El sida (síndrome de inmunodeficiencia humana) es una enfermedad crónica que afecta al sistema inmunitario y, si no se trata adecuadamente, puede provocar la muerte. Es la fase más avanzada de la infección por el VIH, que puede transmitirse por vía sexual, de madre a hijo, por transfusión de sangre, por compartir agujas o por accidentes laborales.
La transmisión se produce cuando una persona sana entra en contacto con los fluidos corporales de una persona infectada por el virus, pero sólo cuando la persona seropositiva no tiene la carga viral controlada mediante el uso de medicamentos antirretrovirales, el tipo de medicación que se utiliza para reducir la presencia del virus en el torrente sanguíneo.
La enfermedad apareció por primera vez a principios de la década de 1980, y al principio se consideraba una enfermedad que sólo afectaba a los hombres homosexuales. Sin embargo, con el tiempo se descubrió que cualquiera puede contraer el VIH, independientemente de su orientación sexual, género, etnia, nacionalidad, etc.
¿Qué es el VIH y qué es el sida?
Incluso después de casi 40 años desde que se registraron los primeros casos, sigue habiendo mucha desinformación sobre el VIH y el sida. Por ello, es muy importante aclarar algunos puntos clave sobre el tema.
La primera se refiere a la diferencia entre el VIH y el SIDA. En contra de lo que muchos puedan pensar, no son lo mismo. El VIH es el virus de la inmunodeficiencia humana. El SIDA, por su parte, es la enfermedad causada por la acción de este virus a largo plazo.
No todas las personas que contraen el virus del VIH desarrollan el SIDA. Sin embargo, esta realidad sólo ha sido posible gracias a los esfuerzos de las autoridades de salud pública de todo el mundo, que en los últimos años han trabajado para controlar la epidemia que ha matado a más de 35 millones de personas.
Al principio, al no existir tratamientos para controlar la acción del VIH en el organismo, contraer el virus era prácticamente una sentencia de muerte. Hoy, afortunadamente, el escenario es el contrario. Tras el tratamiento correcto, un seropositivo lleva una vida perfectamente normal, como todos los demás.
¿Cómo actúa el VIH en el organismo?
Como se ha mencionado anteriormente, el SIDA es una enfermedad caracterizada por un sistema inmunitario debilitado. Esto ocurre porque el VIH se instala dentro de las células de defensa y utiliza la estructura celular para multiplicarse. Para ello, el virus “inactiva” las células encargadas de proteger el organismo contra las infecciones, en este caso, los linfocitos.
Cuando un linfocito muere, no hay tanto problema. El mayor daño, de hecho, se produce cuando el número de estas células presentes en el torrente sanguíneo es tan bajo que el organismo se queda prácticamente sin defensas. Es en este momento, cuando la inmunidad ya está dañada, cuando se instala el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
Como el VIH actúa muy lentamente, pueden pasar años antes de que aparezcan los primeros síntomas del sida.
¿Cómo se produce la transmisión?
La transmisión del VIH se produce a través de la sangre, el semen, el líquido seminal (secreción que se libera al inicio de la erección), los fluidos vaginales y la leche materna.
Por lo tanto, el virus que causa el SIDA sólo puede transmitirse de las siguientes maneras:
- Relaciones sexuales sin protección (sexo anal, sexo vaginal y sexo oral);
- Transmisión vertical (es decir, de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia);
- Transfusión de sangre;
- Compartir jeringuillas (práctica muy común entre los consumidores de drogas inyectables, como la heroína);
- Accidentes laborales con material perforante (como en el caso de las enfermeras que accidentalmente entran en contacto con material biológico de un paciente seropositivo).
El VIH NO puede transmitirse a través de:
- Besos;
- Saliva
- Orina
- Heces
- Lágrimas
- El sudor;
¿Quién NO se transmite el VIH?
No todas las personas seropositivas son capaces de transmitir el virus del VIH. Esto se debe a los intensos esfuerzos de adherencia al tratamiento, que se realiza con el uso de medicamentos antirretrovirales.
El medicamento, como su nombre indica, actúa para eliminar el virus del torrente sanguíneo. Aunque todavía no hay forma de eliminar por completo el VIH del cuerpo, ya que se esconde en un lugar de la célula que todavía se desconoce, sacarlo de la circulación reduce las posibilidades de transmisión prácticamente a cero.
Esto es lo que llamamos carga viral indetectable. En algunos casos, el nivel de virus presente en el torrente sanguíneo es tan bajo que cuando el paciente vuelve a realizar las pruebas de diagnóstico, el resultado puede ser negativo. Estas personas, que viven con el VIH, ya son calificadas de intransmisibles por la comunidad médica internacional.
Síntomas del VIH y del SIDA
La infección por VIH tiene 4 etapas:
- Primera etapa: justo después de la infección, el virus permanece indetectable dentro del cuerpo durante unas 3 a 6 semanas (que es el tiempo de la llamada ventana inmunológica). Tras este periodo, aparecen síntomas similares a los de la gripe, como fiebre y malestar general;
- Segunda fase: es la etapa asintomática de la infección, en la que el virus está activo dentro del organismo y actúa silenciosamente mientras destruye las células de defensa. En esta fase, sin embargo, el sistema inmunitario todavía no muestra signos de debilitamiento. Puede durar años;
- Tercera fase: el organismo comienza a mostrar los primeros signos de baja inmunidad. Pueden aparecer los síntomas iniciales del SIDA, como fiebre intermitente, diarrea, sudores nocturnos, cansancio e incluso afecciones más graves, como pérdida de peso, herpes y gingivitis;
- Cuarta fase: el estadio más avanzado de la infección es el SIDA, en el que el sistema inmunitario está ya muy comprometido. En este caso, es necesario un tratamiento urgente para revertir el cuadro. Pueden aparecer complicaciones de salud graves, como neumonía, tuberculosis y cáncer.
Grupos de riesgo
El término “grupos de riesgo” ya no se utiliza. Hoy en día, se entiende que cualquier persona puede contraer el VIH si tiene un comportamiento considerado de riesgo, es decir, mantener relaciones sexuales sin protección, compartir agujas, etc.
Sin embargo, la OMS advierte que para algunos grupos de personas, las posibilidades de infección por el virus del sida son mayores que para otros. Estas son las llamadas poblaciones clave para el VIH. Según el organismo internacional, son cinco:
- Hombres que tienen sexo con hombres (HSH): aquí se incluyen todos aquellos que eventualmente tienen sexo con otros hombres, no sólo los homosexuales y bisexuales;
- Trabajadores del sexo: personas que trabajan en el negocio de la prostitución, tanto hombres como mujeres;
- Usuarios de drogas inyectables: compartir jeringuillas es una práctica común entre los usuarios de heroína y otras sustancias inyectables. el consumo de este tipo de droga no es tan común como en Estados Unidos y en algunos países europeos;
- Personas transgénero: las acciones dirigidas a este grupo de personas son necesarias.
- Presos: la concentración de VIH también es mayor en los lugares de reclusión, como las cárceles.
Informes recientes de ONUSIDA, el Programa de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, muestran que la incidencia del virus también ha aumentado entre otros grupos, como: las mujeres casadas mayores de 60 años, las mujeres víctimas de violencia sexual, los niños nacidos con el VIH y los refugiados.
Algunas personas son más propensas a contraer el virus del SIDA que otras
Diagnóstico del VIH
El virus se detecta en el organismo mediante análisis de sangre específicos. Pueden realizarse tanto en laboratorios privados como en las clínicas del sistema de salud del país que están repartidas por las ciudades. En algunos países, inclusive, también está disponible la prueba rápida del VIH, cuyo resultado sale en sólo 2 horas en el sistema de salud público.
En contra de lo que mucha gente piensa, el servicio público para el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) es mucho mejor. Allí, el paciente se hace la prueba y, tras el resultado, acude a un psicólogo.
¿Cómo se previene el VIH?
El uso del preservativo es el método más recomendado por las autoridades de salud pública como forma de prevenir el VIH y otras ITS..
Sin embargo, cuando se habla específicamente del VIH, hay otros medios que han demostrado ser tan eficaces como los preservativos. Hablamos de la profilaxis posterior a la exposición (PEP) y de la profilaxis previa a la exposición (PrEP).
Profilaxis postexposición (PEP)
La PEP es como una “píldora del día después” del VIH. Pero no es tan sencillo. Es un tratamiento de emergencia al que se puede recurrir después de haber mantenido relaciones sexuales sin protección.
Se creó para ayudar a las víctimas de la violencia sexual, pero hoy en día cualquier persona que busque el servicio puede tomar la medicina. Funciona así: si durante el acto sexual se ha roto el preservativo, o la pareja se ha dejado llevar y ha dejado el preservativo a un lado, puedes acudir a un centro de salud especializado (como los mencionados CRT y CTA u hospitales) en un plazo de 72 horas y explicar lo sucedido. Cuanto antes vayas, mejor, pero tienes que esperar al menos 2 horas.
Si encaja en el perfil para el que se puede recomendar la PPE, recibirá un envase gratuito de 30 píldoras antirretrovirales, que deberá tomar durante 28 días consecutivos para prevenir la infección por el VIH.
Al final de este periodo, deberá volver al centro de salud para que le hagan una prueba diagnóstica. El nivel de eficacia de este tratamiento se acerca al 100%, siempre que el medicamento se utilice correctamente, sin saltarse ni un solo día.
Sin embargo, la PPE no puede utilizarse como sustituto del preservativo, ya que provoca efectos secundarios (que varían de una persona a otra) y su uso continuado también puede provocar la resistencia del VIH al antirretroviral utilizado.
Profilaxis previa a la exposición (PrEP)
A diferencia de la PEP, la profilaxis previa a la exposición (PrEP) se recomienda a las personas seronegativas que desean una protección adicional contra el VIH.
Consiste en el uso de un medicamento antirretroviral, conocido popularmente como Truvada, como forma de prevención contra el virus del sida. Dependiendo del comportamiento sexual del individuo y del grupo al que pertenezca, puede estar indicado tomar un comprimido al día.
Siguiendo el tratamiento correctamente, las posibilidades de transmisión del VIH, incluso sin el uso de preservativos, se reducen a casi cero. La recomendación, sin embargo, es no dejar de lado los preservativos, ya que la PrEP sólo protege contra el VIH y no tiene eficacia contra otras infecciones de transmisión sexual.