Todo el planeta sabe la relevancia y las ventajas de ser más activos a lo largo de nuestro día y practicar ejercicios físicos de forma regular sistematizados, con lo que para los individuos diabéticos, las indicaciones para progresar el modo de vida y la nutrición son del mismo modo esenciales.
Para prosperar el modo de vida, se incorpora el ejercicio y la dieta, puesto que la alimentación puede asistir al control glucémico eminentemente por el índice glucémico de los comestibles (velocidad con la que se absorben los comestibles) y el ejercicio contribuye al incremento del gasto calorífico diario (noventa por ciento de los diabéticos son obesos o sufren de sobrepeso), ocasionando pérdida de peso y mitigando los altos niveles de glucosa.
Perder más o menos del cinco al diez por ciento de peso ayuda mucho a mejorar el índice glucémico. Además de esto, se aconsejan por lo menos de tres a cinco horas semanales de ejercicio de intensidad moderada o bien dos horas semanales de ejercicio intensivo, lo que afecta significativamente a la calidad de vida del paciente.
Diabetes Mellitus Tipo I
Para el diabético tipo I, como el páncreas genera poca o bien ninguna insulina, el tratamiento es fundamentalmente medicamentoso, con la aplicación de inyecciones al día de insulina, que pueden ser de acción veloz, media o bien larga, y eso va a depender de cada individuo y solo un endocrinólogo es capaz de valorar.
No solo se aconseja la terapia medicamentosa, sino más bien asimismo el cambio en la nutrición y el comienzo de la práctica frecuente de ejercicios físicos.
No obstante, hay que tener en consideración el peligro de hipoglucemia a lo largo de las sesiones de adiestramiento, tanto para el tipo II, como para el tipo I, lo que representa una complicación de la enfermedad, ocasionada generalmente por hipoglucemiantes orales, la omisión de comidas a lo largo del día, dosis excesivas de insulina y el exceso de ejercicios físicos, puesto que la demanda de energía a lo largo del ejercicio se acrecienta para satisfacer las necesidades del trabajo muscular.
Por tanto, es indispensable que el profesional de la educación física o el mismo paciente, a lo largo de las sesiones de entrenamiento, antes del inicio y tras el final, haga la medición de la glucemia para tener conocimiento de los niveles.
De producirse mareo, confusión mental, fatiga, temblores, entre otros muchos síntomas, puede ser una indicación de hipoglucemia y es esencial restituir de manera inmediata la glucemia a sus niveles normales (sobre setenta mg/dL).
No obstante, como los pacientes diabéticos están habituados a niveles de glucosa más altos, las tasas de glucosa consideradas normales pueden considerarse índices de hipoglucemia normales para ciertos individuos.
Diabetes Mellitus Tipo II
Los pacientes diabéticos de tipo II son los más favorecidos por la práctica frecuente de ejercicios físicos, si se cree que la mayor parte de ellos tienen obesidad y el perder peso es preciso para progresar el cuadro.
Aparte de el perder peso, el incremento de la masa muscular, el incremento de la fuerza y la mejora en los cuadros de humor son beneficios que se reportan a través del entrenamiento. En esta clase de fármacos se emplean hipoglucemiantes orales y es fundamental mudar los hábitos diarios para supervisar la enfermedad.
Los ejercicios más recomendados y prescritos para los sujetos diabéticos son los aeróbicos, en tanto que aumentan la capacidad aeróbica, mejoran el movimiento y quema de los ácidos grasos, aumentan el número de mitocondrias, aumentan la captación de glucosa y grasas en el trabajo muscular, sostienen la presión arterial en niveles convenientes y contribuyen a reducir el peso anatómico total.