¿Se ha parado a pensar alguna vez en la cantidad de enfermedades oculares que existen? A pesar del elevado número de problemas que pueden afectar a nuestra visión, normalmente sólo tomamos alguna medida cuando ya está deteriorada de algún modo.
Hemos elaborado una guía sobre las principales enfermedades oculares para que “eches un ojo” y estés atento a cualquier señal. Pero recuerde: debe acudir al oftalmólogo con regularidad, y no sólo cuando surja un problema.
Las 19 enfermedades oculares más comunes
1. Ambliopía
También llamada “ojo vago”, la ambliopía es un trastorno ocular sin daño aparente. Suele darse en niños y se caracteriza por ser una afección que afecta a la visión y que no puede corregirse sólo con gafas.
El tratamiento requiere mucho tiempo, porque muchas veces el problema no se limita al ojo afectado, sino a la región del cerebro responsable de la visión.
Como afecta sobre todo a los niños, es habitual que los casos de ambliopía pasen desapercibidos para los padres. Pero si no se trata antes de los 7 u 8 años, la enfermedad puede provocar un déficit de visión que durará toda la vida. Por lo tanto, el cuidado de los ojos es esencial incluso en los primeros años de vida.
2. Astigmatismo
El astigmatismo es una de las enfermedades oculares más comunes. Es el resultado de un problema en la formación de la córnea, que hace que la imagen que debería formarse en la retina se forme en varias regiones diferentes del ojo, lo que provoca una visión distorsionada.
Puede tratarse de un problema natural o de un problema asociado a algún traumatismo que la persona haya sufrido en el ojo, como una cicatriz, que altere la refracción de la luz.
Además de usar gafas (recomendado para la mayoría de los casos), se puede realizar un trasplante de córnea para tratar los casos más graves.
3. Blefaritis
La blefaritis es una inflamación de los párpados. Su manifestación y gravedad dependen mucho de cada persona, pero quienes tienen la piel muy grasa o tendencia a desarrollar caspa, por ejemplo, pueden sufrir blefaritis.
Pero, ¿qué tiene que ver la blefaritis con la caspa? La enfermedad provoca una irritación en la base de las pestañas, donde se acaban produciendo escamas muy parecidas a la caspa.
Esta irritación y molestia constante puede afectar al resto del ojo, por lo que es fundamental tratarla con limpiezas recurrentes, compresas de agua tibia o medicamentos prescritos por el médico. Eventualmente, los champús de pH neutro también pueden hacer el truco.
Las lentes de contacto sucias también pueden causar blefaritis. Por lo tanto, si usas lentillas, mantenlas siempre limpias.
4. Cataratas
Las cataratas son una enfermedad que suele asociarse a las personas mayores, ya que la mayoría de los mayores de 70 años sufren este problema.
Las cataratas también pueden aparecer a otras edades, pero es más frecuente que estén relacionadas con causas congénitas o con afecciones como la diabetes y los traumatismos oculares.
Las cataratas se caracterizan por la pérdida de transparencia del cristalino, que es una especie de lente natural que tenemos dentro del ojo. Esto ocurre lentamente y puede suceder en un solo ojo al principio, pero la tendencia es que, sin tratamiento, la catarata dañará la visión poco a poco, haciendo la imagen más borrosa.
Por lo tanto, la cirugía es el único tratamiento eficaz contra la enfermedad.
5. Queratocono
El queratocono es una enfermedad generalmente hereditaria, que provoca la deformación de la parte central de la córnea (la superficie transparente que cubre los ojos).
También puede manifestarse en personas alérgicas que se rascan demasiado los ojos. Este hábito puede hacer que la retina se eleve más de lo normal, dando la impresión de que está “abultada”.
Una persona con queratocono suele tener su visión debilitada de varias maneras: puede sufrir pérdida de enfoque, disminución de la visión nocturna, sentir una alta sensibilidad a la luz, entre otras situaciones. También puede caracterizarse por un aumento considerable del astigmatismo en un ojo en comparación con el otro.
Los adolescentes y los jóvenes son más propensos a desarrollar la enfermedad, por lo que rara vez se manifiesta después de los 30 años. Las gafas y las lentes de contacto suelen solucionar el problema, pero es posible que el oftalmólogo tenga que realizar alguna intervención quirúrgica, según el caso.
El seguimiento médico también es esencial, ya que el queratocono no controlado puede acabar provocando la pérdida de visión.
6. Conjuntivitis
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, una membrana que cubre los párpados y los ojos. Cuando los ojos están rojos, es invariablemente una señal de que esta membrana está irritada, por lo que se trata de alguna forma de conjuntivitis.
Obviamente, el nivel de irritación varía, así como las causas: puede ser bacteriana, vírica o alérgica. En el caso de la conjuntivitis vírica y bacteriana, es contagiosa, sobre todo porque provoca mucho lagrimeo y la persona suele limpiarse los ojos con las manos.
El tratamiento de la conjuntivitis vírica es únicamente sintomático. La conjuntivitis bacteriana puede tratarse con antibióticos recetados por un médico.
En el caso de la conjuntivitis alérgica, no es contagiosa, pero molesta por el constante picor de los ojos.
7. Ceguera al color
El daltonismo es una enfermedad casi siempre hereditaria, que dificulta la diferenciación de los colores verde y rojo. A veces también afecta a la percepción del azul y el amarillo, o puede hacer que la visión sea acromática, destacando sólo los tonos de blanco y negro.
Es raro que el daltonismo afecte a las mujeres debido a su composición cromosómica, pero la enfermedad no es ni mucho menos un fenómeno raro. Se estima que el problema está presente en alrededor del 5% de la población mundial.
8. Desprendimiento de retina
La luz que entra en nuestros ojos se refracta para formar las imágenes que vemos en la retina, que “envía” estas imágenes al cerebro a través del nervio óptico, donde se procesa la visión.
La retina es una membrana que se encuentra en el interior del ojo, y allí recibe los nutrientes necesarios para mantener su funcionamiento. Cuando se produce un desprendimiento -por un traumatismo, una infección, la edad o una enfermedad- la retina deja de recibir estos nutrientes y comienza a debilitarse.
Si no se trata con urgencia, el desprendimiento de retina puede provocar ceguera. Como este desprendimiento no causa dolor, la forma de percibirlo es a través de la visión borrosa, manchas y puntos oscuros en la visión (llamados moscas volantes) o fotopsias (destellos de luz repentinos). El tratamiento suele ser quirúrgico.
9. Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
La degeneración macular asociada a la edad, también llamada DMAE, suele afectar a personas mayores de 60 años.
Está causada por la degeneración de la zona central de la retina, lo que provoca problemas de visión central. Es posible ralentizar un poco la progresión de la enfermedad mediante un control nutricional y el uso de gafas, pero los daños ya causados por la enfermedad son generalmente irreversibles.
10. Estrabismo
Popularmente llamados “bizcos”, las personas con estrabismo sufren una falta de paralelismo de los ojos. Uno de los ojos puede estar más adentro, más afuera, o incluso puede haber una diferencia vertical entre ellos.
El estrabismo puede ser constante o producirse de forma intermitente. La persona bizca suele sufrir dolores de cabeza, rigidez y, eventualmente, incluso la pérdida parcial de la visión.
Las causas son muy variadas y pueden ser incluso neurológicas. Es posible corregir el estrabismo con gafas, pero las condiciones más agudas requieren una operación, que suele resolver bien el problema.
11. Glaucoma
El glaucoma es una de las enfermedades oculares más graves. Se produce cuando el nervio óptico, que conecta los ojos con el cerebro, se daña constantemente debido al aumento de la presión intraocular.
Esta hipertensión puede tener varias causas, pero lo importante es que, si no se trata, puede provocar ceguera. Suele afectar a personas mayores, y el problema es que suele ser asintomática.
Por lo tanto, es necesario someterse a exámenes regulares en el oftalmólogo, especialmente después de los 60 años.
12. Hipermetropía
La hipermetropía se produce por un defecto anatómico, presentando los ojos medidas más pequeñas de lo habitual. Esto hace que la imagen traída por la luz se forme tras la retina. Por lo tanto, la persona que padece esta enfermedad tiene dificultades para ver de cerca, y esta tensión puede provocar dolores de cabeza recurrentes.
Todo el mundo es susceptible de padecer hipermetropía, incluso los niños en edad de crecimiento. En estos casos, sin embargo, es probable que el grado de hipermetropía disminuya en la adolescencia, ya que los ojos crecen y corrigen un poco el problema.
13. Miopía
Al igual que la hipermetropía, la miopía también se produce cuando una persona tiene un defecto anatómico en sus ojos.
Probablemente es la primera palabra que nos viene a la mente cuando pensamos en problemas de visión, ya que su incidencia es muy alta.
Los ojos de las personas con miopía tienen una forma más alargada o tienen córneas o cristalinos mal formados, por lo que la imagen de la visión se forma antes que la retina. Esto hace que estas personas tengan dificultades para ver de lejos, pero pueden ver normalmente de cerca.
En este caso, no necesitará gafas para leer, por ejemplo, pero sí para ver la pizarra en el colegio o para ir a una obra de teatro.
La miopía es común en la infancia y la adolescencia, pero los adultos y las personas mayores también pueden desarrollarla, especialmente cuando se asocia a las cataratas en este último grupo.
14. Presbicia o vista cansada
La presbicia es un problema relacionado con la edad y también se conoce como “vista cansada”. Con los años, el cristalino, que es el que permite a los ojos ajustar el enfoque de la visión, pierde su elasticidad.
Por ello, las personas mayores de 40 años pueden desarrollar el problema de forma natural, y el principal síntoma es la dificultad para ver de cerca.
Poco a poco, la lectura puede resultar desagradable, porque el individuo necesita alejar cada vez más los objetos para verlos con claridad. La única forma de tratar el problema es mediante el uso de gafas.
15. Pterigión
El pterigión se produce cuando hay un engrosamiento excesivo de la conjuntiva (membrana que cubre los ojos). Este engrosamiento se produce desde el borde del ojo hacia la córnea.
Aunque es un problema benigno y no infeccioso, si cubre la pupila puede causar ceguera. Se cree que la incidencia constante de los rayos ultravioleta en los ojos es una de las causas del pterigión, por lo que es necesario proteger siempre los ojos con gafas de sol.
El tratamiento del pterigión es únicamente quirúrgico.
16. Retinopatía
Son lesiones que afectan a la retina y concretamente a sus vasos sanguíneos. En general, se asocian a enfermedades sistémicas que causan esta condición. Un ejemplo es la retinopatía diabética, que daña los vasos sanguíneos debido al exceso de glucosa en la sangre, lo que es común en las personas que tienen diabetes.
En cualquier caso, la retinopatía puede provocar la pérdida de visión y debe tratarse antes de que el problema se convierta en una afección más grave.
17. Síndrome del ojo seco
También llamado síndrome de disfunción lagrimal, se trata de un defecto en la composición de las lágrimas o en su producción, que perjudica la lubricación de los ojos.
Así, las personas que tienen el llamado “ojo seco” sienten una punzada muy fuerte en los ojos, que se pasa sola. Sin embargo, es necesario concertar una cita con un oftalmólogo para que pueda orientar el tratamiento más adecuado. Generalmente, se hace con el uso de gotas especiales para los ojos.
18. Orzuelo
El orzuelo es otra de las enfermedades oculares más comunes que existen. Se produce cuando una de las glándulas del borde de los párpados se obstruye o se infecta por alguna bacteria. En este último caso, la enfermedad es contagiosa.
Cuando el orzuelo se produce en las glándulas externas del ojo, llamamos al problema hordeolum. Ya cuando afecta a las glándulas internas, se trata de un orzuelo, que no es infeccioso y provoca síntomas más leves.
La blefaritis no tratada puede provocar un cuadro de orzuelo. El tratamiento generalmente se realiza con el uso de pomadas, pero en algunos casos (especialmente cuando el problema llega a la parte interna de los ojos) es necesario eliminarlo mediante una cirugía.
19. Uveitis
La uveítis es una inflamación que afecta total o parcialmente a la úvea, la parte del ojo compuesta por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. En casos más raros, también puede afectar a la retina y al nervio óptico.
Aunque las causas de esta enfermedad ocular no se conocen del todo, se sabe que las infecciones por virus, bacterias u hongos pueden tener algo que ver. Otras enfermedades como la toxoplasmosis, el herpes simple, el citomegalovirus, la tuberculosis y la sífilis también pueden estar relacionadas con la uveítis.
La uveítis se caracteriza principalmente por el enrojecimiento de los ojos, pero también puede causar dolor, fotofobia, visión borrosa y la aparición de pequeños puntos negros que se mueven rápidamente en la visión.