La clamidia es una infección de transmisión sexual (ITS) muy frecuente tanto en hombres como en mujeres. Está causada por una bacteria que sólo puede detectarse mediante pruebas de laboratorio, ya que, a diferencia de otras infecciones, los síntomas de la clamidia a veces no aparecen o pasan desapercibidos.
Pero incluso la ausencia de signos no impide que la bacteria se transmita a través de las relaciones sexuales sin protección. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 130 millones de personas contraen clamidia cada año.
A continuación, hemos separado la información más importante sobre esta ITS para que la conozcas, la evites y te hagas los exámenes necesarios. Compruébalo.
¿Qué es la clamidia?
La clamidia está causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, que es uno de los microorganismos de más fácil transmisión sexual del mundo. Esto se debe a que la infección puede ser asintomática, lo que facilita su propagación, sobre todo si tenemos en cuenta que la bacteria no necesita manifestarse para transmitirse.
Sin embargo, a veces la clamidia puede dar algunas señales de que está presente. En este caso, suelen aparecer sólo tras el final del periodo de incubación (ventana de tiempo entre la infección y la aparición de los primeros síntomas), que suele ser de 15 días.
La enfermedad se considera de fácil tratamiento, pero si no se trata correctamente y desde el principio, puede traer graves consecuencias, como la infertilidad.
Síntomas de la clamidia
Aproximadamente el 30% de los hombres y el 10% de las mujeres que tienen clamidia desarrollan síntomas. Suelen aparecer entre 1 y 3 semanas después de la infección y casi siempre aparecen en los genitales, tanto masculinos como femeninos.
Tanto en hombres como en mujeres
Los hombres y las mujeres pueden experimentar síntomas similares de clamidia, como:
- Picor y hormigueo;
- Ardor o dolor durante las relaciones sexuales;
- En caso de infección anal, puede producirse una proctitis, una inflamación en la mucosa del recto causada por bacterias;
- Fiebre;
- Sensación de ardor, quemazón o dolor al orinar (micción);
- Dolor local en la parte baja del abdomen o la pelvis.
Sin embargo, hay algunos signos específicos para los hombres y otros para las mujeres. Vea a continuación cuáles son:
En los hombres
- Dolor en los testículos;
- Secreciones anormales en el pene, blanquecinas o amarillentas;
- Dolor en los testículos e hinchazón en el escroto.
En las mujeres
- Dolor en la vagina
- Picor en la vagina
- Flujo vaginal inusual o anormal
- Menstruación irregular o sangrado de la vagina fuera del período menstrual y/o después de las relaciones sexuales;
El hecho de que la mayoría de las personas no presenten síntomas hace que el diagnóstico sea más complicado.
Esto también hace que el tema de la clamidia sea aún más preocupante, ya que la alta incidencia, la frecuente ausencia de síntomas y la falta de pruebas indican que muchas personas tienen la enfermedad, no son conscientes de ello y podrían acabar transmitiéndola a otros a través de las relaciones sexuales sin preservativo.
Transmisión, diagnóstico y tratamiento
Además de las relaciones anales o vaginales sin protección, las bacterias que causan la clamidia también pueden transmitirse verticalmente, es decir, de madre a hijo durante el parto.
En este caso, el niño puede presentar neumonía e incluso infección ocular. Por eso es tan necesario hacerse el análisis de sangre específico de clamidia para saber si el diagnóstico es positivo o no, y en caso afirmativo, iniciar el tratamiento lo antes posible.
El tratamiento de la clamidia consiste en el uso de medicamentos antibióticos y debe incluir a la pareja para evitar una nueva infección.
Las relaciones sexuales deben interrumpirse durante el tratamiento. Y como no existe una vacuna, la única forma de prevenir la clamidia es utilizando preservativos.