La fuga disociativa es un tipo de trastorno neurótico disociativo. En aras de la simplicidad, se puede suponer que su esencia es un cambio de personalidad después de una experiencia traumática. Los síntomas de la fuga disociativa son principalmente problemas de memoria que se relacionan con la vida anterior. Las causas de este estado son experiencias intensas y negativas. El tratamiento de los síntomas del escape histérico requiere la ayuda de un psiquiatra y un psicoterapeuta. Quédate y disfruta del contenido que te presentare a continuación:
¿Qué es una fuga disociativa?
La fuga disociativa, también llamada huida histérica, pertenece al grupo de los trastornos disociativos. Una evasión histérica consiste en una pérdida total del control sobre la propia identidad y la memoria como resultado de haber vivido un fuerte trauma psicológico o un conflicto emocional de larga duración. La fuga es una especie de mecanismo de defensa extremo de la psique humana, que se revela en algunas personas bajo la influencia de emociones negativas extremadamente fuertes. Los mecanismos exactos implicados en el desarrollo de esta enfermedad aún no están del todo dilucidados, a pesar de que son de gran interés para los investigadores en el campo de la psicología y la psiquiatría.
La palabra fuga proviene del latín y significa huida. Este concepto ilustra bastante bien la condición del paciente, ya que puede referirse a la “fuga” de la conciencia humana de un problema que no podía afrontar, así como al síntoma principal de una fuga: la tendencia a emprender un largo viaje.
La fuga es sólo uno de los numerosos y extremadamente interesantes ejemplos de la reacción de la psique humana al estrés. Los trastornos de identidad disociativos, además de la fuga, también incluyen: amnesia, estupor, trastornos de trance-posesión, trastornos del movimiento y sensoriales, y trastornos de personalidad múltiple.
La Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud ICD-10 le dio a la fuga disociativa el código F44.1 y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría DSM-IV el código 300.13.
Trastornos disociativos – causas
Los síntomas disociativos se desarrollan en personas expuestas a un estímulo de estrés muy fuerte, generalmente repentino, o como resultado de problemas emocionales a largo plazo que la persona no pudo afrontar.
Las causas más comunes de fuga disociativa incluyen:
- Experimentar la guerra, participar en peleas, presenciar la muerte de seres queridos, experimentar tortura mental o física;
- Ser víctima de violación o cualquier otro tipo de violencia sexual;
- Estar involucrado en un accidente de tráfico grave;
- Ser testigo de la muerte de un gran número de personas como resultado de un desastre natural o un ataque terrorista;
- La muerte de un niño.
¿Quién se enferma, cuáles son los factores de riesgo?
La fuga disociativa es más probable que ocurra en personas que:
- Padecer trastornos de personalidad;
- Haber experimentado otros tipos de trastornos disociativos en el pasado, como por ejemplo histeria;
- Abusar de sustancias psicoactivas, incluido el alcohol y las drogas;
- Han sufrido daños en el sistema nervioso central;
- Provienen de familias disfuncionales o han vivido experiencias traumáticas durante la infancia;
- Tienen ciertas características genéticas.
Síntomas de la fuga disociativa
Según diversas estimaciones, la fuga disociativa puede afectar hasta al 0,2 por ciento. población general. El trastorno de identidad disociativo y sus síntomas suelen durar desde varias horas hasta incluso varias semanas. Un escape histérico se caracteriza por amnesia de vidas anteriores: es posible que la persona no recuerde su nombre, qué edad tiene y de dónde viene. Puede haber un cambio de identidad, que por lo general toma una forma bastante consistente y significativa.
Sin embargo, la falta de memoria de eventos anteriores no afecta la realización de muchas actividades, por lo que las personas en estado de fuga no tienen problemas para comprar un boleto de tren, conducir un automóvil, vestirse y hablar con otras personas. Un síntoma muy característico de una fuga es emprender un viaje que, aunque no tiene un objetivo claramente definido, parece estar cuidadosamente planeado por el paciente. Sin embargo, un escape histérico no debe confundirse con la poriomanía, es decir, una tendencia a la vagancia sin rumbo fijo o a la vagancia. Mantener un alto grado de capacidad para reaccionar ante diversos estímulos y situaciones contribuye al hecho de que la fuga rara vez puede ser notada por otras personas que no conocen al paciente.
Después de un tiempo, la mayoría de las veces espontáneamente, el recuerdo de los eventos pasados regresa y todo el período de la fuga es completamente amnésico. Encontrarse en una ciudad extraña, a muchos kilómetros de casa y no tener atisbos de cómo llegaron allí, provoca una gran angustia y angustia en los pacientes. Con el tiempo, el sentimiento de pavor se convierte en vergüenza o ira y, a veces, se puede desarrollar una depresión total.
¿Cuánto dura el trastorno?
En casos extremos, los síntomas de fuga pueden persistir durante varios meses, puede llevar a situaciones bastante difíciles en las que el paciente encuentra un nuevo trabajo e incluso formaliza una relación con otra persona. No son situaciones habituales, pero las personas afectadas por ellas requieren una ayuda especialmente importante por parte de psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras.
Fuga disociativa – tratamiento
Antes de iniciar el procedimiento terapéutico adecuado, es necesario realizar un diagnóstico. La fuga disociativa debe diagnosticarse solo después de excluir enfermedades somáticas como la epilepsia o procesos proliferativos relacionados con el sistema nervioso central, así como enfermedades mentales: esquizofrenia o depresión atípica. Cabe señalar que las personas que se encuentran en estado de fuga no son conscientemente responsables de su comportamiento, por lo que siempre se verifica cuidadosamente si los síntomas de la enfermedad no han sido simulados para evitar las consecuencias legales de los delitos cometidos.
La ocurrencia o persistencia de una fuga disociativa es una indicación para la psicoterapia, que tiene como objetivo ayudar en el enfrentamiento de experiencias traumáticas que podrían conducir al descubrimiento de este tipo de trastorno disociativo. En algunos casos, también puede estar indicado el tratamiento farmacológico.