La artrosis (del heleno artros, articulación, y del latín ose, desgaste) asimismo llamada osteoartrosis para muchos médicos y especialistas de la zona, no se considera enfermedad, sino más bien un fenómeno natural durante la edad, o sea, es parte del envejecimiento del organismo, como las arrugas y o bien manchas seniles en la piel. Así, podemos decir que la artrosis es un desgaste del cartílago que envuelve nuestras articulaciones.
En cambio, la artritis, que se confunde con la artrosis y se considera una enfermedad, en tanto que la artritis es una inflamación de la articulación y puede ocasionar dolor, calor y enrojecimiento.
Podemos terminar que la artrosis es más habitual cuando estamos alcanzando a la tercera edad y la artritis puede agredir a cualquiera que se someta a un esmero más intenso o bien aun traumático, desarrollando de esta forma un marco inflamatorio de la articulación.
Las definiciones de osteoartritis y artrosis preconizan la artrosis. Cuando se descubrió que el hueso subcondral que se halla bajo el cartílago era una parte del proceso fisiopatológico de la enfermedad. Sea como sea la enfermedad desgraciadamente no tiene cura y tiene que ser tratada a la mayor brevedad.
Síntomas
Son síntomas que aparecen y evolucionan muy de manera lenta. Mas, conforme avanza la edad, empeoran:
Hinchazón: se genera en las partes perjudicadas, esto es, en las articulaciones.
Rigidez: debido a la pérdida de cartílago entre los huesos, se genera rigidez en las articulaciones perjudicadas, es considerablemente más usual en la mañana.
Dolor: en dependencia del movimiento, el dolor puede ser aproximadamente intenso, normalmente es un dolor profundo, son más usuales al final del día. No obstante, hay casos de dolor incesante. Aparte de los lugares perjudicados, el dolor puede irradiar a otras unas partes del cuerpo, por servirnos de un ejemplo, la artrosis de la columna puede afectar a la cadera o bien al cuello.
Calor: con el desgaste del cartílago y, por consiguiente, la inflamación in situ, hay un incremento de la temperatura en la zona perjudicada por la enfermedad.
Espolones: puede generarse un desarrollo anormal de parte del hueso en torno a la articulación perjudicada, famosa como espículas óseas, muy usuales en los pies.
Debilidad muscular: cuando dejas de trabajar la articulación por el dolor, los músculos inactivos acaban padeciendo atrofia;
Reducción de la flexibilidad: hay una restricción en la amplitud del movimiento (puede resultar más bastante difícil flexionar la rodilla, por poner un ejemplo);
Fricción: se percibe la sensación de fricción al desplazar la articulación.
Sensación de hormigueo: puede ser sensación de entumecimiento asimismo en los brazos, el cuello o bien las piernas, esto ocurre cuando la artrosis afecta a la columna vertebral.