Aunque el envejecimiento es un proceso natural de todo ser vivo, el estilo de vida de cada persona puede acelerarlo o retrasarlo. El primer caso, caracterizado como precoz, es el más preocupante y suele producirse por hábitos nocivos.
Conozca cuáles son los hábitos que aceleran el envejecimiento:
8 hábitos que aceleran el envejecimiento
Fumar tabaco
Además de ser malo para el sistema respiratorio, causando incluso cáncer de pulmón, el tabaco también ofrece otros efectos nocivos.
Está comprobado que no hay órgano que no sea afectado por el cigarrillo.
Entre los daños causados por el fármaco se encuentran también los daños dermatológicos, como la piel seca, las arrugas y la caída del cabello.
Consumo excesivo de alcohol
El alcohol etílico es una de las razones por las que muchas personas tienen la piel enrojecida, ya que esta sustancia es un vasodilatador. Cuando los vasos sanguíneos se expanden, la rosácea y la oleosidad se acentúan.
Además, la sustancia estimula la producción de radicales libres, que entran en contacto con las células sanas del cuerpo y dañan su estructura, provocando el envejecimiento prematuro y la flacidez.
La gente en general se preocupa por el efecto del alcohol en el hígado, pero los daños que provoca en el cerebro, concretamente en la memoria, son mucho más graves y comunes.
Estrés constante
Es extremadamente normal y aceptable sentir cierto nivel de estrés, sin embargo el problema radica en el exceso. Cuando el cuerpo es bombardeado todo el tiempo por un mecanismo de adaptación, se generan condiciones poco saludables, que pueden conducir a varias enfermedades graves, como accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, cáncer y demencia.
Lo que comienza en lo psicológico y pasa por la parte física interna, pronto se manifiesta en lo externo. El aumento de la grasa en la piel, el acné, la caída del cabello y las alteraciones en las uñas son los principales signos de estrés que emite el organismo.
La privación del sueño
El insomnio provoca cansancio, falta de atención, somnolencia durante el día y perjudica la memoria.
Además, dormir mal puede acelerar el envejecimiento. Esto sucede porque durante el sueño se produce la hormona del crecimiento, que es capaz de renovar las células y, por tanto, la piel. Por lo tanto, tener pocas horas de descanso perjudica el proceso.
Dieta rica en azúcares
La glucosa es un combustible celular extremadamente importante porque puede perjudicar la edad del organismo. La principal consecuencia de este proceso es el estrés oxidativo celular, teniendo como consecuencia el envejecimiento prematuro.
Exposición inadecuada al sol
La exposición al sol sin protección es capaz de causar desde quemaduras hasta fotoenvejecimiento y cáncer.
La piel fotoenvejecida suele ser más gruesa, tiene más arrugas y a veces es amarillenta, áspera y con manchas.
Estilo de vida sedentario
La falta o la escasa cantidad de actividades físicas conduce a un bajo gasto calórico diario, que se asocia a varias enfermedades, como la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
La falta de actividades físicas también influye considerablemente en la vida celular, acelerando su envejecimiento.
Desequilibrios hormonales
Los desequilibrios hormonales aceleran el deterioro de la piel, perjudicando la renovación celular y provocando el adelgazamiento de las capas epidérmicas y dérmicas.
¿Cómo evitar el envejecimiento prematuro?
La mejor manera de hacer que el envejecimiento sea un factor natural y no un problema es llevar una vida sana, con una buena alimentación, un bajo nivel de estrés y la práctica de actividades físicas.
Es decir, los buenos hábitos son capaces de controlar los signos del envejecimiento y asegurar una buena calidad de vida.