La gastritis es la inflamación aguda o crónica de la mucosa que recubre las paredes internas del estómago. La gastritis alérgica es una enfermedad reciente. Es más frecuente en el intestino, pero puede extenderse a todo el sistema digestivo. Hoy el diagnóstico es más preciso, porque ha habido una mejora en las pruebas endoscópicas.
Diagnóstico
El diagnóstico más eficaz es la endoscopia digestiva alta. El endoscopio, un tubo flexible con fibras ópticas y una microcámera se introduce por la boca, pasa por el esófago, llega al estómago y se dirige al duodeno. Esta microcámera ilumina las mucosas de esos órganos. La endoscopia digestiva sigue permitiendo la biopsia. Se extrae un fragmento de tres milímetros para estudiar las lesiones del estómago, especialmente las causadas por bacterias. El diagnóstico de gastritis alérgica se confirma cuando hay anormalidad en los niveles de eosinófilos, células sanguíneas, cuya función es defender la inmunidad del organismo, junto con otras células que forman parte de la parte sólida de la sangre. Los valores normales de estas células sanguíneas oscilan entre 50 y 400 / microlitro. Los niveles de eosinófilos son superiores a 400/microlitro. Este tipo de anormalidad se conoce como eosinofilia, común en enfermedades como dermatitis y artritis reumatoide.
Otros diagnósticos
El “examen del aliento” que también se realiza para el diagnóstico. El paciente ingiere una solución líquida, sin gusto, que contiene dosis de carbono radioactivo. El paciente sopla en una bolsa, si el aliento contiene muestras de carbono, se confirma el diagnóstico de gastritis. Se han realizado otras pruebas para diagnosticar gastritis. El examen de heces sirve para comprobar la presencia de parasitosis y sangre en las heces, lo que caracteriza la hemorragia en el estómago. También se puede detectar la presencia de la bacteria helicobacter pylori. El análisis de sangre comprueba la presencia de anticuerpos para helicobacter pylori. El resultado positivo indica que la persona tuvo contacto con la bacteria en algún momento de su vida, pero puede que no indique una infección actual. Otra función del análisis de sangre es analizar la presencia de anemia, generalmente resultado de hemorragia estomacal relacionada con la gastritis.
La gastritis alérgica es más frecuente en personas que tienen otras afecciones alérgicas, como bronquitis, rinitis o sinusitis. La enfermedad causa una sensibilización estomacal, desencadenando una reacción inmunológica en los órganos diana: estómago y esófago. Las causas son las que difieren de la gastritis alérgica a la gastritis infecciosa. Mientras que la de origen alérgico se caracteriza por una alteración celular, la de origen infeccioso se caracteriza por contacto con heces, comida poco higiénica, usar baños públicos y luego ponerse la mano en la boca, contacto con personas que hablan expulsando saliva.
Causas
La bacteria Helicobacter pylori se encuentra generalmente en el estómago en pacientes con gastritis o úlcera. Se encuentra en todos los seres vivos, pero sólo en el ser humano se instala helicobacter pylori. Vale la pena señalar que aún no hay pruebas que demuestren la relación entre la bacteria y la gastritis y la úlcera. No está claro si este microorganismo es responsable o si encuentra entornos favorables para su desarrollo. Pero los médicos son unánimes en algunos factores:
- Estrés.
- Infecciones (bacterias o virus).
- Tabaquismo: Aumenta en un 40% el riesgo de gastritis. Aumenta la producción de ácido en el estómago.
- Excesos (de comida o de ayuno).
- Freidoras y comidas grasientas.
- Bebidas alcohólicas: el alcohol irrita el revestimiento estomacal aumentando el daño causado por los jugos gástricos producidos por el estómago para la digestión.
- Café: no hay pruebas de que el café provoque gastritis, pero es irritante local que aumenta la secreción ácida.
- Medicamentos: los analgésicos impiden proteger el revestimiento del estómago. El conocido omeprazol atrofia el estómago y enmascara síntomas. Otro medicamento muy usado, el ácido acetilsalicílico también es un veneno.
- Edad: el revestimiento estomacal se vuelve más flácido con el paso de los años. Los ancianos son más propensos a infecciones bacterianas y a desarrollar enfermedades autoinmunes que dañan la pared estomacal.
- Enfermedades autoinmunes: las enfermedades autoinmunes se caracterizan por el ataque de las células que deberían defender el cuerpo. En la gastritis, los anticuerpos atacan las células que recubren el estómago.
La bacteria helicobacter pylori causa una lesión destructiva del órgano en el que se instala, deforma lentamente la estructura externa del estómago. El microorganismo sustituye el revestimiento interno por un revestimiento patológico (metaplasia intestinal) que puede evolucionar hacia displasia, reacciones que conducen al cáncer.
Síntomas
La famosa “gastritis nerviosa” no existe. La gastritis empeora por el estrés emocional. El individuo se sienta en la mesa tenso. Ese nerviosismo eleva los niveles de cortisona y adrenalina. La cortisona hace que la persona esté más expuesta a las enzimas, la adrenalina retiene la vasoconstricción gástrica. La adrenalina evita que la sangre realice la nutrición de las células.
Los síntomas entorpecen la vida social y profesional. Conoce los síntomas de la gastritis:
Dolor en la boca del estómago similar a puntos que se irradian a otras partes.
Eructos frecuentes.
Dolor de cabeza y malestar general.
Quemaduras, cuando el jugo gástrico vuelve al esfínter, estructura muscular que hace comunicación entre el esófago y el estómago.
Pérdida de apetito.
Náuseas y vómitos.
Presencia de sangre en las heces y en el vómito (en caso de sangrado de la pared estomacal).
Debilidad e insomnio.
Tratamientos
El médico determinará el tratamiento según las causas. Debido a la combinación de gastritis infecciosa causada por la bacteria helicobacter pylori y gastritis alérgica, es necesario tratarlas simultáneamente.
No se recomienda los medicamentos efervescentes, las populares sales de frutas. Según él, estas medicinas tienen un analgésico y un antiácido, así que su acción viene del efecto analgésico, porque alivia el dolor. Si se produce una sobreproducción de ácidos estomacales, lo más eficaz es prescribir un medicamento que inhiba la producción y que debe tomarse hasta que desaparezca la irritación estomacal. Ya en los casos de gastritis por exceso de alimentación, el gas carbónico presente en los comprimidos efervescentes dilata el estómago. Los medicamentos más usados son:
Bloqueantes del ácido o bloqueantes H2: cimetidina, ranitidina, nizatidina o famotidina ayudan a reducir la producción de ácidos estomacales fomentando el alivio temporal;
Medicamentos para matar a helicobacter pylori: por lo general, los médicos prescriben una combinación de antibióticos con bloqueantes de la bomba de protones. El antibiótico destruye la bacteria y los bloqueadores suavizan el dolor, las náuseas, mejoran la inflamación y pueden aumentar la eficacia del antibiótico. La combinación es la siguiente: un inhibidor de la bomba de protones (esomeprazol + Rabeprazol Pantoprazol o Lanzoprazol) + dos antibióticos, como Claritromicina y Amoxacilina o Claritromicina y Metronidazol. El tratamiento dura entre siete y catorce días. Tras cuatro semanas de tratamiento, el paciente debe someterse a exámenes para confirmar la eliminación de la bacteria.
Hábitos alimenticios
Los hábitos alimenticios saludables son factores importantes para los que tienen gastritis. Incluso con una rutina agitada, hay que elegir muy bien lo que será parte del menú.
Respetar los horarios de las comidas: deben respetarse los horarios de las comidas. Haz tiempo para el desayuno, el almuerzo y la cena.
Masticar los alimentos: la digestión comienza por la boca, así que mastique muy bien los alimentos. La gente con gastritis suele masticar tan rápido que necesita tomar agua para tragarse la comida.
Manipulación de alimentos: lavar muy bien los alimentos para no correr el riesgo de consumir productos contaminados.
Alimentación sana: Frutas, hortalizas, verduras y carnes delgadas.
Condimentos: Cuidado con condimentos industrializados, alimentos con colorantes artificiales y sal en exceso. Nunca reaparezca el aceite de cocina, la croleína presente en el aceite usado causa lesiones malignas en el estómago.
Menos grasa: la grasa dificulta la digestión. Cuando la digestión no se hace como debería, no aprovechamos los alimentos y producimos sustancias cancerígenas o ateromas que se depositarán en las arterias. La consigna es la moderación.