencias distintas, tales como: linfangitis, celulitis local, adenopatías localizadas, leucocitosis. Pueden producir fiebre en el paciente. Son causados por la S. aureus, aun cuando se han reportado casos en los que también pueden encontrarse microorganismos anaeróbicos.
Celulitis y erisipela
Tanta la infección de la celulitis como la de la erisipela atacan principalmente las zonas de la dermis e hipodermis. Habitualmente se señala que la infección de la celulitis es más profunda que la ocasionada por la erisipela, en virtud de que los eritemas y los edemas de la primera no se pueden definir y diferenciar sus bordes para poder delimitar su área de acción. No se ha observado necrosis celular, así como tampoco supuración en estas afecciones.
A menudo se detecta su existencia por la inflamación que ocasionan, además del eritema que se origina junto con lesiones de linfangitis y adenopatías regionales. Muy probablemente estas infecciones ocasionan diversas vesículas o ampollas y, de vez en cuando también pueden dar lugar a necrosis de la piel afecta.
Siendo la erisipela una afección más superficial que la celulitis infecciosa, se puede observar en la piel abultamientos, bien delineados, presentando una placa eritematosa, madura, la cual es dolorosa. Esta afección de la erisipela la encontramos mayormente en diferentes partes de nuestras extremidades, así como también en varios sectores de la cara. Habitualmente van acompañadas estos abultamientos de algunas adenopatías.
Este tipo de lesiones producen varios síntomas en el paciente, que se pueden manifestar en forma distintiva. Así tenemos pacientes que se han quejado de que la infección les da fiebre y tienen cefalea en forma recurrente. También señalan se sienten escalofríos, que les da taquicardia. Algunos han reportado casos de tensión baja.
Sin embargo, es importante acotar que resulta difícil determinar el agente promotor, sin hacer previamente un análisis del líquido secretado por la herida o lesión en cuestión. Se recomienda obtener una muestra de dicha secreción purulenta, que puede ser mediante aspiración o por biopsia.
El hemocultivo es el método más idóneo para efectuar el debido diagnostico y poder de esta manera elaborar el tratamiento acorde a la dolencia.
Diversos tipos de enfermedades infecciosas
A título informativo, se incluyen a continuación una lista de esas infecciones que normalmente atacan nuestra piel y sobre las cuales debemos estar informados, no solo a través de los que nos ofrece internet, sino la información precisa y puntual que nos puede aportar nuestro médico de confianza.
- Amigdalitis
- Botulismo
- Coronavirus
- Difteria
- Ébola
- Escarlatina
- Faringitis
- Faringoamigdalitis
- Gonorrea
- Gripe
- Hepatitis A
- Hepatitis B
- Hepatitis C
- Herpes labial
- Herpes zóster
- Legionella
- Leishmaniasis
- Lepra
- Listeriosis
- Malaria
- Meningitis
- Mononucleosis
- Otitis
- Paperas
- Poliomielitis
- Rotavirus
- Rubéola
- Salmonelosis
- Sarampión
- Sepsis
- Sífilis
- Síndrome de Gilbert
- Toxoplasmosis
- Tricomoniasis
- Tuberculosis
- Varicela
A manera de sinopsis, es bueno señalar que las infecciones en la piel producto de bacterias que ocasionalmente observamos en nuestro tejido cutáneo se derivan en su gran mayoría por los efectos que sobre ella ejercen directa o indirectamente los diferentes tipos de bacterias, gérmenes y muchos otros microorganismos patógenos, que existen tácitamente en nuestro tejido cutáneo, pero que al reaccionar con una herida o trauma, lesionan ese tejido afectando incluso a las capas subcutáneas más profundas.
De gran importancia es entonces, tomar en cuenta estas indicaciones y aplicarlas, en la medida de lo posible, darlas a conocer entre familiares y amigos, a fin de que como pacientes no se nos genere una sepsis, o también conocida como Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS), la cual surge por una respuesta anormal de nuestro cuerpo ante esas situaciones infecciosas, poniendo en riesgo nuestra salud y causar la muerte.
El sistema inmune del paciente actuará de manera irregular sin la debida intensidad cuando se encuentra en esa situación de sepsis o también septicemia. En el presente post se revisaron distintos aspectos a considerar en cuanto a la infección bacteriana específica del impétigo, señalando sus característica, tratamiento y prevención. Pero también se tocaron propiedades y elementos de otras afecciones similares que pudieran dar lugar a confusiones entre ellas. Se describieron los agentes causantes y el tratamiento más efectivo a seguir para cada una de ellas.
Siendo que estas afecciones bacterianas lesionan distintas partes de nuestro organismos, su estudio y conocimiento en profundidad es necesario para su mejor identificación y diagnóstico, así como para la aplicación del tratamiento más apropiado. De allí el objetivo de todo tratamiento es alcanzar la total eliminación y erradicación de nuestro cuerpo del microorganismo, a fin de resolver prontamente la resolución temprana de la infección, así como también lograr prevenir su recurrencia.
Para la mayoría de las infecciones cutáneas que hemos visto, el tratamiento antibiótico que se aplique debe recetarse contra los patógenos plenamente identificados como causante se las afecciones. En nuestro caso de estas infecciones nos estamos refiriendo a S. aureus y S. pyogenes.
En el mercado, como hemos visto, existen variadas marcas comerciales de antibióticos disponibles para este tratamiento de las infecciones cutáneas. Se mencionan entre los más usuales la penicilina, las lincosamidas, los macrólidos y cefalosporinas. Cuando se están tratando casos de infecciones relacionadas con los abscesos, así como los forúnculos, se han encontrado opciones apropiadas de tratamiento local con drenajes y curas.
Pero en casos como el que hemos analizado de impétigo, han resultado alternativas muy útiles la aplicación de antibióticos tópicos. Para esos casos se usado con buenos resultados la mupirocina y el ácido fusídico.
Finalmente, tener siempre presente que la higiene de la zona infectada es imprescindible, así como primordial es mejorar la higiene personal, que contribuirán en gran medida con el tratamiento. Esa es nuestra arma fundamental para combatir toda clase de infecciones y colaborar con nuestra barrera protectora natural que es la piel. Debemos, entonces, estar atentos a todas y cada una de las señales que nos envían nuestro organismo cuando algo no está funcionando debidamente.