Melanoma metastásico: ¿Qué es?, síntomas, tratamiento y más

Oír la palabra metástasis frente a un caso de cáncer, propio o de algún familiar, siempre ha sido un hecho que ha perturbado a cualquier persona; no ubica en un desenlace fatal.  No obstante, actualmente, se aplican novedosas terapias para tratar el melanoma metastásico que de alguna manera devuelve la confianza en la ciencia médica. En este post podrás conocer los últimos tratamientos que se emplean para reducir los síntomas de esta patología, eliminarla completamente o aumentar la esperanza de vida.

Melanoma metastásico

¿Qué es el Melanoma Metastásico?

El melanoma metastásico , es una clase de melanoma que ha avanzado a un estadio (propagación) de la patología donde las células tumorales, en lugar de mantenerse focalizadas, se han diseminado a otras áreas del cuerpo. En vista de que su propagación ha alcanzado niveles significativos se le conoce también como en Estadio IV, que es la propagación más grande del cáncer, de acuerdo a su método de clasificación por extensión.

Su manifestación biológica puede mostrar diversas etapas: una donde el desarrollo del tumor es radial, por lo que no genera metástasis, y la otra que manifiesta una evolución vertical. Esta última etapa implica que el melanoma incrementa su espesor, y el tumor irrumpe en los mantos más profundos de la piel, y el tejido subyacente de ella tiene condiciones para originar metástasis linfáticas o sanguíneas.

El crecimiento de la metástasis es, por ello, la consecuencia de un grupo de episodios como la presencia de células apartadas del tumor primario, la incursión en la membrana basal, el tránsito hacia la circulación sanguínea o linfática por donde pueden llegar a generar la irrupción y desarrollo en otros órganos, como el intestino grueso o el hígado, etc.

Causas

Existen una secuencia de elementos de riesgo que incrementan las probabilidades de padecer un melanoma. Los más significativos son: existencia de antecedentes de melanoma familiar, presentar una alta cantidad de lunares y haber tenido un melanoma. Como componentes ambientales despunta la irradiación solar ultravioleta.

Melanoma metastásico

No existe una causa específica para que el melanoma termine experimentando un crecimiento vertical y, por lo ello, presente peligro de generar metástasis. No obstante, la evolución del tumor es más habitual y agresivo en pacientes que presentan inmunosupresión o alteraciones del sistema inmunológico: inmunodeficiencias primarias, linfomas, tratamientos inmunosupresores o infección por el VIH (sida).

Síntomas

Los melanomas pueden producirse en cualquier zona del cuerpo. Regularmente, surgen en zonas que fueron sometidas a los rayos del sol, como brazos, rostro, espalda y piernas. Adicionalmente, los melanomas igualmente pueden brotar en las áreas que no presentan mucha exhibición al sol, como palmas de las manos, plantas de los pies y lecho de las uñas. Estos melanomas ocultos son más comunes en personas que presentan la piel más oscurecida.

Las expresiones del melanoma metastásico, son parecidas a las del melanoma general. En la mayor parte de los casos habitualmente son el cambio en el tamaño, la figura, la coloración y la impresión de un lunar situado en el cuerpo. No obstante, los pacientes con esta clase de cáncer, también tendrán otros síntomas de acuerdo al órgano en el que se presente la metástasis.

Si el melanoma se expande (metástasis), regularmente primero lo hace a los ganglios linfáticos cercanos. Igualmente, puede diseminarse mediante la corriente sanguínea. Habitualmente se detectan metástasis distanciadas de un melanoma en la piel, hígado, pulmones, huesos y cerebro. Si el melanoma se encuentra en una de las extremidades superiores o inferiores, las metástasis se suelen encontrar primero en las zonas más altas de esa pierna o de ese brazo. 

Melanoma metastásico

No obstante, los síntomas del melanoma metastásico podrían ser indeterminados y abarcar:

  • Ganglios linfáticos hinchados, principalmente e las axilas o la ingle.
  • Abultamiento incoloro o engrosamiento bajo la piel.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Piel grisácea.
  • Tos permanente (crónica).
  • Cefaleas.
  • Convulsiones.

Tratamiento del melanoma metastásico

Regularmente, el melanoma metastásico, no tiene cura, o por lo menos no existe un método científico único, aprobado para su sanación. Por ello las terapias que los facultativos acostumbran emplear son paliativas. Sin embargo, actualmente se están generando numerosos avances en investigaciones que están revolucionando las condiciones de esta clase de cáncer. Los terapias modernas incluyen:

Quimioterapia e inmunoterapia

Actualmente, el tratamiento de la patología propagada debe ir precedido por la confirmación de la mutación V600E de BRAF, (gen que codifica las proteínas comprometidas con la señalización del receptor de desarrollo epidérmico induciendo la división celular y evolución incontrolada), en el tejido tumoral.

Cerca del 50 % de los melanomas epidérmicos presentan activas las transformaciones en BRAF, por lo que el tratamiento se fundamenta en el suministro de inhibidores determinados de tirosina-quinasa, como el vemurafenib o el dabrafenib. Estos medicamentos son superiores en cuanto a índice de respuesta, período de progresión y supervivencia global, comparados con la quimioterapia convencional.

Por otra parte, los inhibidores de MEK, igualmente poseen una aceptable respuesta en el tratamiento del melanoma mutado en BRAF. Efectivamente, investigaciones actuales han confirmado que la mezcla de un inhibidor de BRAF y uno de MEK presentan mayor eficiencia que el suministro de estos dos medicamentos separadamente, aumentando la supervivencia, por lo que se ha convertido en el tratamiento a ser elegido en el melanoma mutado en BRAF.

En cuanto a los melanomas que no hayan tenido mutación BRAF, o para los mutados BRAF que hayan evolucionado a pesar del suministro del tratamiento, los doctores pueden aplicar agentes que estimulen la acción antitumoral de los linfocitos T citotóxicos.

Actualmente existen numerosos medicamentos que se encuentran en evolución. La incorporación en ensayos clínicos debe tomarse en cuente siempre en pacientes con melanoma avanzado. El tratamiento con quimioterapia convencional, se reserva para los casos donde estos fármacos no funcionan, o no se encuentran a disposición.

Radioterapia

El tratamiento mediante radioterapia se encuentra prescrito para el control en los síntomas de las metástasis óseas, que cursan con dolor, la compresión medular o las metástasis cerebrales. Asimismo, puede suministrarse en el tratamiento focal de reincidencias tumorales y de metástasis en curso.

Melanoma metastásico

Cirugía

En ciertos pacientes que presentan la patología metastásica focalizada, la intervención quirúrgica con el fin de exterminar las metástasis, puede alargar la vida del paciente, cuando sean asequibles, de pequeñas dimensiones y con una o escasas focalizaciones.

Etapa 4

Los enfermos con melanoma metastásico en etapa IV, o melanoma metastásico, manifiestan un cáncer que se ha extendido desde su sitio de origen hacia los ganglios linfáticos y/o a sitios distanciados. Entre los elementos agregados de pronóstico para el melanoma en etapa IV, se encuentran la localización de la metástasis distante y el aumento de los niveles en sangre de la enzima LDH.

Las metástasis de los ganglios linfáticos a distancia, y los pulmones tienen un pronóstico más positivo que en otras metástasis distantes, como en el cerebro y en el hígado.

Hay una gran diversidad de elementos que inciden en la decisión de los pacientes para tomar un tratamiento para el cáncer. El fin de la terapia puede ser recuperar los síntomas a través del control focal del cáncer, aumentar las probabilidades de sanación del paciente o alargar su vida. Los beneficios que se esperan de la terapia para el cáncer deben valorarse con cuidado con respecto a sus peligros latentes.

Pronóstico

La esperanza para los pacientes estadio IV o melanoma metastásico, es muy limitada, con una supervivencia a 5 años menor al 5 %. Asimismo, si existen metástasis viscerales, el promedio de supervivencia se ubica entre 7 y 9 meses.

Los especialistas distinguen ciertos elementos que inciden en su desarrollo:

  • Localización metastásica: Si las células tumorales se han esparcido a lugares hepáticos, del cerebro o gastrointestinales, los pacientes contarán con una supervivencia al año menor del 10 %.

Melanoma metastásico

  • Cantidad de localizaciones metastásicas.
  • Tiempo libre de progresión: Si es mayor a un año, la supervivencia del enfermo será superior.
  • Estado general: Los pacientes con mejor estado general presentan una supervivencia de 8,5 meses, frente a los enfermos que transcurren su vida de la cama a la butaca y viceversa, los cuales presentan un pronóstico de vida de mes y medio.
  • Niveles de LDH: Las personas que presentan niveles altos de la enzima lactato deshidrogenasa o LDH poseen una supervivencia más baja.
  • Cirugía de metástasis: Si se extirpan las metástasis supera la supervivencia de los pacientes, principalmente las metástasis pulmonares.

Supervivencia

Especialista aseguran que a partir de 2010 se vienen generando una cantidad de avances en la terapia, que han variado absolutamente la forma de enfrentar la enfermedad.

La supervivencia del melanoma metastásico se incrementó en 5 años, del 8 al 35 %, por el nivolumab, que es una inmunoterapia de Bristol-Myers Squibb, que, dentro de sus otras atribuciones, presenta una toxicidad “muy baja” a la quimioterapia.

Melanoma metástico

Este personal médico especializado, considera que la inmunoterapia supone un gran avance para la supervivencia de los enfermos; los datos más confiables tienen en melanoma metastásico donde han pasado de una supervivencia cerca de 8 a 35 por % a 5 años con nivolumab. Este fármaco incrementa la probabilidad de ser un prolongado superviviente respecto a los tratamientos de los que disponían anteriormente.

Con respecto al melanoma que no se encuentra aún en etapa de metástasis, el medicamento prácticamente dobla la probabilidad de estar vivo. Asimismo, genera ese efecto con una toxicidad, muy por debajo a la de la quimioterapia.

Por su parte, los oncólogos de la Clínica Universidad de Navarra, España, han manifestado que a partir del año 2010 han experimentado una secuencia de progresos, en el tratamiento de enfermos con melanoma metastásico, luego de la incorporación de novedosos fármacos que han transformado de raíz su abordaje, el cual estaba detenido desde la década del 70, en quimioterapia.

Argumenta el especialista que la inmunoterapia es uno de esos nuevos abordajes terapéuticos; donde el procedimiento se fundamenta en posibilitar que el propio sistema inmunológico del paciente proceda frente al tumor, y que las células que protegen nuestro propio cuerpo se adiestren para identificar, rechazar e inclusive ganarle al cáncer; lo que asegura el galeno que se logra, mejorando, además, la calidad de vida de los afectados.

Melanoma metastásico

Estos nuevos tratamientos producen que el propio sistema inmune del paciente proceda frente al tumor, incitando sus defensas para que intercedan contra las células tumorales y luchen contra el cáncer, mejorando de esta manera, el nivel de vida y la supervivencia a largo plazo del enfermo.

¿Tiene cura?

El melanoma metastásico, con frecuencia, es difícil de curar, en vista de que ya que se han extendido a ganglios linfáticos a distancia o a otras zonas del cuerpo. Las tumoraciones en la piel o ganglios linfáticos abultados que generan síntomas, con frecuencia se pueden exterminar a través de cirugía o se pueden atender con radioterapia.

Las metástasis en órganos internos en ocasiones se pueden suprimir, de acuerdo a cuántas haya presentes, en qué sitio se encuentran ubicadas y la posibilidad de que produzcan síntomas. Las metástasis que originan síntomas, pero que no se pueden exterminar, se pueden tratar con quimioterapia, inmunoterapia, radiación o terapia dirigida.

Actualmente, la terapia en los melanomas que se han diseminado extensamente, se ha transformado a la par que las técnicas novedosas de inmunoterapia, y de fármacos orientados, han confirmado que son más eficientes que la quimioterapia.

La inmunoterapia con interferón o interleucina-2 puede contribuir con una reducida cantidad de personas con melanoma metastásico, a sobrevivir por más tiempo. Las dosis más elevadas de estos fármacos al parecer son más eficientes, pero igualmente pueden ocasionar efectos colaterales más peligrosos. Por lo ello, puede que sea preciso suministrarlos en el hospital.

Melanoma metastásico

La quimioterapia puede contribuir con ciertos individuos con melanoma metastásico, si bien comúnmente se intentan otros tratamientos primero. La dacarbazina (DTIC) y la temozolomida (Temodar) son los fármacos de quimioterapia que se emplean con más periodicidad, bien sea solos o en combinación con otras medicinas. Inclusive, en los casos donde la quimioterapia disminuye estos tumores cancerosos, el cáncer regularmente reaparece en unos cuantos meses.

Unos doctores pueden aconsejar la bioquimioterapia, que es una composición de quimioterapia e interleucina-2 o interferón, o las dos. Frecuentemente, esto produce una disminución de las dimensiones del tumor, lo que puede producir que los pacientes se sientan mejor. No obstante, no se ha comprobado que la combinación contribuya en alargas la vida de los pacientes.

Es significativo evaluar celosamente los probables beneficios, y los efectos colaterales de cada terapia que se recomiende antes de empezarlo. Si bien el melanoma metastásico habitualmente es difícil de sanar, un reducido número de pacientes responde satisfactoriamente al tratamiento y sobrevive por varios años luego del diagnóstico.

Ganglionar

Las células cancerígenas que producen las metástasis a distancia, transitan desde el tumor primario mediante la sangre y el sistema linfático. En este último caso, ingresan en los vasos linfáticos y, trasladadas por la linfa, alcanzan hasta el ganglio linfático más cercano al tumor, lo que en la clínica se llama ganglio centinela.

Melanoma metastásico

La mayor parte de las células que lo alcanzan son extinguidas, pero es probable que algunas de éstas sobrevivan, y puedan multiplicarse hasta crear una metástasis ganglionar, y de allí diseminarse a otros ganglios, respetando el orden de trayectoria del sistema linfático, pudiendo ocasionar continuas metástasis ganglionares.

Efectivamente, en ciertos tipos de cáncer esta clase de metástasis, así como la cantidad de ganglios implicados, comprende un elemento pronóstico significativo, ya que puede anunciar la presencia de otras metástasis a distancia que impacten a otros órganos. Igualmente, cuanto mayor sea la cantidad de ganglios comprometidos, más progreso tiene el cáncer primario.

A veces, la hinchazón de un ganglio linfático puede ser el signo inicial de la presencia de un cáncer que comienza a metastatizar. Realmente, las metástasis ganglionares son las más comunes. De esta manera, por ejemplo, un cáncer de mama que impacta la zona superior del pecho, habitualmente produce una metástasis en los ganglios focalizados en la axila. En este caso, al igual que en el del melanoma, regularmente se aplica una biopsia del ganglio centinela.

Si este procedimiento suministra un resultado favorable, entonces se puede pasar a establecer el mapa del sistema de drenaje linfático de la tumoración a través de la inyección de un contraste radioactivo, lo cual suministrará una imagen radiológica de ella, aunque no existe un patrón preciso de drenaje linfático, que facilite definir con seguridad la presencia o no de metástasis en los diversos ganglios, ya que cambia de un paciente a otro.

Melanoma metastásico
Biopsia de ganglio centinela

Esto produce que en el 30 % de los casos no sea viable establecer la presencia o no de una metástasis ganglionar. Es por esto que, cuando se procede a la extirpación del tumor primario a través de cirugía, se elimina asimismo el ganglio centinela, y se ejecutan biopsias en los otros ganglios de la cadena de drenaje para fijar cuántos de ellos se encuentran afectados.

Como ya se ha mencionado, cuanto mayor sea la cantidad, menos favorable será el pronóstico, y mayores las probabilidades de que haya otras metástasis distantes, en otros órganos o tejidos del cuerpo.

Cerebral

Las metástasis cerebrales se crean cuando las células cancerígenas se diseminan desde su sitio original al cerebro. Aunque cualquier clase de cáncer puede esparcirse al cerebro, los tipos con mayor posibilidad de ocasionar metástasis cerebrales son los de mama, pulmón, colon, riñón y el melanoma.

Las metástasis cerebrales, o tumoraciones cerebrales secundarias, suceden de entre el 10 y el 30 % de los adultos con cáncer. En la medida que van creciendo, los tumores cerebrales metastásicos hacen presión en el tejido cerebral que los circunda, y quebrantan su operatividad. Las metástasis cerebrales pueden producir muchos signos y síntomas que alteran la calidad de vida de la persona; entre los cuales podemos señalar cefaleas, alteraciones mentales, convulsiones y mareos frecuentes.

Melanoma metastásico

La terapia para las personas con cáncer que se ha dispersado al cerebro, regularmente es la cirugía, la radioterapia o las dos. En ciertos casos, la quimioterapia y la inmunoterapia resultan de utilidad. Regularmente, el tratamiento se concentra en disminuir el dolor y los síntomas asociados al cáncer.

En el pulmón

Las metástasis pulmonares son tumores metastásicos (cánceres),  en los pulmones que se originan en otros lugares y se diseminan mediante la corriente sanguínea a los pulmones.

Los tumores más frecuentes que se propagan por metástasis a los pulmones son, entre otros: cáncer de mama, cáncer de colon, sarcomas óseos y de partes blandas, melanoma y tumores genitourinarios. No obstante, casi cualquier tipo de cáncer tiene la propiedad de propagarse a los pulmones.

Regularmente, las metástasis pulmonares se revelan en las pruebas de imagen ejecutadas en el momento del diagnóstico o en el monitoreo clínico del tumor inicial, sin que haya síntoma alguno. Si el peligro de que se despliegue metástasis pulmonares es elevado, como en el caso de sarcomas y melanomas, es recomendable ejecutar una supervisión clínica permanente.

El diagnóstico de sospecha de metástasis pulmonares es radiológico, y se establece mediante la radiología simple de tórax, y la Tomografía Axial Computarizada (TAC) torácica de elevada definición. La Resonancia Nuclear Magnética (RNM) del tórax y la tomografía con emisión de positrones (PET) son igualmente usadas en el proceso de reconocimiento y ratificación de dichas lesiones.

Melanoma metastásico

Se han detallado cantidades de casos en la literatura médica sobre tumores metástasicos pulmonares, no obstante, es más dificultoso hallar metástasis endobronquiales de esta clase de tumor al efectuar una fibrobroncoscopia.

Hepática

Se refiere al cáncer que se ha dispersado al hígado desde otra zona del organismo. Se debe tener muy presente que la metástasis hepática no es igual que el cáncer que empieza en el hígado, el cual se denomina carcinoma hepatocelular.

En oncología, las metástasis más comunes corresponden al hígado (42 % de todas las metástasis) y, en su gran mayoría, pertenecen a tumores de órganos que desaguan en el sistema porta; si bien los melanomas, neuroblastomas, adenocarcinomas, linfomas, carcinoides, sarcomas y los tumores bronquiales de células reducidas, igualmente producen metástasis en el hígado.

Aunque los pacientes con metástasis hepáticas se hallan en una etapa progresiva de la patología, pueden tener la opción a cierto tipo de tratamiento que les alargue la supervivencia y, en algunos casos, consigan la sanación.

Melanoma ocular con metástasis al hígado

La mayor parte de las metástasis al ojo suceden en pacientes con cáncer en estado terminal. Si bien el tumor intraocular más común en el adulto mayor es el melanoma coroideo; se deben desechar otras probabilidades diagnósticas como antecedente familiares y propios de cáncer. En mujeres el origen más común es el de mama, y en hombres el de pulmón.

Escasamente, cerca de un 25 % de pacientes con cáncer metastásico ocular, comienzan su primera expresión clínica en el ojo. Las tumoraciones metastásicas al ojo, se manifiestan de manera unilateral en un 80%, implicando especialmente la coroides.

El hepatocarcinoma, que es un tumor primario del hígado, es un origen poco común de metástasis del ojo, y es más extraño aún que se manifieste primero a nivel ocular que sistémico. El pronóstico es reservado, debido a que solamente del 10 al 20 % de los hepatocarcinomas pueden ser extraídos totalmente.

Melanoma con metástasis a los huesos

El cáncer de piel del tipo melanoma empieza cuando los melanocitos se desarrollan sin control y exceden en cantidad a las células regulares de la piel. Las células cancerígenas se pueden diseminar a otras zonas del cuerpo. En ocasiones, el melanoma se puede trasportar hasta los huesos y desarrollarse allí.

Esta diseminación de las células de cáncer se le llama metástasis. Para los especialistas, las células cancerosas que irrumpen en un nuevo lugar se ven igual como las que se crearon en los melanocitos.

Melanoma metastásico

El cáncer usualmente lleva el calificativo del sitio donde se originó. Por ello, si el melanoma se disemina a los huesos (u otro lugar), se continúa llamando melanoma. Únicamente se le puede denominar cáncer de hueso al cáncer que se haya formado en las células de los huesos. Si el cáncer se expande a los huesos, puede originar dolor óseo y malestar general. En contadas ocasiones, el síntoma inicial puede ser una fractura del hueso después de una lesión menor.

Maligno

El melanoma maligno (MM) es un tumor maligno procedente de los melanocitos, que son las células que generan pigmento (melanina) en la epidermis. Es un tumor que normalmente evoluciona en la piel, si bien puede además surgir en las mucosas y en otras focalizaciones. El MM se observa predominantemente en adultos jóvenes; en mujeres, más comúnmente en las extremidades; y en los hombres, en el tronco, cabeza y cuello, no obstante, puede brotar en cualquier ubicación cutánea.

¿Cuándo hay que sospechar de un melanoma maligno?

Ante una afección (“lunar”) coloreada que sea:

A: Asimétrica (forma irregular).
B: Bordes irregulares.
C: Coloración diversa y no uniforme.
D: Diámetro (tamaño) mayor de 6 mm.
E: Evolución (crecimiento acelerado).

Este sistema se reconoce como la regla ABCD.

Melanomo metastásico

En ocasiones, las cualidades de la lesión pueden evidenciarse, de forma más exacta, mediante la ayuda de un dispositivo que incrementa los pormenores de la lesión (dermatoscopio).

¿Cómo se diagnostica un melanoma maligno?

La presunción diagnóstica de melanoma maligno es principalmente clínica. Ante una lesión pigmentaria con características clínicas dudosas (regla ABCD), debe aplicarse una biopsia o la exterminación de la lesión. El estudio histopatológico facilitará precisar un diagnóstico concluyente. El patólogo no solamente comunica del diagnóstico de melanoma, sino que además calcula su profundidad (milímetros), por cuanto el pronóstico y comportamiento posterior pueden estar sujetos a este dato.

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